Gilbert GARCIN o cómo hacerse artista a la jubilación

Hacía unos días que no colgaba ningún post. Disculpas a los que lo sigais. Es lo que tiene ser estudiante in aeternum. Fines de enero, marzo y agosto son épocas de mucha concentración en las que no tengo espacio mental para nada más que para intentar memorizar un poquito de lo que leo. Me jubilaré estudiante, seguro. Así lo hizo Severo Ochoa, salvando las diferencias que como poco sólo son de un premio Nobel.

Pues de jubilados va este post. De este fascinante fotógrafo francés Gilbert Garcin que dedicó toda su vida a vender lámparas en el midi francés y que, una vez jubilado, se apunto a un taller de fotografía con un tal Pascal Dolesmieux, del que no he conseguido averiguar otra cosa más allá de su magisterio sobre este epatante jubilado que desde entonces no ha dejado de crear y de exponer.

“Me sumergí en el arte de la fotografía como cuando te zambulles en el mar, de cabeza y al fondo, y enseguida descubrí que en mi etapa anterior yo había sido una esponja que había retenido un montón de cosas interesantes. Todas esas ideas e imágenes que yo había apilado a lo largo de mi vida terminaron, al final, por resurgir”

Nacido en 1929, es decir con 88 años en este momento, ha hecho de sí mismo y de su esposa los protagonistas absolutos de sus fotos. Y no, no se trata de montajes digitales, sino analógicos. Gilbert crea sus pequeños universos en miniatura en realidad y después realiza un fotomontaje con sus propias imágenes y las de su mujer. Sus montajes son a base de cortar y pegar, de tijeras y pegamento, nada de photoshop ni softwares de última generación.

Garcin ha creado un personaje, Monsieur G, que viste traje y sombrero y un viejo gabán de su abuelo en homenaje a su admirado Magritte. Su protagonismo lo acaba convirtiendo en un personaje cercano y familiar, aunque el huye de un supuesto narcisismo

“No conozco demasiado a ese señor. Podría haber contratado a un actor, pero entonces no lo tendría disponible las 24 horas del día. Yo no focalizo la atención del espectador sobre mí, sino sobre el vacío en el que vivimos”.

No puedo evitar acordarme de una maravillosa exposición sobre últimas obras de grandes maestros organizada por Jose María Parreño en el Museo Esteban Vicente. El título de aquella exposición estaba tomado de un grabado de Goya en el que se veía un anciano con las palabras «Aún aprendo». Bueno pues, aún estudiando, Gilbert Garcin.

“Me horroriza”, dice, “frecuentar a gentes de mi edad que están siempre volviendo al pasado y preguntándote si te acuerdas de esto o aquello. No, yo no me acuerdo. Para mí, lo ideal es que el presente aplaste el pasado”.

Por cierto, hay una exposición de el en el Centro Niemeyer de Avilés hasta el día 25 de junio que podeis consultar en este link