escultura – Raras Artes http://rarasartes.com Curiosidades y legítimas rarezas del arte Mon, 01 Jun 2020 12:25:32 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.9 El Gabinete del Rey Carlos I http://rarasartes.com/el-gabinete-del-rey-carlos-i/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=el-gabinete-del-rey-carlos-i http://rarasartes.com/el-gabinete-del-rey-carlos-i/#respond Mon, 01 Jun 2020 12:12:02 +0000 http://rarasartes.com/?p=15433

La Cabinet Room o Gabinete Real estaba en el mismo corazón de los apartamentos del rey en el palacio de Whitehall. A la manera de los studiolos italianos o las wunderkammer alemanas, los gabinetes ingleses fueron una constante en los grandes palacios británicos desde el siglo XVII en adelante. Era en esas habitaciones de tamaños reducidos donde el rey o el noble podían retirarse del ajetreo de las habitaciones más públicas y concurridas para disfrutar de la paz del estudio o la lectura. En aquellas reducidas cámaras del tesoro solían guardarse pinturas de pequeño tamaño, estatuillas, relieves, camafeos, miniaturas, medallas, objetos exóticos y libros preciosos.

Si había pues una habitación que podríamos llamar la wunderkammer del desaparecido Palacio Whitehall esa era el Gabinete del Rey. No es extraño que esta habitación fuera el primer objetivo del expolio llevado a cabo por el Parlamento tras la ejecución del rey para tratar de paliar las deudas que toda la Guerra Civil había supuesto para el Estado.

Wenceslaus Hollar. El Palacio de Whitehall desde el Río. 3er estado

Hay una descripción de John Evelyn, el jardinero e importante cronista de los sucesos de la época de Carlos II que traduzco así.

Fui con algunos de mis parientes a la corte, para mostrarles el gabinete y el armario de rarezas de su majestad; las miniaturas de Peter Oliver, realizadas a partir de originales de Rafael, Tiziano y otros maestros, que aprecio infinitamente; también, esa gran pieza de la Duquesa de Lennox, realizada en esmalte por Petitot, y una gran cantidad de ágatas, ónices y camafeos, especialmente un medallón de César, tan grande como mi mano; asimismo, raros gabinetes de pietracommessa, un paisaje hecho con trabajos de bordado, que había sido regalado anteriormente por los holandeses al Rey Carlos I. Aquí vi un enorme libro de mapas, en un volumen cerca de cuatro yardas cuadradas, una curiosa maqueta de barco; y entre los relojes, uno que mostraba la salida del sol y el ocaso en un zodiaco, trabajo de nuestro afamado Fromantil y otras rarezas

No puedo obviamente ni de lejos reconstruir aquella cámara, entre otras cosas porque mucho desapareció durante los sucesos posteriores a su muerte, pero sí que intentaré mostraros algunas de aquellas piezas que se antologaron en la ya tantas veces referida exposición de la Royal Academy, poniendo especial atención a algo que me fascinó en particular: las miniaturas.

Las miniaturas del Gabinete el Rey

Algunas de las obras más fascinantes del Gabinete real pertencían a la creciente colección de miniaturas (limnings), que desde mediados del siglo XVI hacían furor en las cortes europeas, particularmente en las cortes francesa e inglesa donde hubo auténticos especialistas, los llamados limmers, un término que podría ser traducido como iluminador pues procede del antiguo oficio de los manuscritos iluminados.

La Royal Collection actual cuenta con unas 3000 miniaturas que abarcan cuatro siglos e incluye ejemplos de los mejores artistas del género: Jean y François Clouet, Hans Holbein , Nicholas Hilliard, Isaac Oliver, Samuel Cooper, etc. En la colección de Carlos I, en aquel gabinete, la cantidad rondaba el centenar, guardadas en unos muebles especialmente diseñados y con una mesa central y lentes de aumento para poder contemplarlas en todo su esplendor.

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JEAN CLOUET (C. 1485-90? -1540/1)François, Delfín de Francia c. 1526
Acuarela sobre vitela colocada sobre naipe|6,2 cm (diámetro)

Se suele afirmar que el verdadero iniciador de la moda de las miniaturas entre las cortes europeas fue el francés Jean Clouet. Jean Clouet, como su hijo François, trabajó al servicio de Francisco I, rey de Francia, desde 1516 hasta 1536. Como pintor de la corte, su mayor legado radicó en difundir la imagen del poderoso Francisco I a través de una gran variedad de medios. Así fue como Clouet pintó en el segundo volumen de Les Commentaires de la Guerre Gallique unos pequeños retratos redondos de los siete comandantes militares que habían apoyado al rey en su victoria sobre el Suizos en la Batalla de Marignano en 1515. Estaban pintados en acuarela y gouache sobre un fondo azul y rodeados por un estrecho borde dorado. En forma y concepción, aquellos retratos fueron el precursor inmediato de los retratos en miniatura como una forma de arte independiente por derecho propio.

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LUCAS HORENBOUT (C. 1490 / 5-1544) Enrique VIII junio de 1526 – junio de 1527

El impulso para producir retratos separados en miniatura parece haber surgido de las propias demandas de la cultura cortesana de principios del siglo XVI de imágenes dinásticas portátiles para ser utilizadas en intercambios diplomáticos. Por esa razón no es raro encontrar retratos de los reyes de Francia o del delfín entre las minaturas coleccionadas por el rey Estuardo. Como vimos en una entrada anterior, al establecerse en la corte de Enrique VIII, el pintor Hans Holbein el Joven ayudó a popularizar esta forma de arte a la que ya se dedicaba entonces Lucas Horenbout, el miniaturista oficial de la corte de Enrique VIII del que vemos un ejemplo del propio rey aquí arriba. Se puede decir que Horenbout es el fundador de la escuela inglesa de retratos en miniatura , que comienza repentinamente en el momento de su llegada a Inglaterra, y que tenía muy pocos precedentes continentales.

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HANS HOLBEIN Retrato de dama, posiblemente Katherine Howard (1520-1542)

Estas miniaturas de retratos, que a veces se montaban en fastuosas joyas o en cajas decorativas, servían como recuerdos o incluso relicarios de los seres queridos, como regalos para intercambiar entre la aristocracia e incluso como símbolos de lealtad política. Llevar un retrato de un rey (o un alto cargo) en un relicario podría indicar lealtad política; dar uno como regalo podría ser una declaración de amor.  El otro poderoso reclamo de las miniaturas era su deslumbrante habilidad técnica que las equiparaba a auténticas joyas. Los limners armados con una gran variedad de herramientas que incluían pinceles de pelo de ardilla y pulidores de dientes de perro, produjeron obras de arte tan preciosamente engarzadas que, según Nicholas Hilliard, una mota de caspa o una simple salpicadura de saliva podría simplemente arruinarlas.

NICHOLAS HILLIARD La reina Isabel I c.1595-1600
Acuarela sobre vitela puesta en tarjeta simple | 5.4 x 4.5 cm

Durante el reinado de Isabel I, la moda alcanzó su punto álgido cuando algunos de sus súbditos ricos comenzaron a usar retratos de la reina como un signo de lealtad no sólo a la corona sino a la Inglaterra protestante. Uno de los más importantes limners fue en efecto Nicholas Hilliard que fue protegido por Isabel I y su favorito, el conde de Leicester, aunque Hilliard nunca llegó a ocupar un puesto fijo en la corte hasta 1599. Hay una gran cantidad de imágenes de Isabel I pintadas o diseñadas por Hilliard en una variedad de medios: óleo, plaquetas, grabados, sellos de cera, manuscritos iluminados y miniaturas. El examen de esta efusión creativa muestra cómo Hilliard fue el principal responsable de la iconografía personal de la Reina, de la cual llegó a tener un monopolio virtual. La primera miniatura que realizó de ella data de 1572 (Londres, National Portrait Gallery) cuando el artista todavía podía retratar a Isabel I tal como era en realidad. Después su imagen se estereotipó como Astrea la diosa virgen descrita en la cuarta égloga de Virgilio que se caracterizaba por su eterna juventud y que traería una nueva edad de oro de justicia y de paz.

Jacobo I, tras su ascenso al trono, le confirmó como Royal Limmer y le concedió el monopolio de las miniaturas reales durante doce años pero sin embargo parece que la atmósfera de la nueva corte estaba menos atraida por su estilo de arte.

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NICHOLAS HILLIARD (1547-1619) Jacobo I c.1609-15
Acuarela sobre vitela puesta sobre naipe 4,6 x 3,8 cm

Porque el lenguaje de las miniaturas debió ser una auténtica especialidad  en la atmósfera caballeresca tan llena de elegancia como de amoríos y de intrigas de la corte de Isabel I y de los Estuardo.  A través de estas pequeñas pinturas se podían comunicar mensajes cómplices o incluso gestos secretos de lealtad podrían hacerse públicos o no dependiendo del capricho del usuario.

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Nicholas Hilliard. Miniatura de un joven desconocido © Victoria and Albert Museum

 Os voy a mostrar algunas que no estaban en la colección real pero que creo que es interesante mostrar para ver qué sentido y cómo funcionaban estas pequeñas obras de arte. En esta miniatura de Hilliard de aquí arriba que se conserva en el Victoria and Albert Museum podemos ver cómo se llevaban colgadas y cómo. el atractivo desconocido (no se conoce su identidad) girándola, no sólo la oculta sino que la sobrepone sobre su corazón en un claro gesto de devoción. O acaso de lascivia, pues vemos que el joven se muestra sólo en camisa, es decir prácticamente en estado de desnudez. Por otro lado por si quedaba alguna duda de la simbología erótica del retrato, basta mirar el fondo de llamas encendidas que obviamente hacen referencia a una pasión amorosa. Además un uso extensivo del oro en polvo hace que cuando la miniatura se mueve, las llamas parezcan parpadear.

Hilliard fue además autor de un importante tratado sobre pintura en miniatura, llamado The Art of Limning (c. 1600), conservado en la Biblioteca Bodleian  en el que se reconoce como seguidor de Hans Holbein.  A partir del estilo tardío de Holbein, Hilliard desarrolla y defiende el uso de una estética plana, lineal y bidimensional que huía por completo del claroscuro.

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‘Young Man Among Roses’ de Nicholas Hilliard del V&A Museum 13.5 x 7.3 cm

Este ‘Joven entre rosas’ que veis a continuación, obra también de Nicholas Hilliard del V&A Museum, no es sólo una de sus mejores obras y probablemente la más famosa de las miniaturas isabelinas, sino que ha llegado incluso a personificar al misterioso héroe de los sonetos de Shakespeare. La pose, la elegancia, las rosas blancas, el árbol, el traje blanco y negro y el lema en latín, ‘Dat poenas laudata fides‘ (Mi alabada confianza procura mi dolor), nos hablan en un idioma perdido, el del simbolismo cortesano renacentista.  De hecho, el joven lleva los colores de la Reina, el blanco y negro, y está rodeado por rosas eglantinas, un símbolo de la Reina. Las rosas conocidas por los isabelinos como eglantinas eran unas rosas sencillas de cinco pétalos, que sin duda aludían a la Corona, a la Reina Virgen en cuya sangre se mezclaba la rosa blanca de los York con la roja de los Lancaster. Todo esto ha hecho suponer que el joven pueda ser Robert Devereux, segundo conde de Essex, el joven favorito de Isabel I que era unos 30 años más joven y que le rendiría homenaje llevándose la mano al corazón. Qué delicia de sutilezas perdidas.

Precisamente el año pasado, el 2019 se cumplió el 400 aniversario de la muerte de Nicholas Hilliard que se celebró con una buenísima exposición en la National Portrait Gallery de Londres  ‘Elizabethan Treasures: Miniatures by Hilliard and Oliver‘, la primera gran exposición de miniaturas de retratos en el Reino Unido en más de 30 años de la que son algunos de estos ejemplos que os traigo.

Francis Bacon, más tarde barón Verulam y vizconde de San Albano (1578), Nicholas Hilliard. 
Galería Nacional de Retratos, Londres

El estilo de Nicolas Hilliard es inconfundible por la casi total ausencia de sombras, lo que ha hecho que se le asocie con una pintura anticuada. Ninguna sombra atraviesa el retrato de más arriba del joven que acabaría por ser el filósofo padre del empirismo inglés, Francis Bacon. Sin embargo para sus coetáneos, Hilliard era el culmen de la exquisitez y de la elegancia, inspiración para los poetas isabelinos como John Donne que lo compararon incluso con Rafael. En aquel momento, sus orígenes ingleses permitieron que su trabajo se presentara como un ejemplo de la destreza artística inglesa. Además, en la Inglaterra isabelina, las innovaciones como el claroscuro y la perspectiva lineal eran consideradas casi incluso un poco sospechosas, debido a sus asociaciones con la Europa católica. 

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ISAAC OLIVER (C. 1565-1617) Henry Frederick, Príncipe de Gales (1594-1612) c.1610
Acuarela sobre vitela y naipe. 13.2 x 10.0 cm 

Precisamente esa diferencia es la que haría triunfar al otro de los grandes miniaturistas de la época Isaac Oliver, un hugonote refugiado de Francia que aprendió el oficio con Hilliard convirtiéndose más tarde en su principal rival. Aunque Hilliard continuó recibiendo el favor real de Jacobo I, Isaac Oliver se convirtió en Limner de la Reina Ana de Dinamarca en 1604, y fue patrocinado por Henry Frederick, el Príncipe de Gales y su círculo. Aunque Oliver hizo dos miniaturas de Henry, Príncipe de Gales y hermano mayor de Carlos I (ambas en la Colección Real), esta es la más importante, y en ella vemos ya un uso de las sombras en el rostro completamente distinto a Hilliard. Se trata además de una de las llamadas miniaturas de gabinete (13,2 x 10,0 cm) de un tamaño mayor. 

La conjunción de modelo y artista simboliza un momento importante en el arte británico. Frente a aquel ambiente isabelino cerrado a cualquier innovación continental, Henry, Príncipe de Gales, se distinguía por ser un entusiasta y joven coleccionista de pinturas y esculturas holandesas e italianas. Por otro lado, Isaac Oliver, un joven pintor emigrado de Francia que fue un catalizador importante para la adopción en Inglaterra de los avances realizados en el continente durante el Renacimiento, tanto en lo que respecta a las técnicas como a su conocimiento del arte europeo, principalmente manierista. 

Henry, Príncipe de Gales, murió de tifus cuando solo tenía 18 años, de forma repentina. Hubo una efusión sin precedentes de poesía y música de luto. Carlos, duque de York, se convirtió en príncipe de Gales y posteriormente en rey como Carlos I, pero durante años y sobre todo dado el mal gobierno de éste, Henry permanecería en la memoria colectiva como el ideal de la virtud principesca, la ocasión perdida de un gran rey.

Los tres hermanos Browne (1598), Isaac Oliver. 
Burghley House, Stamford, Lincolnshire

No me resisto a no poneros algunas miniaturas más de Isaac Oliver que muestran como, al contrario que Hilliard, dominaba ya perfectamente la creación de perspectivas y el sombreado. Como esta otra maravillosa miniatura de gabinete de 24×20 cm que celebra la fraternidad de «Los tres hermanos Browne«, que representa al futuro segundo vizconde Montague, flanqueado por sus hermanos menores John y William, de pie con los brazos delicadamente entrelazados. La composición tiene diversas inscripciones: ‘Figurae Conformis Affectus‘ , el año de factura y las edades de los tres, 21, 24 y 28. El cuarto es un misterio, no se sabe quién es.

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ISAAC OLIVER ( Un joven sentado debajo de un árbol c.1590-1595 Acuarela sobre vitela colocada sobre naipe |12,4 x 8,9 cm

El aumento de las dimensiones, en realidad a unos 10 o 12 cm. que eran el tamaño del naipe en el que se adhería la vitela, y la inclusión de la figura de cuerpo entero ampliaron las posibilidades del retrato en miniatura al permitir la representación de un fondo detallado y la introducción de un elemento narrativo. El paisaje de esta maravilla que es quizá mi favorita está tomado de un libro de patrones arquitectónicos de Hans Vredeman de Vries, de quien os hable en mi entrada anterior.

Un hombre consumido por las llamas ( c . 1610), Isaac Oliver. 
Ham House, Surrey.Foto: © National Trus

Aún a pesar de ese nuevo estilo más naturalista, os pongo este nuevo amante consumido por las llamas de la pasión pintado por Isaac Oliver para mostraros que, pese a cambios de estilo, su uso y su simbología galante estaban sin embargo muy lejos de cambiar. La frase no tiene desperdicio: Alget qui non ardet (Se enfría el que no arde).

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Peter Oliver Autorretrato 1620-25 Royal Collection

A  la muerte de Isaac Oliver en 1617, su hijo Peter Oliver asumió su puesto en la corte, produciendo miniaturas del príncipe de Gales, el futuro Carlos I y de otros miembros de su séquito. Aunque el trabajo temprano de Peter Oliver puede ser difícil de distinguir del de su padre, sus miniaturas posteriores exhiben un manejo más amplio y más libre que el que se encuentra en el trabajo de su padre. La impresión general en el trabajo de Peter Oliver es de mayor suavidad y unas poses más barrocas como las de este que ha sido identificado como su autorretrato, más en línea con los autorretratos más extravagantes de artistas como Van Dyck.

ISAAC Y PETER OLIVER según TIZIANO Entierro de Cristo © Musées d’Angers 45cm x 46cm

Isaac Oliver padre, ya había explorado la idea de producir copias en miniatura, realizadas en acuarela sobre vitela, de grandes pinturas de la colección real; después de su muerte, Peter Oliver completó la copia a pequeña escala que había empezado su padre de El entierro de Cristo de Tiziano que ahora se conserva en el Musée d’Angers.

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PETER-OLIVER-1589-1647-Venus,
Cupido y un sátiro-1633-Acuarela-20,6x 14,1 cm

 Aquella idea fascinó al Rey que le concedió una pensión vitalicia de 200 libras para la producción de más copias en miniatura de las pinturas más valiosas de la colección real. Ocho de estas extraordinarias copias sobreviven aún en la Colección Real, como la copia de Venus,
Cupido y un sátiro
de Corregio que os he puesto aquí arriba. El prestigio de estas copias le granjeó una auténtica fama como hemos visto en el texto de John Evelyn con que comenzamos la entrada.

John Hoskins George de Villiers, !er Duque de Buckingham 1628-29

El tercero y último de los miniaturistas o limners de la corte de Carlos I sería el inglés John Hoskins que dominaría el escenario hasta la aparición de otro de los grandes Samuel Cooper, su sobrino y alumno . Sus primeros trabajos tuvieron afinidades con los estilos de Nicholas Hilliard e Isaac Oliver, pero sufrieron un cambio notable con el advenimiento de Carlos I como rey. Hoskins se convirtió en el principal pintor en miniatura, o «limner», en la corte y produjo numerosas miniaturas de Carlos I, Henrietta Maria y cortesanos clave como esta de George Villiers, el apuesto duque de Buckingham. La miniatura, probablemente realizada tras su asesinato, está basada en un retrato al óleo de Gerard van Honthorst.

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JOHN HOSKINS (C. 1590-1665) Carlos I (1625-1649) c.1640-6

Y es que las más de las veces las miniaturas de Hoskins eran copias de originales de Daniel Mytens y sobre todo de Van Dyck, razón por la que, en general su fortuna histórica esta un peldaño por debajo de Hilliard u Oliver. Sin embargo esta miniatura de aquí arriba en concreto no parece ser copia de una pintura entre otras cosas porque es posterior a la muerte de ambos artistas, lo que demuestra sin embargo lo buen pintor que fue Hoskins. De hecho esta es la antítesis de la majestuosa imagen de la realeza que Van Dyck presenta en sus retratos de Carlos I. Pensativo y melancólico, este monarca cansado del mundo parece prever los años problemáticos que se le venían encima y que terminarían en el patíbulo en enero de 1649. 

Otros objetos del Gabinete real

Pero los contenidos del gabinete iban mucho más allá de las miniaturas en las que me he querido demorar un poco más. Además de las miniaturas, muchas de las pinturas del Renacimiento del Norte que vimos en la entrada anterior, sobre todo las de menor tamaño o aquellas realizadas sobre soportes como el cobre, encontraban su acomodo en esta sala, entre ellas muchos de los originales de Hans Holbein el Joven. No voy a hacer un repaso de ellas porque sería eterno pero sí que merece la pena recordar algunas obras muy importantes como El transito de la Virgen de Andrea Mantegna que se encuentra en el Museo del Prado y vimos en la segunda entrada, o este San Juan Bautista de Leonardo da Vinci que se encuentra en el Louvre.

San Juan Bautista de  Leonardo da Vinci .  1513 – 1515. Museo del Louvre

Esta pintura, como la mayoría de las pocas que hay de Leonardo pertenecía a la colección de los reyes de Francia pero parece que Luis XIII se la cambió a Carlos I por un Retrato de Erasmo de Hans Holbein y una Sagrada Familia de Tiziano. En algún momento también pasó por la colección real el ahora famoso Salvator Mundi pero quizás tras la muerte de Carlos.

REMBRANDT VAN RIJN Una anciana llamada ‘La madre del artista’ c.1627-9 Royal Collection

Otro de los cuadros importantes e insoslayables del gabinete era este magnífico retrato de una anciana de un jovencísimo Rembrandt del que ya os hablé en alguna entrada anterior. Aunque Rembrandt a menudo usaba a su madre, Neeltgen Willensdr, como modelo, no hay ninguna base para tal atribución y parece más que se trate de un tronie o retrato tipo de una anciana sin identidad precisa. Los pintores jóvenes, y Rembrandt tenía 21 cuando lo pintó, solían realizar este tipo de retratos para establecer su reputación. El cuadro le fue regalado al rey por Sir Robert Kerr (más tarde, primer conde de Ancram), junto con otras dos obras de Rembrandt, un autorretrato y otra perdida, que fueron las primeras obras del autor en ser vendidas en el extranjero, cuando aún era un pintor desconocido por completo.

SIR PETER PAUL RUBENS
Techo de casa para banquetes, primer diseño para la sección central

Además de pinturas en los gabinetes era donde se solían guardar los grabados y los dibujos que aún no gozaban de la misma apreciación que tienen hoy en día y se almacenaban el albumes o carpetas de los que apenas se mostraban más que en alguna rara ocasión. Carlos I tuvo muy buenos dibujos en su colección algunos de Alberto Durero, algunos muy hermosos de Hans Holbein o estos dibujos preparatorios de Peter Paul Rubens para su gran proyecto del ciclo pictórico del techo del Banqueting House.

Pietro Tacca Caballo al Paso

También era un lugar donde se almacenaban pequeñas esculturas de bronce como  este modelo de Pietro Tacca, que reproduce la pose del monumento ecuestre de Giambologna del Gran Duque Cosimo I de’Medici en Florencia. Este caballo es el único superviviente en la Colección Real de los 15 pequeños bronces fundidos por Tacca en 1611 basados en modelos de Giambologna que el Gran Duque Fernando I de Toscana regaló al hermano de Carlos, Henry, cuando era Príncipe de Gales. 

Francesco Fanelli (1577–after 1641) St George and the Dragon c. 1635–1640 Bronze Victoria and Albert Museum,

O como este San Jorge y el dragón, tan caro a la monarquía inglesa, del Francisco Fanelli, un escultor italiano cercano a Giambologna y Tacca que sin embargo emigró y trabajó en la corte inglesa llegando a ser escultor del rey e incluso diseñando fuentes para el palacio de Hampton Court.

Hubert Le Sueur 19 (c. 1580–1658)
Carlos I a caballo c. 1630–1633 Bronce Ickworth, The Bristol Collection

Algunas de estas estatuillas eran pruebas para piezas mayores, como este modelo de Hubert Le Sueur, el otro gran escultor de la corte y la competencia más directa de Fanelli. La escultura final que había sido realizada para el Lord Tesorero, Sir Richard Weston, fue destruida durante la Guerra Civil y finalmente vuelta a fundir durante la Restauración y colocada en su emplazamiento actual entre la plaza de Trafalgar Square y Charing Crosss, aunque si la comparamos con este modelo podremos ver sutiles diferencias: el rey está menos hierático y su tamaño se adecua más al tamaño del animal. Si queréis ver la escultura final pichad aquí.

HUBERT LE SUEUR (C. 1580-1658)Carlos I a mediados del siglo XVII
Bronce | 86,0 x 61,5 x 27,0 cm

Hubert Le Sueur llegó a Londres en el séquito de la esposa de Carlos I, Henrietta Maria, hija de Enrique IV de Francia, en 1625.  Sus bustos de retratos del Rey derivan precisamente de la propia estatua ecuestre que ahora se encuentra en Trafalgar Square, y digo bustos porque se fundieron varios modelos para los distintos palacios reales, aunque por los inventarios se sabe que uno de ellos estaba en el Gabinete real. Le Sueur realizó también una magnífica serie de bustos de filósofos y algunas copias en bronce de esculturas clásicas como El espinario o Diana Cazadora que aún siguen adornando los jardines del palacio de Windsor.

Según un modelo de PAULUS VAN VIANEN Júpiter enviando a Mercurio a matar a Argus
© National Trust 

En los gabinetes también se guardaban pequeños relieves en plaquetas, medallas, etc realizados en plata, bronce o incluso plomo. Este tipo de piezas de las que era posible realizar copias, pululaban por los gabinetes y cámaras maravillas renacentistas. Esta pieza de casi 20 cm. de diámetro, pertenece a una serie de siete piezas redondas basadas en las Metamorfosis de Ovidio realizadas a partir de los modelos que el orfebre holandés Paulus Van Vianen había realizado para el emperador Rodolfo II.

ANÓNIMO Placa de bronce con La virgen y la Trinidad Rijksmuseum

Tanto esta pieza como la anterior pertenecen a un obsequio al rey de 35 bajorrelieves de bronce, todos enmarcado en marcos negros redondos o cuadrados de Lord Cottington, el tesorero de Carlos I . Francis Cottington que ya había acompañado a Carlos en aquella visita juvenil a Madrid, fue consul y embajador varias veces en la corte española en la que tenía gran predicamento pues era el defensor no solo de la facción pro-española sino también de los derechos de los católicos. Acabaría en el destierro con el futuro Carlos II y el azar quiso que muriera en Valladolid mientras realizaba una misión diplomática, aunque su cuerpo fue trasladado a la Abadía de Westminster. No es extraño pues que regalara al rey una pieza de tan marcado acento católico como la de arriba.

También era posible encontrar piezas clásicas como este camafeo de época romana que representa al emperador Claudio. Esta pieza es una de las pocas piezas de este tipo, enormemente valoradas en su tiempo, que han logrado sobrevivir en la colección real, acaso porque ya en aquel momento la piedra,como vemos, estaba rota y eso menguaba su valor de subasta. Aún así este tipo de piezas eran en el Renacimiento tan valoradas comolas propias joyas.

Medalla conmemorativa del matrimonio de Carlos I y Henrietta Maria. 
c.1625

Cualquiera que haya visitado alguna de esta kunstkammer sabe que otra de las cosas que se atesoraban eran las medallas en metales preciosos que conmemoraban los grandes acontecimientos dinásticos, como nacimientos, bodas, victorias o coronaciones. Había orfebres en las cortes especialmente dedicados a la elaboración de este tipo de obras como Pierre Regnier, el medallista de Luis XIII, que es el autor de esta medalla de aquí arriba conmemorativa del matrimonio de Carlos I y Henrietta Maria de Francia. En la corte inglesa el orfebre más importante fue Nicolas Briot el Grabador en Jefe del Royal Mint, algo así como la Casa de la Moneda. Este tipo de medallas además eran usadas colgando de cadenas en los bolsillos o con cintas de raso o seda al cuello o en bandolera.

Speculum Romanae Magnificentiae 1519-1575 The British Library

Y por último, para acabar, los libros más preciados o de tamaños descomunales. Como el famosísimo Speculum Romanae Magnificentiae de Antonio Lafreri, impresor y grabador francés afincado en Roma. Antonio Lafreri parece haber sido el primer impresor en reunir un conjunto de mapas en un volumen encuadernado con portada. Como quiera que aquella portada llevaba un grabado de Étienne Dupérac del titán Atlas sosteniendo la bola del mundo , se hizo común a partir de entonces el empleo del término atlas para denominar a estas colecciones cartográficas

Abraham van der Doort (c. 1575-1640) Catálogo de la colección de cuadros, medallas, ágatas y similares, del Rey Carlos I 1639

Y termino la entrada con el libro más importante al menos para la elaboración de esta serie de entradas: el catálogo de la colección de Carlos I realizado en 1639 por Abraham van der Doort, que ostentaba el título, entre otros, de Guardián del Gabinete del Rey y conocía, mejor que nadie todas estas piezas de las que os he hablado. El manuscrito original se encuentra ahora en la Biblioteca Bodleian de Oxford, pero esta copia, que por cierto figuró en la exposición de la Royal Academy, fue hecha ex profeso para uso particular del Rey, y lleva su escudo de armas en la portada. Se mencionan en él otros cincuenta y cuatro libros como parte de la colección del gabinete.

Retrato de Abraham van der Doort , de William Dobson . Royal Portrait Gallery

No puedo acabar sino rindiendo un homenaje al guardián de la cueva del tesoro, Abraham van der Doort , este hombre tan eficaz, cuyo inventario es uno de los mejores quizás realizados en la historia y gracias a el cual es posible abarcar la magnitud de aquella colección tan fugaz. Lamentablemente tendría un trágico y novelesco final pues se suicidó en el verano de 1640, angustiado por haber perdido una de las miniaturas del rey.

Y hasta aquí la entrada dedicada al Gabinete del Rey Carlos I en el Palacio de Whitehall.

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Las Piezas de Mantua en la colección de arte de Carlos I de Inglaterra http://rarasartes.com/las-piezas-de-mantua-en-la-coleccion-de-arte-de-carlos-i-de-inglaterra/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=las-piezas-de-mantua-en-la-coleccion-de-arte-de-carlos-i-de-inglaterra http://rarasartes.com/las-piezas-de-mantua-en-la-coleccion-de-arte-de-carlos-i-de-inglaterra/#respond Wed, 06 May 2020 16:53:08 +0000 http://rarasartes.com/?p=15332 Las Piezas de Mantua en la colección de arte de Carlos I de Inglaterra

 

Gerrit van Honthorst (1592–1656) Charles I 1628 Oil on canvas National Portrait Gallery, London

La adquisición de la Colección de los duques de Mantua.

Es inevitable que al intentar profundizar un poco en la Colección de Carlos I de Inglaterra tengamos que referirnos sin duda al que fue el gran núcleo duro de la nueva colección real: la adquisición a través de largas negociaciones entre 1625 y 1630 del grueso de la extraordinaria colección de los duques de Mantua, la llamada Colección Gonzaga o también con el poético (y merecido) nombre de la Celeste Galleria.

Palazzo ducale de Mantua

La Colección Gonzaga  era la majestuosa colección de obras de arte encargadas y adquiridas por la Casa de los Gonzaga que se exhibían  en el Palazzo Ducale , el Palazzo  del Te, al que dediqué una entrada específica, el Palazzo San Sebastiano y otros edificios de la familia que iban más allá de la propia ciudad de Mantua. Esta colección, junto a la de los Medicis y a la de los propios papas, era sin duda una de las más importantes colecciones de arte del Renacimiento italiano y probablemente de la misma historia del arte.

Inspirada en las cámaras de las maravillas o wunderkammer alemanas, reunía no sólo obras de arte de sus contemporáneos sino también un considerable número de los entonces venerados testimonios del glorioso pasado clásico como esculturas, bronces, monedas, camafeos y medallas de la época griega y romana. Es legendario el buen gusto, el buen ojo y la mano izquierda que tuvieron los sucesivos duques con algunos de los artistas más importantes del Renacimiento y del primer Barroco Italiano. Leon Battista Alberti, Andrea Mantegna, Giovanni Bellini, Andrea del Sarto, Perugino, Leonardo da Vinci, Tiziano, Giulio Romano, il Tintoretto, Antonio Corregio, Peter Paul Rubens, Frans Pourbus, Domenico Fetti y Guido Reni, entre otros muchos, trabajaron directamente para ellos. Impresionante nómina ¿no?.Fueron pues muchos y muy notables los miembros de la familia Gonzaga que agrandaron aquellas magníficas colecciones. Como el encargo de Ludovico Gonzaga a Andrea Mantegna de la famosísima Camera Picta o Camera degli Sposi en el propio palacio ducal; o el no menos celebérrimo Studiolo de la esposa de su nieto, la extraordinaria Isabella d’Este; o el fascinante trabajo de Giulio Romano para el hijo de ésta, Federico II en la decoración del fascinante Palacio del Te.

Camera degli Sposi del Palacio Ducal de Mantua con frescos de Andrea Mantegna

En realidad fueron estas «pequeñas» cortes italianas las que convirtieron el coleccionismo de arte  en un arte en sí mismo, asociando arte con prestigio y con poder, cuanto menos económico y cultural, y utilizándolo como instrumento de representación y de negociación en el sutil juego diplomático al que necesariamente debían aplicarse los estados pequeños.

No voy a extenderme aquí en las razones de la súbita decadencia de la legendaria casa de los Gonzaga, emparentada como estaba con el emperador del Sacro Imperio o del mismísimo rey de Francia, aunque el tema bien merecería, más que una entrada, un culebrón de Netflix. Una serie de matrimonios equivocados, unos cuantos capelos cardenalicios abandonados con sonoras condenas de la Iglesia y alguna esterilidad de la duquesa de por medio acabó con la línea masculina de los Gonzaga y su complicada sucesión incluso llegó a desatar, siendo un estado tan pequeño, una guerra entre el Sacro Imperio y la Francia del Cardenal Richelieu. Como fruto de aquellos avatares y de las deudas que todo aquel desastre ocasionó, su fabulosa colección tuvo que ponerse a la venta o usarse en pagos compensatorios por deudas políticas, militares o económicas.

El Parnaso de Andrea Mantegna, una de las pinturas pertenecientes al Studiolo de Isabella d’Este que posteriormente sería regalada como el resto de las pinturas del Studiolo al Cardenal Richelieu por su partido en la guerra de sucesión de Mantua y hoy se guarda en el Louvre.

Bien, por más que me pasaría horas hablando de la fascinante familia de jorobados que fueron los Gonzaga, -tal vez en otra ocasión-, volvamos a centrarnos en qué parte de la diáspora de sus tesoros artísticos cogió el camino de Londres.

Una primera parte de la colección Gonzaga fue adquirida en aquel río revuelto a precios ridículamente bajos por los agentes de Carlos I de Inglaterra, en una negociación mediada por  el comerciante de arte flamenco Daniel Nys y por Nicholas Lanier , el maestro de música del rey, desplazado a Italia para tal objeto.

Hay que decir que, pese a todo, aquella venta aprovechada y oportunista fue no obstante una provechosa bendición para la supervivencia de gran parte de las obras pues el conjunto que quedaría en Mantua tuvo que sufrir el menoscabo causado por los lasquenetes alemanes en el llamado Sacco de Mantua de 1630. Por otro lado, el mencionado comerciante de arte Daniel Nys que realizó sin lugar a dudas la que se considera la mejor adquisición de arte del siglo XVII, que no es poco, acabaría sin embargo finalmente arruinado por la tardanza en pagarle por parte de la corona inglesa. Ya se sabe, las cosas de palacio van despacio y lejos de dar un legendario pelotazo como creyó, moriría 20 años después en Londres todavía intentando recuperar sus pérdidas mientras la colección real era subastada por los parlamentarios puritanos.

Anton Van Dyck. Retrato de Nicolás Larnier 1632 (Kunsthistorisches Museum)

Mejor suerte correría el músico Nicolás Larnier, auténtico creador de la banda sonora del reinado de Carlos I, que introdujo muchos de los recitativos de Claudio Monteverdi en la música inglesa y sobre todo fue, para la historia del arte, quien convenció al rey  de llevar a Van Dyck a Inglaterra, donde se convirtió en el principal pintor de la corte. Este retrato de arriba fue pintado, de hecho, en Amberes antes de que el pintor flamenco llegara a la corte inglesa.

Se tiene en cualquier caso una nutridísma información de todas las obras que componían la colección Gonzaga que podéis ver pinchando aquí y de cúantas y cuáles de ellas llegaron a la corte inglesa donde, en sus inventarios, venían identificadas como piezas de Mantua. Bueno pues alrededor de 1627–28, como resultado de una serie de complicadísimas negociaciones llevadas a cabo por el citado Daniel Nys , Carlos I logró adquirir una cantidad muy considerable de aquella famosa colección Gonzaga. La primera entrega, principalmente de pinturas superó las 18.000 libras, lo que era una cantidad astronómica para la época, e incluía obras de Tiziano, Rafael, Correggio, Caravaggio, Giulio Romano y Andrea del Sarto sobre todo. Hubo también una segunda adquisición posterior, de la que hablaremos más tarde, de alrededor de otras £ 10,000, poco después de 1630.

La primera entrega de las Piezas de Mantua

ANDREA MANTEGNA La Virgen y el niño con San Juan niño y seis santas Isabella Stewart Gardner Museum, Boston

Empiezo por decir que no podría haceros aquí la relación completa de las obras porque sería interminable y más propio de una tesis. Pero para aquellos que quieran profundizar más en el tema hay un inventario, no del todo completo sin embargo, de las llamadas piezas de Mantua en la página web del Royal Collection Trust que ha diseñado toda una web específica dedicada a la desperdigada colección de Carlos I, que precisamente se llama lostcollection y que estoy usando como una de las fuentes de estas entradas. Aquí haremos un repaso muy sucinto de lo más extraordinario, de las auténticas joyas de la Historia del Arte que hicieron que Londres se convirtiera de una vez para siempre en una sede donde ver lo mejorcito del arte del Renacimiento.

Tiziano (c. 1488/1490–1576) La Cena en Emmaus c. 1534 Musée du Louvre, Paris

Las pièces de résistance, sobre todo tras su estancia en Madrid, serían las telas de Tiziano. Carlos I llegó a estar tan obsesionado con el pintor después de haber visto las colecciones de Felipe IV, que acabó reuniendo una muy suntanciosa colección que le llevó a dedicarle dos de sus tres Privy Lodging Rooms, que podíamos traducir como Aposentos Reales Privados. Una reproducción en 3-D de éstos aposentos y de las obras que en ellos colgaban se puede ver de nuevo en la fantástica web de la Royal Collection Trust que podéis ver pinchando aquí.

En el primero de aquellos aposentos podemos ver (si pincháis en el link veréis la habitación en 3-D) dos cuadros de altar de Tiziano concebidos como pareja, La cena de Emaús y El entierro de Cristo que procedían de esa primera adquisición en Mantua.

Tiziano (c. 1488/1490–1576) El entierro de Cristo, Museo del Louvre

Las pinturas fueron originalmente encargadas por miembros la familia Maffei como piezas de altar para la catedral de Verona y posteriormente adquiridas para el palacio ducal de Mantua por Isabella d’Este o por su hijo Federico II Gonzaga. El cuadro de Emaús fue el lienzo de entre todos los Tizianos que alcanzó mayor precio en la venta en almoneda tras la decapitación del rey. Ambos tomarían el camino de Francia y se conservan en el Louvre.

Entre estos dos lienzos, colgaba una obra que no fue estrictamente una pieza de mantua, La alocución del Marqués del Vasto, que hoy tenemos en el Museo del Prado.

Este que es un cuadro, que siempre me ha resultado extraño, narra un episodio en el que Alfonso de Ávalos, primer Marqués del Vasto, sofocó  un motín de las tropas españolas acampadas cerca de Milán gracias a su esclarecida y militar elocuencia. Que Ávalos, uno de los más conocidos militares de su época, encargara al pintor del Emperador un cuadro que glorificara un episodio militar ni heroico ni triunfal, sino más bien prosaico se explica por circunstancias políticas necesarias para la defensa de su inacción frente a la mismísima censura imperial. Ávalos, fijaos qué interesante, se reivindica a través del arte de Tiziano  mostrandose no como militar, sino como político, y para dotarle del necesario cariz heroico, muestra el supuesto sacrificio del hijo, el niño con el yelmo, como rehén y garantía de sus promesas. Este cuadro, como el que sigue, no pertenecían, como os digo, a las piezas de Mantua pero colgaban junto a ellas en esa primera Alcoba Real dedicada por entero a los cuadros de Tiziano, al que entonces se consideraba un sol entre las estrellas

Tiziano. Venus recreándose en la Música Hacia 1550. Museo del Prado

Esta otra tela alegórica, adquirida por Carlos I en Venecia, tras su muerte, pasó por las manos de uno de los mayores coleccionistas de arte de la corte española, Luis de Haro y Guzmán, VI Marqués del Carpio y sobrino del poderoso Conde Duque de Olivares, que lo regalaría a Felipe IV para ingresar finalmente en las Colecciones Reales donde ya había una tela muy similar. De hecho Tiziano pintó cinco versiones con ligeras variaciones de este tema de una Venus recostada -con perrito o con un cupido o con ambos- escuchando embelesada a un músico -tocando el órgano o el laúd- que se gira para (ad)mirarla. Dos de esas versiones están en El Prado, una en la Gemäldegalerie de Berlín y dos, casi gemelas salvo por el paisaje, en el Museo Fitzwilliams de Cambridge y el Metropolitan de Nueva York

Aquel primer cuarto dedicado por completo a Tiziano se completaba con otros cuadros como la Alegoría matrimonial de Alfonso d’Avalos , una Lucrecia y Tarquinio (Museo de Bellas Artes de Burdeos) , una copia de la Santa Margarita que se conserva en el Prado y finalmente este Jacopo Pesaro presentado por el Papa Alejandro VI a San Pedro , ahora en el Museo Real de Bellas Artes de Amberes.

Jacopo Pesaro presentado por el Papa Alejandro VI a San Pedro, 1506-1511 ,  Museo Real de Bellas Artes de Amberes.

Me voy a demorar un momento en este cuadro pues aunque también vino a España, como veis, ha acabado en Amberes. El cuadro fue comisionado por el obispo Jacopo Pesaro como un exvoto para la victoria naval veneciana en el que aparece él mismo con el estandarte vaticano acompañado del mismísimo papa Borgia, el único y sonado papa español de la historia. El cuadro se encontraría originalmente en la casa familiar, la famosa Ca’ Pesaro de Venecia. En algún momento el cuadro fue comprado por Carlos I y estuvo, como hemos dicho, en sus aposentos reales. Después de su muerte, sin embargo y durante más de dos siglos este cuadro estuvo sin embargo en las Colecciones reales españolas, cedido por el Rey al escondido convento de San Pascual en el Paseo de Recoletos de donde desapareció misteriosamente durante la invasión francesa.

Lorenzo Lotto. Triple retrato de un orfebre 1530 Kunsthistorisches Museum de 
Viena

En el segundo de los Aposentoss Reales, reinaba la monumental Venus del Pardo de Tiziano, de la que ya os hable en la entrada anterior y que fue un regalo personal de Felipe IV al entonces príncipe de Gales durante su visita a Madrid. En esta segunda alcoba, además de otros cuadros menores de Tiziano, ahora atribuidos a su taller, se encontraba este peculiar Retrato triple de un orfebre de uno de mis pintores favoritos y uno de los mejores retratistas del Renacimiento, el veneciano Lorenzo Lotto. Este cuadro que sí pertenecía a las piezas de Mantua, obviamente está en el origen del famoso triple retrato del rey Carlos I realizado por Van Dyck para encargar un busto a Bernini.

GIULIO ROMANO
La adoración de los pastores con San Longino y San Juan Evangelista
Photo © RMN-Grand Palais (musée du Louvre)

En el resto de la alcoba, predominaban sin duda alguna las obras de Giulio Romano, el mejor de los discípulos de Rafael y mucho más apreciado entonces de lo que parece ser en nuestros días. De entre todas ellas destacaba esta enorme tabla de altar (arriba) encargada por el duque Federico II Gonzaga para el altar de la Iglesia de Sant’Andrea de Mantua, iglesia por cierto concebida por el mismísimo Leon Battista Alberti, casi nada. La advocación del templo a una reliquia de la sangre de Cristo justifica la inclusión de Longino a la izquierda que porta la lanza con la que hirió a Jesús y el relicario donde con toda probabilidad se guardaba la sangre.

La extraña reunión de un cuadro erótico como la Venus del Pardo con La Adoración de los pastores de arriba parece justificarse porque el tema central de la sala eran los nacimientos ya fueran santos o mitológicos. A ello parecen apuntar otras dos telas de Giulio Romano El nacimiento de Baco del Museo Getty y este Nacimiento de Diana y Apolo, que aún se conserva en las colecciones reales inglesas. Todos ellos piezas de Mantua

Tiziano. retrata al pintor

Para completar la dedicatoria a Giulio Romano, este retrato del pintor atribuido a Tiziano en el momento en que estaba en la corte de los Gonzaga con los planos tal vez de alguno de los edificios que inspiraría en Mantua. El cuadro fue regalado (o vendido no está claro) por el hijo de Giulio Romano, que se llamaba, como no podía ser de otro modo, Rafael a los duques de Mantua tras la muerte del pintor. Pasó después esta obra a la colección de Carlos I y de ahí a diferentes colecciones inglesas hasta que a mediados del siglo XX reaparece en el mercado de subastas donde fue subastado varias veces a lo largo de las siguientes décadas, llegando incluso a pertenecer al dictador filipino Ferdinand Marcos. Finalmente fue comprado en 1996 por la Región de Lombardía y por la Administración Provincial de Mantua y hoy está en el mejor lugar posible, en el Palacio del Te, diseñado por el propio Giulio.

Antonio Corregio Venus, Sátiro y Cupido. Museo del Louvre

En la tercera y última de las Alcobas reales, también conocida como la Sala de la Mesa Cuadrada, había 15 pinturas atribuidas a las principales figuras del Renacimiento italiano, como Rafael, Correggio, Parmigianino y Andrea del Sarto. Aunque no dominaba ningún artista en concreto como en las anteriores, sí que había tres pinturas atribuidas a Correggio. Venus y Amor descubiertos por un sátiro que vemos arriba, y Venus con Mercurio y Cupido (‘La Escuela del Amor’) que vemos abajo y que probablemente formaban un par a veces relacionadas con el Amor Sagrado y  el Amor Profano respectivamente.

Antonio da Correggio Venus con Mercurio y Cupido (‘La Escuela del Amor’), National Gallery.

Esta otra pintura tiene una historia curiosa de dueños famosos. Después de la muerte de Carlos, el cuadro fue comprado en 1653 por el embajador español Alonso de Cárdenas que actuaba de agente de Luis de Haro, el marqués del Carpio al que ya hemos mencionado. Éste quiso regalarla a Felipe IV que sin embargo la rechazó porque Diego Velazquez impugnó su atribución a Correggio. Fruto de este rechazo, continuó en la colección del Marqués del Carpio  cuya familia la retuvo hasta 1802. En los siguientes 30 años la pintura se recorrería sin embargo media Europa. Por un litigio con la Casa de Alba a la que se había adherido el título, el cuadro pasó a la colección de un gran erotómano, Manuel de Godoy, el Príncipe de la Paz y principal válido de Carlos IV que la juntó con la Venus del Espejo de Velázquez y las Majas de Goya. Después de su caída y durante el interregno napoleónico el lienzo pasaría a la propiedad de Joachim Murat, mariscal de Francia y cuñadísimo de Napoleón que sería quien ordenaría las masacres madrileñas del dos de Mayo. Murat se postuló a sí mismo como rey de España y aunque no logró tal honor sí recibió como compensación el reino de Nápoles donde se llevó el cuadro de Correggio. A su muerte su viuda, Carolina Bonaparte la llevó consigo a Viena donde, exiliada de Francia, tuvo que venderla al embajador inglés que la recuperó para la National Gallery en 1834. Buen periplo, ¿no?

Andrea del Sarto. La Virgen con el Niño entre San Mateo y un ángel. 1522. Museo del Prado,

Otra de las piezas de Mantua que adornaban este tercer aposento real era esta Virgen con el Niño entre San Mateo y un ángel de Andrea del Sarto, una obra también conocida como Madonna della Scala. Esta obra magnífica, encargada en 1522 al pintor por un banquero florentino, fue otra de las piezas llegadas de Mantua a Londres y de Londres a Madrid, rescatada por el embajador Alonso de Cárdenas para Felipe IV y hoy cuelga en el Museo del Prado. Este embajador español, Cárdenas, tuvo notorias malas relaciones con Carlos I de Inglaterra, lo que le llevó a acercarse al Parlamento, enfrentado entonces al monarca. De hecho, bajo sus auspicios, la conservadora España sería la primera potencia en reconocer oficialmente a la República inglesa para espanto de otras cortes europeas.

Sagrada Familia, llamada la Perla Rafael y Giulio Romano
Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado

Alonso de Cárdenas supo sacar partido de esas buenas relaciones y aprovechó aquella coyuntura que se le brindaba para adquirir valiosas obras de arte en la en la almoneda de los bienes del rey inglés organizada por el Parlamento tras su ejecución, la conocida como almoneda de la Commonwealth. A esa almoneda dedicó el Museo del Prado en 2002 una exposición específica pues, como vereis, allí consiguió un buen pellizco de lo mejor de sus fondos: La almoneda del siglo. Relaciones artísticas entre España y Gran Bretaña, 1604-1655

Pues bien, para el ya citado  marqués del Carpio, el embajador Cárdenas compró casi a precios de chollo, dada la premura en vender, más de un centenar de pinturas entre las que estaba lo mejorcito de la colección real, que el citado marqués después obsequiaría a Felipe IV. Entre esas obras estaban joyas del Museo del Prado actual como el Autorretrato, de Alberto Durero,  La Virgen con el Niño, san Mateo y un ángel de Andrea del Sarto que acabamos de ver, El lavatorio, de Tintoretto, o Moisés salvado de las aguas de Veronés. O esta tela de arriba de la Sagrada Familia , conocida desde su llegada a España como la Virgen de la Perla, porque Felipe IV desde su llegada la considerará como la perla de sus colecciones.

Otra de las piezas de Mantua que acabó en el Prado fue esta maravilla del Transito de la Virgen que fue una de las primeras obras que Andrea Mantegna pintó para Ludovico Gonzaga tras su traslado a Mantua que es precisamente la ciudad que sirve de telón de fondo a la dramática escena.

Otro importante tesoro de las piezas de Mantua, quizás uno de los mayores recuperado para las colecciones reales españolas, fue la desaparecida serie de los emperadores romanos  conocidos como los Once Césares de Tiziano, una serie de retratos de medio cuerpo de emperadores romanos realizados por Tiziano entre 1536-1540 para el Duque de Mantua. Los once retratos, inspirados en las Vidas de los doce Césares de Suetonio, a los que se añadió el duodécimo pintado por Bernardino Campi, fueron pintados para el Gabinetto dei Cesari , una habitación en el nuevo apartamento diseñado por Giulio Romano  en el Palazzo Ducale con una decoración inspirada en la historia antigua. La serie completa que perteneció después a Carlos I de Inglaterra fue comprada también por el embajador Cárdenas y se expuso durante casi un siglo en la Galería del Mediodía  del Alcázar madrileño hasta que fue destruida por completo en el catastrófico incendio  de 1734. Ahora sólo se conocen a través de grabados de la época.

Podemos hacernos una idea de cómo lucirían por las copias de los doce emperadores realizadas por el propio Bernardino Campi en el Palacio ducal de Sabbioneta para Vespasiano Gonzaga, duque de Sabbioneta y primo de los duques de Mantua.

A parte de todas estas obras que hemos visto en las alcobas privadas, había otras tantas maravillas que llegaron a Inglaterra en aquella impresionante compra. Algunas de enorme importancia como por ejemplo este archiconocido Cristo Muerto, el escorzo más famoso de la Historia del arte, que parece que Andrea Mantegna pintó para su capilla funeraria y que sin embargo acabaría en la Passage Room del Banqueting House.

Lamentación sobre Cristo muerto. Andrea Mantegna. Pinacoteca de Brera

Otra chuchería que llegó a Londres de Mantua fue esta monumental tela de Caravaggio de 1606 que había llegado a la colección de los Gonzaga un poco de carambola al ser la tela rechazada por escandalosa por parte de los padres de la iglesia carmelita de Santa Maria della Scala en el Trastevere para donde se había encargado. La representación de la virgen causó un auténtico revuelo contemporáneo porque se dijo que era una prostituta ahogada en el Tíber

Michelangelo Merisi da Caravaggio. La muerte de la virgen. 1606. Museo del Louvre

Como sea, dio la casualidad de que en ese momento estaba en Mantua un jovencísimo Rubens que recomendó al duque Vincenzo Gonzaga que la comprara pues, a su juicio, era una de las mejores obras de Caravaggio. La pintura fue comprada tras su paso por Londres, por Everhard Jabach , director de la Compañia Francesa de la Indias Orientales, otro gran pescador en aquel río revuelto, quien a su vez en 1671 la vendió a Luis XIV.

Guido Reni El rapto de Deyanira por el centauro Neso. Museo del Louvre

También acabarían en la colección de Luis XIV otro ciclo importante de las piezas de Mantua, los cuatro grandes lienzos sobre la vida de Hércules de Guido Reni. El duque Ferdinando Gonzaga buscaba quien pintase al fresco las galerías y los salones de la villa Favorita, cerca de Mantua, y escogió, con el proverbial buen gusto de su familia, a Guido Reni. Pero el boloñés se negó a pintar al fresco debido a lo tóxico que resultaba esa técnica pero, a cambio, creó un ciclo de cuatro grandes lienzos, que han acabado en el Louvre.

Cristofano Allori (1577– 1621) Judith con la cabeza de Holofernes 1613

Ya veis, la calidad y cantidad de obras maestras, y os doy mi palabra de que sólo estoy hablando de los más ineludible porque hay muchísimo más donde profundizar en aquella primera adquisición de obras de la colección Gonzaga entre 1625 y 1627. Arriba una magnifica obra de Cristofano Allori, un emblema de la pintura barroca florentina que también llegó de Mantua y abajo una obra de Veronés, que al rey nunca le gustó.

Paolo Veronese. Leda y el cisne Palais Fesch, Musee des Beaux-Arts, Corsica Louvre

La segunda entrega de las Piezas de Mantua 1630

Obviamente, como podréis deducir Carlos I estaba tan contento con su adquisición que, una vez terminada la guerra por la sucesión de Mantua y el Monferrato, volvió a insistir al comerciante de arte flamenco Daniel Nys para ver si aún podía hacerse con algo más dada la necesidad de dinero de la nueva rama ducal, los franceses Gonzaga Nevers.

Así fue como por otro importante desembolso de unas diez mil libras se adquirieron para la colección de Carlos I de Inglaterra los Triunfos de Mantegna y una parte considerable de las mejores esculturas antiguas. No podría ya, a estas alturas de la entrada, mostraros con detenimiento la cantidad de obras que llegaron en aquella segunda remesa de piezas de Mantua.

Imágenes del Album of Statues and Busts in Whitehall Gardens

En la exposición de la Royal Academy se mostraba sin embargo el conocido como el Album de Whitehall, Album of Statues and Busts in Whitehall Gardens, que pertenece a la colección real con dibujos de las esculturas que en aquel momento aún pertenecían a la colección Gonzaga. El album fue con toda probabilidad encargado por Daniel Nijs para Carlos I mientras aún estaba negociando la adquisición de esta segunda remesa de la colección. Finalmente las esculturas fueron cuidadosamente embaladas y trasladadas hasta Murano en la que sería su primera etapa en el camino a Inglaterra.

La venus agachada. siglo II dC Mármol |125 x 53 x 65 cm 

Probablemente la pieza más valorada de todas era esta estatua de mármol de Afrodita, o quizás Helena de Troya, del período Antonino (siglo II dC) y que es una copia romana de un original helenístico del siglo II a. C. Se puso a la venta después de la ejecución de Carlos I y fue comprada por el artista Peter Lely, por lo que se la suele conocer como la Venus Lely. Sólo dos años después de su muerte, como era tan valorada, fue recomprada para las colecciones reales inglesas que es donde se encuentra, aunque actualmente se exhibe en el British Museum.

Marco Aurelio 139-150 AD Mármol 85,0 cm (incluida base)

Aqui vemos un retrato del emperador romano Marco Aurelio como Príncipe Heredero del período comprendido entre 139-144 y 161 dC que junto con el de su consorte, Faustina la Joven estaban ambos expuestos en la exposición de la Royal Academy Ambas obras procedían de las colecciones de Mantua y muchas de ellas sufrieron daños durante los disturbios antirrealistas que condujeron a la Guerra Civil Inglesa. 

Faustina 150-175 AD Mármol 70,9 cm (incluida base)

En la exposición de la Royal Academy Charles I King and collector hasta cinco de estos bustos romanos se exponían en la misma sala que la otra gran adquisición de la segunda remesa de las piezas de Mantua, la impresionante serie de ¨Los triunfos de Cesar« de Andrea Mantegna.

Los triunfos de César en la exposición de la Royal Academy

Los triunfos de César son una serie de nueve grandes pinturas creadas entre 1484 y 1492, comisionados por el duque Federico I Gonzaga o, más probablemente, por su hijo Francesco II , un joven marqués por cuyas hazañas militares había sido apodado el «nuevo César»  por el poeta Ercole Strozzi . Los nueve lienzos de los «Triunfos de César» de Mantegna se leen de izquierda a derecha, comenzando con «Los trompetistas» y culminando en el carro del victorioso Julio César, coronado con una guirnalda de laurel por una Victoria alada. El destino original del ciclo es incierto, quizás una habitación en el edificio adyacente a la Camera degli Sposi . El ambicioso proyecto tardó mucho tiempo en terminarse, y ya desde su misma ejecución, su fama se extendió por todas las cortes italianas. Después de la muerte de Mantegna, Francesco II colocó los lienzos a una larga galería expresamente diseñada para ellos en el palacio de San Sebastiano , que acababa de construirse donde maravillaron al propio Carlos V en su paso por Mantua.

Los Triunfos de Cesar en su emplazamiento habitual en Hampton Court

El ciclo se convirtió inmediatamente en uno de los tesoros más admirados de Italia. Giorgio Vasari quedó deslumbrado al visitarlos y afirmó que era lo mejor que jamás había pintado Mantegna. Se conocían por toda Europa gracias a los excelentes grabados que de ellos se hicieron. Además algunos pintores de mucho peso como Hans Holbein o el mismo Rubens pintaron copias o se inspiraron en ellos.

Peter Paul Rubens. Un triunfo romano. 1630.  86.8 x 163.9 cm. National Gallery de Londres

Los triunfos, como ya hemos explicado, fueron adquiridos por Carlos I otorgándole un enorme e inmediato prestigio como coleccionista por todas las cortes europeas por su sola adquisición. Las pinturas  llegaron en 1630 al Palacio de Hampton Court, donde han permanecido desde entonces.  Las pinturas se muestran como un friso continuo , separadas por pequeñas columnas doradas imitando su ubicación original en Mantua.

Quinto cuadro: Trompeteros, toros sacrificales y elefantes.

Después de la ejecución de Carlos I en 1649, estas obras junto a los cartones de Rafael fueron conservadas por expreso deseo del propio Oliver Cromwell consciente de el prestigio que aportaba su fama. Aún, hoy en día, a pesar de un pésimo estado de conservación, constituyen, según cualquier estudioso, el núcleo central, el sancta sanctorum de las colecciones reales inglesas.

Sexto cuadro: Portadores de cascos, trofeos y armaduras.

La serie tiene un delicado estado de conservación que hace que para exponerla haya que mostrarla con luz de baja potencia y ha sufrido históricamente restauraciones desastrosas por lo que es muy difícil verla salvo en su ubicación en Hampton Court, razones todas por las que su exposición en Londres en la exposición de la Royal Academy ya era, en si mismo, un acontecimiento.

Y bueno, hasta aqui la segunda entrega dedicada a la colección de Carlos I que hemos dedicado únicamente a sus adquisiciones a los duques de Mantua. Impresionante, ¿verdad?. Pues aún nos queda relato y muchas más obras, os lo prometo.

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Antonio Ligabue, rugidos en el rio Po http://rarasartes.com/antonio-ligabue-rugidos-en-el-rio-po/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=antonio-ligabue-rugidos-en-el-rio-po http://rarasartes.com/antonio-ligabue-rugidos-en-el-rio-po/#comments Wed, 22 Apr 2020 17:50:35 +0000 http://rarasartes.com/?p=15264 Antonio Ligabue, rugidos en el rio Po

Hola amigos. La verdad es que estaba, y estoy, preparando otra suculenta serie sobre la  “gran” pintura barroca, pero de pronto pensé que hacía largo tiempo que no rescataba alguno de esos artistas desconocidos y particulares cuya reivindicación estuvo en el principio de este blog y de su título. Y he pensado por eso traeros hoy al italiano Antonio Ligabue, il Toni quien probablemente en los meses venideros, si es que la vida que estamos viviendo se normaliza lo suficiente, dará bastante que hablar pues su figura ha sido objeto de una aclamada película italiana que este mismo año, hace apenas un par de meses, le supuso a su protagonista, Elio Germano, el Oso de plata al mejor actor en el Festival de Berlín. La película que tiene una pinta extraordinaria se titula Volevo Nascondermi (Quería esconderme) y está dirigida por  Giorgio Diritti  y supongo que se estrenará aquí en algún momento del año, aunque, dadas las circunstancias, es difícil saber cuándo.

Elio Germano haciendo de Antonio Ligabue en Volevo nascondermi (2020)

No es tampoco la primera vez que el cine y el festival de Berlín se interesan por este artista. Ya a principios de los años 60, aún en vida de Ligabue, se produjo un corto documental Lo specchio, la tigre e la pianura (El espejo, la tigresa y la llanura) dirigido por Raffaele Andreassi que fue galardonado con el Oso de plata al mejor corto documental en el festival de 1961. Las imágenes de ese corto documental que os pongo al final de esta entrada son lo más impactante de todo lo que he visto sobre Toni y me han conmovido hasta más allá de lo que yo voy a ser capaz de contar. Asi que si no teneis ganas de leer por favor id al final y visionad el video que os va a impactar.

Hubo también una serie de televisión de tres episodios en la RAI 1 en 1977 protagonizada magistralmente por el gran Flavio Bucci que también logró, entre otros, el merecidísimo premio al mejor actor en el Festival de Montreal de 1978 y que os recomiendo vivamente pues es posible encontrarla online en su versión original. El trabajo de Flavio Bucci y todos los fantásticos secundarios de una era de oro del cine italiano bien lo merecen.

Flavio Bucci interpretando a Ligabue.

Aún tengo llenos los ojos de esos interminables paisajes de álamos y abedules desnudos siempre envueltos en la nieblina espesa que decanta el frio y la humedad que acompañan despaciosamente a ese majestuoso rio Po, cuya cuenca es casi media Italia. Esa inmensa pianura padana que los griegos señalaron como la tierra de los hiperbóreos y donde vivieron ligures, umbríos y pelasgos…

Antonio Ligabue, en realidad Laccabue, nació por casualidad en Zurich, hijo de una madre soltera emigrante italiana que con tan solo nueve meses le entregó a una pareja suiza. El padre, Bonfiglio Laccabue, no se sabe si real o adoptivo, le dio su apellido cuando ya estaba con sus padres de acogida, Johannes y Elise, una pareja de alemanes suizos sin hijos, a quienes el artista siempre consideró como sus padres; en particular, a Elise, la única mujer con quien realmente mantuvo una relación afectuosa, no exenta de un fuerte conflicto.

No tuvo ni mucho menos una infancia fácil y feliz. Sus padres de acogida eran muy pobres y tuvieron que mudarse frecuentemente debido a lo precario del trabajo por lo que no tuvo una casa fija. Sin embargo se vio afectado por enfermedades como el raquitismo y el bocio que resultaron en un deterioro del desarrollo físico, y probablemente psíquico. Siempre fue muy orgulloso, riguroso y susceptible, lo que frecuentemente degeneraba en conflictos con sus compañeros, motivo último por el que fue expulsado de varios colegios, aunque aprendió a leer con cierta velocidad, y sobre todo a fascinarse con en el dibujo. Inadaptado y acosado por sus compañeros se escapaba frecuentemente ya desde adolescente, llevando a ratos una vida errante con trabajos ocasionales en granjas. Sin embargo siempre volvía con su madre adoptiva, Elise, y esa etapa para él permanecería siempre como la feliz arcadia suiza a la que siempre soñaría con volver.

A pesar de que su vida transcurriría muy lejos de estos paisajes alpinos, Antonio conservaría una vívida imagen de ellos en su extraordinaria memoria y los usaría muy a menudo como fondos idílicos de sus cuadros favoritos.

Sin embargo una crisis cuando apenas tenía 18 años hizo que le internaran por primera vez en una institución psiquiátrica. Poco después una disputa con su madre de acogida llevó a a esta a denunciarle por golpearla y terminó con su expulsión del país, enviándole, al lugar de donde provenía su familia paterna,  los Laccabue. Así, acompañado de gendarmes y sin hablar una sola palabra de italiano, Antonio llegó a la pequeña población de Gualtieri en Reggio Emilia, donde pasaría ya el resto de su vida, siempre soñando con retornar a su Ítaca suiza.

Ligabue arrestado entre dos carabinieri en el carro de caballos, de fondo un paisaje suizo

Antonio, il Toni, como lo conocieron sus amigos, no logró adaptarse ni a la vida del hospicio en el que trataron de internarle, ni al trabajo con otros jornaleros que se reían de su torpeza al hablar, su carácter distinto o su aspecto desaliñado por lo que finalmente abandonó la sociedad y acabó viviendo solo, un auténtico ermitaño salvaje en una cabaña hecha de ramas y tablas en una alameda junto al río Po, rodeado de animales salvajes y con sus inseparables perros.

los paisajes siempre pertenecen a esa arcadia suiza

Así llegó a convertirse en il Matto, algo así como el loco del pueblo al que al mismo tiempo temían y acosaban los niños como un juego. Antonio Ligabue fue Toni para los pocos que le trataban y el tedesco para los muchos que le despreciaban o que directamente le temían, particularmente las mujeres a las que espiaba cuando bajaban a lavar al río. Toni se ganaba la vida con trabajos ocasionales en las granjas o con los barqueros del Po pero durante casi una década no consiguió adaptarse a la vida en comunidad, sobre todo por su costumbre nocturna de imitar los ruidos de los animales salvajes con que despertaba a sus vecinos. Il Toni hablaba con las bestias del bosque, copiaba sus gritos. Cuando una vez le preguntaron por qué no pintaba personas y prefería las bestias, él respondió bestie siamo tutti.

Y no era extraño porque durante años muchos días los animales eras sus únicos confidentes y vecinos y no era extraño verle correr con sus perros para atrapar algún pato o un conejo, no para comerlos sino para criarlos en su cobertizo. Las escopetas de los cazadores eran para él, habitante del bosque, una auténtica pesadilla y se sabe que despreciaba a todo aquel que comiese carne de caballo. Se comen a sus amigos que durante tantos años les dan servicio, decía. Dormía enterrado en un montón de paja con sus perros y aunque se lavaba poco cuentan que frecuentemente mendigaba pedazos de jabón para lavar a sus perros y conejos.

Sin embargo la violencia no está ausente en sus pinturas de animales. Es por el contrario más bien una constante, una marca de estilo, pero no una violencia gratuita sino atávica, como una parte intrínseca de la naturaleza. Curiosamente Ligabue no suele pintar como un animal caza a su presa, sino más bien el enfrentamiento entre bestias colosales, de enorme poderío.

Ligabue además pintaba completamente de memoria, demostrando una increible capacidad de atención a los detalles mínimos, incluso de aquellos animales que apenas conocía por alguna fotografía o por algún atisbo en un circo ambulante.

La suya es una naturaleza completamente inventada en la que la floresta reggioemiliana se puebla de tigres, leopardos, gorilas, tarantulas gigantes, osos polares o leones, pero también de insectos, de polillas, de arañas, de moscas, de mariposas, murciélagos u orugas.

Antes de pintar y de reflejar la agresividad animal con esa pincelada neurótica y esos contrastes cromáticos tan violentos que le caracterizan, Ligabue, como un auténtico chamán convocaba a los espíritus del animal que representaba rugiendo ferozmente como los grandes felinos, aullando como un perro o graznando y aleteando las alas como las poderosas rapaces. Podéis ver un atisbo en el video que os colgaré al final de la entrada. Para él, como para los artistas más primitivos, el arte tenía sobre todo un poder taumatúrgico.

Parece que su primer encargo como pintor fue precisamente pintar un tigre del natural para uno de aquellos circos ambulantes que en tiempos del fascismo italiano recorrían los pueblos de Lombardía y Reggio Emilia. Hasta aquel momento, il Toni pintaba con los tizones de la hoguera sobre los muros de las casas, pero aquella fue su primera experiencia de pintura en grande y colorida.

Sus dotes sirvieron para captar la atención del pintor Renato Marino Mazzacurati que supo ver en él algo más que el loco del río y le enseño a pintar con óleos en su estudio. Mazzacurati estuvo poco tiempo por la zona pero despertó en Toni una auténtica obsesión por la pintura. A partir de entonces jamás dejó de pintar ni de considerarse a sí mismo como Renato le hizo ver que era: su igual, un artista. Por eso cada vez que terminaba un cuadro, orgulloso, se lo ataba a la espalda y montado en bicicleta, como un hombre anuncio, pedaleaba por todas las calles del pueblo para mostrar la obra que tanto esfuerzo le había costado terminar.

Toni empezó así a ganarse la vida con su pintura cambiando sus cuadros por comida y más materiales para seguir pintando. Comenzó incluso a vivir en un pajar que hoy en día es su casa museo.

Sin embargo, nunca fue sencillo. Tony sufría paranoias y miedos que a menudo terminaban en auténticas explosiones de violenta autodefensa. O al menos, así lo veía y así tuvo sus más y su menos con sus estados maníaco-depresivos que frecuentemente resultaban en autolesiones o en peleas contra cualquiera que cruzara sus límites. Que si hablaba mal de él a sus espaldas, que si se reía de sus pinturas, que si le habían envenenado un perro, que si le espíaban…pequeñas paranoias, no muy distintas en el fondo de las de todo el mundo en un pequeño ambiente campesino, pero que en él acababan por generar un caos que le superaba y acababa con sus repetidos ingresos en el hospital psiquiátrico San Lazzaro de la cercana ciudad de Reggio Emilia.

Esa tensión a punto de estallar, esa violencia pánica es muy frecuente en su obra pero no es su único tema. Tampoco escasean imágenes más idílicas de una vida campesina sencilla, frecuentemente asociadas a aquella arcadia suiza de la infancia.

Después de su segunda estadía en el hospital, fue liberado bajo la tutela del escultor Andrea Mozzali, con quien compartió estudio en su casa en Guastalla .Fue por aquel entonces que comenzó, no a modelar que siempre lo había hecho con el barro del río, pero sí a conservar y sistematizar algo más una producción escultórica que habría sido mucho mayor si hubiera sido cocida, cosa que en contadas ocasiones se hizo.

Y sin embargo, aún con todas esas limitaciones, la producción escultorica del Toni es bastante extensa y con el tiempo, como veis más arriba, se han hecho reproducciones en bronce de algunas de sus obras que han sido objeto ya de sucesivas exposiciones.

Hay por ahí en la red un video del actor Romolo Valli hablando de su experiencia con Ligabue. Romolo Valli, el inolvidable Padre Pirrone de Il Gatopardo, (actor en Muerte en Venecia y Confidencias de Visconti, del Jardin de los Finzi Contini de Vittorio De Sica o de Novecento de Bertolucci) tuvo una auténtica obsesión por Ligabue y fue a conocerlo al sanatorio de San Lazzaro. Allí le visitó y quiso comprarle algún cuadro. Reticente al principio, il Toni finalmente accedió a llevarle a su cuarto y le mostró una habitación repleta de cuadros. Le dijo que le vendería el que quisiera a cambio de una de sus dos fijaciones: una conejera o una motocicleta roja, esa moto roja que fue siempre el sueño de su vida y que vería cumplido

Todavía es posible ver su amada moto Guzzi roja en su casa museo, una de las cosas que le dio mayor felicidad en su pequeño mundo, aunque nunca supo nadie cómo y quién le había conseguido un carnet de conducir pues conducía como un niño pequeño entrando incluso bajo los soportales de la gran plaza porticada de Gualtieri. La verdad es que viendo la moto, uno es muy capaz de entender el por qué de su alegría.

Porque la obra de Ligabue, a diferencia de muchos otros pintores de art brut, alcanzaría finalmente una notable notoriedad mientras él aún vivía. Sus cuadros aparecieron en Il Resto del Carlino, el periódico más emblemático de la ciudad de Bolonia aún hoy en día y por tanto el primer periódico en difusión de toda la Emilia Romagna.

Los cuadros que le dieron más celebridad y que me he guardado para el final porque también son mis favoritos, fueron sus autorretratos que lograron que incluso se le apodara en la prensa como el Van Gogh de Reggio Emilia.

Y es que efectivamente algo de estos autorretratos recuerdan a Van Gogh. Ligabue siempre se autorretrata igual: en busto, con la cabeza en diagonal y los ojos, siempre muy expresivos, que nos miran. Y lo hace siempre así porque utilizaba un espejo. El espejo era en efecto otro de los elementos taumaturgicos esenciales para Antonio. A menudo, como vereis en el video final, lo llevaba consigo. Porque tan importante como el rugido era contemplar la fisonomía del rostro cuando ruge.

A veces en sus autorretratos se ven grandes costras o heridas, sobre todo en la zona de la nariz. Eso es porque muy frecuentemente se golpeaba con rocas o contra la corteza de un arbol porque quería moldear su nariz con la forma del pico de un águila. El águila y el tigre eran sus animales favoritos.

A veces también utilizaba moscas, mariposas o libelulas que le rondaban el rostro.

Otras veces, como vereis en el video, tenía que arrojarse al suelo o realizar extraños rituales taumatúrgicos porque sentía que algo o alguien se interponía entre él y el lienzo.

Hizo también algunos retratos maravillosos de sus vecinos. Como este de Elba, una niña maravillosa que murió repentinamente.

Realizó incluso encargos como este doble retrato del matrimonio Gnuti en el que las moscas recorren los vidrios de las ventanas.

Retrato de la Señora Gnutti

Su última etapa vital fue la de un afamado pintor. Su fama se había extendido y llegó incluso a exponer en la misma Roma. Antonio Ligabue tuvo además la fortuna histórica de aparecer en un momento en que desde París se extendió por toda Europa un creciente interés en lo que Jean Dubuffet había denominado art brut.

«Con art brut queremos referirnos a obras ejecutadas por personas libres de toda cultura artística, en las cuales la imitación, a diferencia de lo que sucede con los intelectuales, tiene poca o ninguna participación, de modo que  lo que sus autores crean allí (temas, elección de los materiales utilizados, medios de transposición, ritmos, formas de escritura, etc.) surgen de su propia invención y no de los clichés del arte clásico o del arte de moda. Estamos presenciando la operación artística pura y cruda (brute) reinventada por completo en la  totalidad de sus fases por su autor, basandose únicamente en sus propios impulsos. Arte, por lo tanto, donde se manifiesta  la única función de la invención, y no aquellas funciones, constantes en el arte cultural, del camaleón y del mono. «

Jean Dubuffet, L’art brut préféré aux arts arts , 1949 (Manifiesto que acompaña a la primera exposición colectiva de art brut en la Galerie Drouin, reproducida en Prospectus y todos los escritos posteriores , Gallimard, 1967)

Nadie encajaría mejor en esa definición que il Toni. Y bueno acabo aquí no sin antes poneros el video prometido. Por favor no dejéis de verlo. Nada, mínimamente de lo que yo haya contado hasta ahora, puede igualar la potencia de las imágenes que veréis ahi. Sus rugidos, su relación con lo femenino, ese beso robado a su amada Cesarina que lo llevo ya guardado para siempre en mi memoria más íntima.

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Urvanity Art 2020, cuarta edición http://rarasartes.com/urvanity-art-2020-cuarta-edicion/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=urvanity-art-2020-cuarta-edicion http://rarasartes.com/urvanity-art-2020-cuarta-edicion/#comments Tue, 17 Mar 2020 11:27:15 +0000 http://rarasartes.com/?p=14976 Urvanity Art 2020, cuarta edición de la Feria del Nuevo Arte Contemporáneo en el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM)

Este año ha celebrado su cuarta edición (del 27 de febrero al 1 de marzo de 2020 en el COAM, Madrid) Urvanity,  la feria que aún mantiene ese lema que, en sus inicios, creó tanta curiosidad como rechazo: “la feria del Nuevo Arte Contemporáneo”.
Y viene bien empezar por aquí porque aún hay quien piensa que esta es simplemente una feria de arte urbano que intenta elevar a la categoría de “Arte,” como si dijeramos, el graffitti en la época post-Bansky. Nada más reductivo y lejos de la realidad.

Sergio Sancho, director de Urvanity

Sergio Sancho, el director de la feria, en una entrevista a Artquarium en 2017 ya decía:

Para nosotros este debate está superado en el momento que la prestigiosa revista Art Review dedica una portada a D*Face, o que las casas Christie’s y Sotheby’s subastan sus obras. El trabajo y la irrupción en la arena artística de creadores como él nos hablan de qué es el Nuevo Arte Contemporáneo.

Obras de D*Face en StolenSpace Gallery, en este Urvanity 2020

Apostamos por ese término para englobar a todos aquellos artistas que, a partir de los años 70, inician su trabajo en las calles y cuyos soportes son las paredes, es decir, grafiteros, artistas urbanos o muralistas; y que más tarde evolucionan su planteamiento y entran a formar parte tanto del mercado a través de una galería como de la programación de museos. A este respecto me gustaría recordar la retrospectiva “Street Art” que la Tate Modern de Londres dedicó al arte urbano en 2008. 

“Street Art” en la Tate Modern de Londres en 2008. 

Así que no se trata ya sólo de arte urbano sino de artistas que con ese background entran a formar parte del mercado. Estos artistas no reniegan de su carácter urbano, sino que. muy al contrario, pueden seguir pintando por la calle y al mismo tiempo realizar una obra de estudio con destino a los circuitos más tradicionales sin que ello implique ningún problema de bipolaridad.

Stand de la galería parisina Joël Knafo con obras de Levalet y el homenaje a Keith Haring de Bom.K

En la memoria de todos queda la subasta en Sotheby’s por 1,18 millones de euros de una obra de Bansky que se autodestruyó de forma espectacular ante los asistentes apenas adjudicada su venta, y de la que por cierto, se puede ver una copia seriada en Urvanity. Por toda explicación Bansky tuiteó una frase de Picasso que decía: El impulso destructivo es también un impulso creador.

Una obra que por cierto, como el famoso plátano pegado con cinta adhesiva de Maurizio Cattelan de más de 100.000 euros, no sólo no perdió ni disminuyó su valor sino que lo multiplicó, según los expertos, ya que los restos se convirtieron en sí mismos en una nueva obra de arte, rebautizada por el autor como Love is in the bin. (El amor está en la basura). Sobran las palabras. ¿Arte o hamparte? ¿Papanatismo o burrismo, que diría mi querido José María Parreño?

No sé por qué me ha hecho recordar aquella obra de John Latham en la que él y un grupo de estudiantes masticaron un ejemplar de Art and Culture de Clement Greenberg y con la pasta bien molida, convertida en pulpa por la saliva y fermentada durante un tiempo se devolvió su esencia bien deglutida a la bibloteca a la que pertenecía. Por supuesto, Latham fue despedido de St Martins inmediatamente pero le sirvió para entrar con gran predicamento en el circuito del arte.

Sergio Sancho en su casa con parte de su colección: Samuel Salcedo, Laurence Vallières, Grip Face…

En una entrevista más reciente, en Ahmagazine, Sergio Sancho volvía a insistir en el concepto

“Nuevo arte contemporáneo”, es verdad que choca y parece que lo que antes era arte contemporáneo ahora ha dejado de serlo [risas]. Reivindicamos que muchos de los artistas que están representados en la feria son creadores que desarrollan un trabajo desde otra rama de la creación, mucho más actual, que estos artistas beben mucho de la cultura del cómic y los videojuegos o de la publicidad más creativa, en definitiva, de una nueva cultura popular. Por lo que estos creadores están impregnados de otros estímulos muy distintos a los que venían siendo habituales para otros artistas.

Obras de Jerkface en la neoyorquina Padre Gallery
Obras en piedras duras de Juan Manuel Quiñones en la china Pantocrator Gallery
Instalación hecha de cartón de Laurence Vallières en el patio del COAM

Al ser este tipo de arte completamente nuevo, tiene sentido que empiece a llamarse de otra forma. De todas formas, esto no es algo que nos hayamos inventado nosotros, hay publicaciones que ya hablan del nuevo arte contemporáneo como Juxtapoz o Hi Fructose Magazine, que se considera “the new contemporary art magazine«

Ben Venom en Swinton Gallery

Y aunque rara avis, Urvanity tampoco es una feria aislada en el mundo del arte. Otras ferias como la francesa Urban Art Fair en el parisino Carré du Temple se especializan en este tipo de arte que ocupa buena parte del espacio en otras tantas ferias que gozan de muy buena salud como Untitled (Miami y San Francisco) o la itinerante NADA (New Art Dealers Alliance) volcadas en diferentes enfoques como lo que se ha llamado el posgraffiti, el surreal pop, el muralismo contemporáneo o el arte digital.

Obras de GR170 en Montana Gallery de Barcelona
Obra hecha con soldaditos de plástico del colombiano Martín Mancera en la interesantísima Galería Casa Cuadrada.
Haiku (2019) de Carlos Nicanor en Furiosa Gallery

Aún así, las fronteras del arte urbano y los clásicos standards del art hace ya tiempo que se cruzaron y se interpenetraron baste ver el nutrido número de galerías que transitan o incluso convieven en una y otra feria como el acusado protagonismo de la barcelonesa 3 Punts Gallery tanto en Urvanity como en Art Madrid : Samuel Salcedo, Kiko Miyares, Faile ,

Esculturas en madera de Kiko Miyares en 3 Punts Gallery
Samuel Salcedo en 3 Punts Gallery

o el mismísimo Oukuda San Miguel que si el año pasado era homenajeado por Urvanity 2019, hace dos años se convertia en artista invitado en ArtMadrid 2018 y diseñaba joyas para la clasiquísima joyería Suarez de la Calle Serrano. Y aunque a mi, en su momento, me escandalizase tamaño desparpajo egocéntrico, ello no ha sido impedimento para compaginarlo con clases en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, fiestas en Ibiza, fallas en Valencia y obra en entornos rurales tan insólitos como Sacramento, Canada o Calzada de Calatrava. Es la nueva globalización. Artistas influencers y sin reparo. Es lo que hay.

elrow’art – Kaos Garden by Okuda San Miguel and Paco Osuna
Oct 19 | Ibiza

Y hecha esta introducción, pasemos a hablar de la feria en sí. Empiezo por decir que, un poco empalagado por tanta feria, casi me la salto y no puede haber mayor error. Urvanity, después de lo que os acabo de contar, ocupa como imaginareis un espacio singular e irrepetible entre las ferias de arte y, sin lugar a dudas, es una visita casi tan obligatoria como entretenida y, en muchos sentidos, asombrosa.

Les Beaux Restes de Bruno Pontiroli en Fousion Gallery
Flavia Junqueira en Pantocrator Gallery

Dilka Bear y Mono Cieza en Fousion Gallery

Es cierto que lo que ves aquí ya se ve en otras ferias de arte, pero lo que en ellas es episódico aquí se convierte en portentonso derroche de prodigalidad pop. Con referentes que van desde Roy Lichtenstein a Botero, de Vermeer a Maradona, de Mickey Mouse a Bart Simpson, de Lily Munster a la Pantera Rosa, de Supermario a Bambi, de Nike a la Gameboy. Mucha alegría y mucho buen arte, que no es incompatible la ecuación.

Muro intervendio por D Face en la calle Embajadores
Edgar Plans en la Galería Casa Cuadrada
El argentino Martín Gordopelota en La Causa Galería
Sergio Mora en Antonio Colombo de Milán

SVP llega incluso a hablar, yo diría que casi de cachondeo, de PopAbEx para calificar su obra: una mezcla de Pop con Expresionismo Abstacto y Comics de la Marvel.

ASVP en McCaig-Welles

Urvanity es cada vez mejor. Es todo lo que puedo decir. Tengo la sensación de que edición tras edición, no sólo se consolida sino que siempre da un paso más allá. Ya no es sólo que, como cada año desde el principio, acaben embelleciendo paredes medianeras de Madrid, y me alegro que este año le toque al cada vez más hipsterizado y gentrificado barrio de Lavapiés

Franck Noto aka Zest, en la calle Lavapies
Nicolás Romero aka EVER, 19 Embajadores Street
NEVERCREW, en el 14 de Augusto Figueroa

Es que además, desde el año pasado realizan instalaciones callejeras.  Nos dimos cuenta de que ninguna feria estaba sacando el arte a la calle y eso que con un presupuesto abultado se podrían hacer maravillas, dice Sancho.

Samuel Salcedo Pinball Wizard. en Plaza de Juan Goytisolo
Abel Iglesias en la Plaza del Callao

Este año no sólo se han intervenido plazas tan emblemáticas como la plaza del Callao, Abel Iglesias, o Samuel Salcedo en la Plaza Juan Goytisolo frente al Reina Sofia, Dunjia Jankovic en pleno corazón de Malasaña, en la plaza de San Ildefonso, o ese Mickey Mouse comiendo el corazón de un triceratops hecho de cartón de Laurence Vallières en el patio del propio COAM.

Dunjia Jankovic en la plaza de San Ildefonso
Laurence Vallières en el COAM

Pero es que además han dado un espacio cada vez más necesario al arte digital en los espacios públicos con el proyecto 10 seconds, 20 artists, en el que, como indica el título, 20 artistas y creativos digitales han creado otras tantas obras de 10 segundos que, gracias a un acuerdo con la empresa JCDescaux, aparecieron en las marquesinas de las paradas de autobús de puntos estratégicos de toda la ciudad durante esta semana del arte.

O la colaboración de Urvanity Projects con el nuevo rascacielos en construcción de finales de la Castellana, Caleido, que, entre otras cosas, será sede de una universidad y que pretende convertirse en epicentro del arte urbano de la ciudad. No sólo colgaron una luna de 9 metros de la grúa más alta de Madrid diseñada por el artista SpY,

Luna de SpY en el edificio Caleido

sino que también surgió una colaboración con el artista italiano Filippo Minelli, ambas acciones bien documentadas y mostradas en video en la feria, que dio lugar a la última serie de impactantes fotografías de su proyecto Silent Shapes.

Filippo Minelli. Silent Shapes en el Edificio Caleido

Pero es que además se apuntan a otros proyectos como la producción de una colección capsula de ropa creada por el artista canadiense Ryan Heska y la firma de ropa urbana Tiwel basada en películas de serie B de los 50. O la colaboración con Adidas y Foot District para que intervengan una de sus más icónicas zapatillas, como ya habían hecho otros creadores del mundo de la música, la moda o el arte como Pharrell Williams o Nathy Peluso, en este caso el catalán GRI7O.

Una barbaridad de actividades. Y todavía no se puede dejar de lado el programa de charlas Talks en un espacio que necesariamente todos los visitantes deben atravesar y que cada año es diseñado por un artista distinto, en esta ocasión, la neoyorquina Queen Andrea. Las charlas inciden en ese carácter fagocitador de este “Nuevo Arte Contemporáneo”, su capacidad evolutiva y la inevitable irrupción del arte digital,. Las charlas contarán con la intervención de galeristas, artistas tan notorios como Abel Iglesias, Grip Face, Ana Barriga, GVIIIE, Daniel Canogar, fotógrafos como Enrique Escandell o Martha Cooper (una de las pioneras en documentar la escena grafitera del Nueva York de los 70 y 80, así como de los orígenes del hip hop) o el director de ArtFutura, uno de los grandes eventos de arte digital del mundo.

Sala de conferencias diseñada por Queen Andrea

Entre las galerías internacionales se encuentran la francesa Le Feuvre & Roze, que llega con piezas de Sowat y ZestGalería Casa Cuadrada, con sedes en Bogotá y Zurich, trae entre sus obras piezas de Martín Mancera, el espectacular tapiz de Vanessa Barragao o esta de abajo del premiado Rafa Macarrón (Premio de Pintura BMW 2010 o ARCO Best Artist 2013)

New-World-TAPESTRY-Vanessa-Barragao
Rafa Macarrón

la italiana Antonio Colombo, con producción del ganador de un Latin Grammy por la portada y el libreto interior del álbum «El Poeta Halley» de Love of Lesbian, Sergio Mora, del que ya os hable en mi entrada de Drawing Room; la neoyorquina Padre Gallery, con una retrospectiva de JerkFace, la suiza Artrust, que presentaba la obra de Banksy a las que os hice mención más arriba o las apropiaciones de clásicos del arte de Andrea Ravo Mattoni,

Stand de la galeria suiza Artrust

los clásicos D*Face, o Shepard Fairey en la londinense StolenSpace Gallery

Shepard Fairey en StolenSpace Gallery

el impresionante despliegue amarillo de la mexicana Heartbeats con obra de Abraham Jiménez, Jose Luis Serzo (también en JustMad) y Horacio Quiroz

Horacio Quiroz
Abraham Jiménez

La representación nacional la ponen, entre otras,  3 Punts Galería, con las esculturas hiperrealistas de Samuel Salcedo o los cerebros de Emilio García, la siempre interesante propuesta de Fousion Gallery : Victor Castillo, Miss Van, Dimitry Nestar, Dilka Bear, Mono Cieza, Peca o Miss Van, ambas de Barcelona. Ojo a los coronavirus de la pieza de Peca, qué casualidad…

Gods and Mezcal II, Pecca

Meritorias también las propuestas de la madrileña Swinton Gallery, con tapices del americano Ben Venom y los muñecos de Laurence Vallières entre otras piezas, o la marbellí Yusto/Giner, con obras de Javier Calleja, la siempre interesante Ana Barriga o Julio Anaya Cabanding con un Picasso reciclado.

Stand de la Galería Yusto Giner

Además, Urvanity 2020 introduce una nueva sección dedicada a espacios que se incorporan al panorama artístico. Se trata de Young Galleries. Se han seleccionado galerías jóvenes que, por las propuestas que presentan, nos parecen potentes y queremos darles visibilidad,   explican desde la organización. 

Nicolás Romero

Todas con apuestas de interés desde un clásico como Sawe o Nicolás Romero (autor del mural de Embajadores) en B-Murals  o la interesante propuesta de BienCuadrado Gallery, fascinantes los dibujos de Rithika Merchant y Kristin Sagli , ambas galerías de Barcelona.

Kristin Sagli

Rithika Merchant

O las cerámicas de Clement Arnaud o el despliegue de pop caribeño de Antonyo Marest en la parisina Happy Gallery o la serie Splash de Moses & Taps en la italiana Vicolo Folletto Art Factories.

Pues eso es todo, que no es poco. Urvanity, con el apoyo fiel de la cerveza Mahou, se sigue superando edición tras edición.

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JustMad 2020, undécima edición de la feria http://rarasartes.com/justmad-2020-undecima-edicion-de-la-feria/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=justmad-2020-undecima-edicion-de-la-feria http://rarasartes.com/justmad-2020-undecima-edicion-de-la-feria/#respond Tue, 03 Mar 2020 11:49:09 +0000 http://rarasartes.com/?p=14896 Bueno, pues como viene siendo habitual en el mes de Febrero, ya están aquí todas las ferias de arte que se celebran en torno a la gran cita de ARCO que, como sabéis, no me interesa tanto, como estas otras citas de las que siempre os selecciono lo que más me interesa. En esta primera entrada hablaré de JustMad que alcanza con ésta su undécima edición

Es cierto que, en general y pese a todo, hay poca cosa nueva y, en algunos casos, como la galería Aurora Vigil, la propuesta es casi idéntica a la de años anteriores, pero también lo es que otras de las galerías que más me interesan como la leonesa La Gran, la valenciana Set Espai d’art y la barcelonesa Projekteria repiten con una oferta radicalmente diferente de la de años anteriores y manteniendo sin embargo un interés que, al menos, para mí, renuevan año tras año.

La feria ahora la dirige en solitario Semiramis Gonzalez, sin Daniel Silvo, como en años anteriores, embarcado ahora en el interesante proyecto de Galeria Nueva, una galería de galerías donde podrán exponer galerías de otras ciudades por un tiempo limitado y que ocupa el local de la ya extinta tienda de ropa de segunda mano de la maravillosa Kiki Guisado, Pepita is dead, en la calle Doctor Fourquet 10.

Como es habitual en esta feria, Semiramis presume de contar con más mujeres que hombres en su selección -87 mujeres vs 84 hombres-, espíritu reivindicativo que se pretende enlazar con esa reciente e histórica exposición del Prado sobre dos pintoras Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana. Talante reivindicativo que se proclama desde la misma entrada con una obra concebida por Avelino Sala y Eugenio Merino que recoge algunas de las lindeces que muchos de los grandes pensadores han soltado sobre el género femenino y que, para entrar, tendrás que pisar.

Al parecer este año hay también un compromiso con la performance y el videoarte enmarcado en un proyecto que han llamado Into the Sublime/Hacia lo Sublime, que surge de la colaboración de la feria con la revista Sublime. Arte + Cultura Contemporánea, fundada  precisamente por los autores de los felpudos arriba mencionados en 2002. Además hay charlas sobre el papel de las tecnologías exponenciales como la inteligencia artificial, la realidad aumentada, el reconocimiento de gestos, etc tanto en la sociedad como en el arte presididas por el experto en tecnología e innovación Paco Bree

Regina José Galindo, “El Gran Retorno”, 2019

Bien, pues, vamos al lío, Es verdad que siempre en estas ferias hay una sensación de déjà vu, pero, dando por descontado que la capacidad de sorprender es muy limitada, de entre todas las ferias adláteres de ARCO, esta es siempre, de lejos, mi favorita y, de una manera u otra, siempre acabo pasándomelo la mar de bien. Es cierto que este año he echado de menos algunas presencias, particularmente la de mi admirada Consuegra Romero, y se nota también la ausencia de algunas galerías tan centradas en la fotografía como eran Cámara  Oscura o la galería Alalimón de Barcelona que el año pasado trajeron propuestas muy interesantes. Afortunadamente hay fotografía y muy buena, como la del mozambiqueño Amilton Neves que estaba en el stand, según me pareció, de la más exótica de las galerías, la galería Kulungwana de Maputo

Do it today. You going to play tomorrow. 2019. Amilton Neves

O las impresionantes fotografías de la portuguesa Pauliana Valente Pimentel, como esta de la serie Quel pedra sobre un grupo de transexuales caboverdianos de la isla de Sao Vicente. Interesantísima su obra, os dejo un link a su página web.

De la serie Quel Pedra Pauliana Valente Pimentel

Muy interesante por cierto la propuesta en conjunto de la galería de Oporto Sala 117 donde se exponían estas fotografías con otros trabajos muy impactantes de otras dos mujeres, Serena Barbieri y Mariana Barrote.

Mariana Barrote. Lagoas expectáveis, 2018, acrílico sobre tela, 192×140 cm

Poco interesante sin embargo, en general, este año el desembarco de las nueve galerías portuguesas, aunque en honor a la verdad, aparte del interesante montaje del stand de la Galería das Salgadeiras que había cubierto el suelo de una especie de tierra hecha de neumáticos reciclados, lo mejor de las galerías portuguesas tenía nombre de mujer. Además de las artistas ya citadas de la Sala 117, merecen reseñarse la interesante Sara Maia en la Galeria Cisterna, Teresa Carneiro en la galería Nuno Sacramento, la propuesta por entero femenina de la Galeria Arte Periférica y, sobre todos los trabajos con papel de Lúcia David

Lucia David

y las piezas realizadas con restos de pituras y lapiceros de Helga Stüber-Nicolas en Trema Arte Contemporanea, todas galerías lisboetas, pues no olvidemos que Justmad tiene su feria gemela allí que ya va por su tercera edición, JustLx

Helga Stüber-Nicolas

También todo mujeres artistas de nuevo, ya lo hizo el año pasado al menos, una de mis galerías favoritas, la leonesa La Gran que comparte stand y parece que, en fechas breves, proyecto también conjunto en Madrid, eso me contaron, con la galería asturiana Espacio Líquido

LaGran- Espacio Líquido en JustMad

Ambas galerías ya venían colaborando en distintas ferias como ARCO Madrid, ARTBO Bogotá, ArteSantander, JUSTLX, PULSE Miami, VOLTA Basel o VOLTA NY y ahora abren un espacio conjunto en Carabanchel. Si el año pasado ya me fascinaron con obras de Paloma Pájaro, Laura Salguero o Elisa Terroba, este año vuelven a tener uno de los espacios más fascinantes de la feria contando una vez más con obra únicamente de mujeres artistas

Especie 6. 2019. Marina Nuñez

Asi tenemos esas infografías metamórficas de Marina Nuñez que podéis ver aquí arriba, la impresionante destreza técnica de las piezas de Ana Teresa Barbosa en las que la brecha entre realidad y representación, por momentos, se hace muy delgada y, por último, las delicadas, hasta decir basta, piezas de porcelana Artika (una porcelana que se caracteriza por su blancura y su carácter traslucido) de Noemi Iglesias aprendidas gracias a una beca del gobierno taiwanés y que le ha llevado a exponer con gran éxito en Taipei o Corea.

Ana Teresa Barbosa Paraiso 2019
Noemí Iglesias. Serie Rebel Heart. Porcelana con pigmentos rojos 2019

Igualmente hizo también el año pasado y repite otra vez, la galería vienesa Galerie3 i Flux 23, que repite con tres mujeres: Karen Elliot, el trabajo sobre los clichés artísticos de Anna Khodorkovskaya o unas fascinantes acuarelas pintadas en viejos pañuelos de bolsillo y paños de cocina que Elizabeth Wedening realizó durante una residencia en Nepal a modo de las banderas de oración nepalíes

Siempre interesantes las propuestas de tres de mis galerías favoritas. La valenciana Set Espai d’art que aunque repite con una pieza de Chingsum  Jessye Luk, aunque muy distinta de la del año anterior, vuelve a sorprenderme con esas fascinantes fotografías de olas congeladas en la Antártida de Janek Zamoyski

Janek Zamoyski Antartic Typilogy 2018

y las delicadas piezas de Cristina Almodovar que parecen hechas de cerámica y en realidad no son sino residuos plásticos reciclados con sutiles toques de color que retroiluminados parecen flotar. Arrecife se llamaba esta pieza. Preciosos. Los puntos rojos indicaban que no era el único al que habían gustado

Cristina Almodovar

Muy interesante Projekteria (Art Gallery) con una doble propuesta: Alberto Franco y una sorprendente exhibición en multiples medios – fantásticas las acuarelas- de Ana Daganzo.

Piezas de Ana Daganzo en Projekteria (Art Gallery)

Siempre me interesa igualmente lo que traen en la galería Trinta de Santiago de Compostela, con un fondo de armario que va desde Chema Madoz a Esther Ferrer, pasando por Eva Lootz. Casi nada. Esta vez vuelven a acertar por completo con obras de los Bravú, Din Matamoros, Carla Andrade y Francisco Mendes Moreira.

Francisco Mendes Moreira en Galeria Trinta

No por previsible y repetida, deja de ser interesante ver obras nuevas de Jorge Hernández y Santiago Picatoste en la Galeria Aurora Vigil, esta vez acompañados por unas piezas de tubos muy elegantes de Burkhard Schittny o de mi admirado Rubén Martin Lucas en AP Gallery . Qué pertinaz y simpática vendedora tenía el estand. Me enseñó alguna pieza en el almacén de quitar el sentío. Como es habitual, en su doble vertiente, con sus jardínes de Fukuoka y una nueva serie que ahora llama “BUROCRACIAS” que no es sino es una nueva ramificación del proyecto STUPID BORDERS con el que exploraba la naturaleza artificial de las fronteras .

Trece personas esperando la autorización de otra para cruzar una línea quebrada / serie BUROCRACIAS, 2018

De las galerías italianas, sufriendo la sospecha del coronavirus, me llamaron la atención unos grabados no expuestos de una serie llamada Ecce Animal de Otto D’Ambra en la muy atractiva Burning Giraffe Gallery

Otto D’Ambra en Burning Giraffe Gallery

y la calidad casi miniaturesca de Diego Zangirolami con un dibujo de lo más refinado en Crag-Chiono Reisova Art Gallery, ambas de Turín.

Diego Zangirolami

Muy atractiva me resultó la propuesta de la Galería Metro de Santiago de Compostela con unas misteriosas cajas, casi relicarios entre Calder y Cornell, que contenían las sugestivas y poéticas piezas de Xavier Cuiñas

Xavier Cuiñas

y la impactante pintura, la foto no le hace justicia en verdad, de Sebas Anxo, del que pude ver bastante más obra en pequeño formato, siempre con bastante interés.

O mundo é fauve. Le Corbusier. 2020. Sebas Anxo

No puedo dejar de mencionar a Estefanía Martín Saez en la Galería Gema Llamazares de Gijón. Bordar amansa a las fieras, leí que decía en una ocasión. Esta es quizás la pieza más lograda de las muchas que ya he visto de su mano. De nuevo, la foto no le hace justicia pues el bordado parecía flotar.

Estefanía Martín Saez

Otro trabajo que captó poderosamente mi atención fueron los trabajos con textos y fragmentos de libros de Francesca Poza en la preciosa galería catalana Olivart Art Gallery. Tengo cierta atracción por este tipo de trabajos realizados a partir de libros impresos, pero el delicado trabajo de Poza es digno de mención.

Premiados con residencias han sido en pintura Tomás Pizá que presentaba su obra en la Galería madrileña Herrero de Tejada y que ha sido galardonado con el premio Residencia Nautilus en Lanzarote

Obra de Tomás Pizá en la Galeria Herero de Tejada

y la artista francesa Louise Frydman (París, 1989), representada por la galería Loo & Lou Gallery (París), ha sido la seleccionada para el Premio Residencia Árvore en JUSTMAD, cuya primera edición se otorga a artistas que trabajen la cerámica como técnica.

Obras den cerámica de la francesa Louise Frydman

Y me he dejado para el final la galería que más me sedujo no tanto por lo expuesto, que también, sino por la interesantísima charla llena de referencias comunes que sostuve con la galerista Chus Tudelilla y que nos llevó a charlar de Leonora Carrington, Elsa von Freytag Loringoven o del Didi-Huberman, de La Invención de la Histeria: Charcot y la Iconografía de La Salpêtrière. Muy, muy recomendable esta galería zaragozana de enigmático nombre La Casa Amarilla que arrancó hace pocos años con una exposición que tomaba el título de la obra de George Perec, La vida instrucciones de uso:  Si hay una vocación moral, una práctica, es la de dar a ver, la de pedirle a la gente que mire, quizás de manera diferente, lo que están acostumbrados a ver.

Después de consultar su web que os recomiendo (pinchad aquí) hay muchas de las exposiciones que me hubiese encantado compartir como esta con tan enigmático título tomado de un grabado francés, La influencia de la Luna sobre la cabeza de las mujeres

Sara Quintero La influencia de la Luna sobre la cabeza de las mujeres

o la fascinante Viaje al manicomio dedicada a algunas de las mujeres creadoras que por ser consideradas locas fueron silenciadas o expulsadas del cuerpo social y político establecido.

Ser caballo de Sara Quintero

Fascinante el trabajo de Sara Quintero que mezcla sabia y sutilmente el dibujo a grafito con una imagen digitalizada.

Bueno y eso es todo por este año. Buen arte y particularmente, muy buen arte de artistas mujeres. No ha sido una intención deliberada pero, al repasar la entrada, me he dado cuenta de que en su mayor parte me he detenido sobre artistas mujeres. Semiramis estará contenta en Babilonia.

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La Otra Corte: Mujeres de la Casa de Austria en Las Descalzas y la Encarnación http://rarasartes.com/la-otra-corte-mujeres-de-la-casa-de-austria-en-las-descalzas-y-la-encarnacion/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=la-otra-corte-mujeres-de-la-casa-de-austria-en-las-descalzas-y-la-encarnacion http://rarasartes.com/la-otra-corte-mujeres-de-la-casa-de-austria-en-las-descalzas-y-la-encarnacion/#comments Thu, 20 Feb 2020 17:09:06 +0000 http://rarasartes.com/?p=14781 La Otra Corte: Mujeres de la Casa de Austria en Las Descalzas y la Encarnación

Hace tiempo que no escribía en este blog y he decidido retomar la actividad comentando una fastuosa exposición, una auténtica efeméride en este recién clausurado año de grandes exposiciones por el bicentenario del Museo del Prado. Una efeméride que sin embargo no trae prácticamente casi ninguna obra que no se encuentre habitualmente en la ciudad de Madrid y que, no obstante, supondrá un esplendoroso descubrimiento para todos aquellos madrileños que desconozcan el extraordinario patrimonio que albergan los reales monasterios de las Descalzas Reales y de la Encarnación.

Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid

Quizás la sorpresa venga de la propia condición de recónditas y reservadas que tienen todas estas piezas que normalmente habitan esos recoletos espacios casi de ultramundo que constituyen los aún numerosos conventos madrileños que en este ya bien avanzado siglo XXI siguen siendo instituciones de clausura, conventos extraordinarios casi todos ellos y casi todos ellos desconocidos por la práctica totalidad de los madrileños.

Real Monasterio de la Encarnación de Madrid

De hecho en Madrid capital hay un total de 28 conventos y monasterios sólo de clausura habitados por alrededor de 300 personas, la mayoría de ellas monjas, si exceptuamos a los seis monjes benedictinos que viven en el Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat en la calle San Bernardo, muy cerca del territorio hipster de Malasaña.

Hacía rato que ya me venía tentando dedicarle una serie a estas escondidas Cámaras de las Maravillas, cuando, ya en mi última visita a La Encarnación, la guía de Patrimonio me puso sobre aviso de la auténtica celebración que supondría y supone la exposición que actualmente se realiza, bajo el comisariado de Fernando Checa Cremades, en el mismísimo Palacio Real de Madrid y que ha tenido tan fantástico suceso que a los previstos tres meses iniciales se le han añadido una prórroga de otros seis meses más hasta más allá del verano.

Conjunto del Túmulo de Juana de Austria. Monasterio de las Descalzas

Viene bien recordar este carácter mayoritariamente femenino que tienen estos espacios al hablar de esta exposición pues nos servirá para centrarnos en comprender el subtítulo de la exposición llamada La otra Corte: Mujeres de la Casa de Austria en los Monasterios Reales de las Descalzas y de la Encarnación. Pues hay algo marcadamente femenino en esta muestra, ya que no sólo se reúnen piezas de las colecciones de algunas de las mujeres más notables de la casa de Austria sino que también hay que reconocer de que tales obras han llegado hasta nosotros en el excelente estado de conservación en que se hallan por el primoroso celo puesto por siglos de esmero y dedicado afán de las propias monjas. Incluso femenina encuentro también esa preferencia por lo delicado de los relicarios o el amor por los tejidos o los retratos y los recuerdos de familia o esa religiosidad de vocación maternal que se transparenta en la devoción por el Niño Jesús, tan querida por muchas de estas monjas.

Sor Margarita de la Cruz, Sor Ana Dorotea (ambas hijas de emperadores del Sacro Imperio) y sor Catalina Maria d’Este princesa de Modena

Fueron estos dos conventos no solo escenarios de piedad de la propia monarquía sino verdaderos centros de una vida cortesana de enorme importancia e influencia política, punto de encuentro no sólo de los miembros de la familia real, sino también de embajadores, nuncios y otros personajes de la corte, con una red de relaciones internacionales que se extendía más allá de  los reinos peninsulares españoles para llegar a territorios como el Imperio, Flandes o la corte del gran duque de Florencia. La particularidad de esta segunda corte paralela a la que tenía su centro en el Alcázar, es que estaba constituida enteramente por mujeres. Su influencia política llegó a tal grado que fue una de las razones por las que el duque de Lerma, valido de Felipe III, decidió trasladar la corte a Valladolid, pues en las Descalzas se había formado un auténtico centro de oposición a su figura, formado por la propia reina Margarita de Austria, la emperatriz viuda Maria de Austria y su hija sor Margarita de la Cruz a los que se unía las frecuentes visitas del embajador imperial Hans Khevenhüller.

La recientemente restaurada Anunciación de Fra Angelico del Museo del Prado

Probablemente fuera a través del duque de Lerma como llegaría a las Descalzas la Anunciación de Fra Angelico pues se sabe que fue vendida por la comunidad de Fiesole en 1611 para sufragar la construcción de un nuevo campanario, adquiriéndola Mario Farnesio para el valido del rey, quien la donó en un primer momento a la iglesia del convento de los dominicos de Valladolid. Una pena que el Museo del Prado no haya prestado esta obra para la exposición, una de las obras capitales que sobrevivieron en las Descalzas hasta que fue descubierta por Federico Madrazo entonces director del Museo que se la arrebató a las monjas con la complicidad del rey Francisco de Asís en 1861 a cambio de una copia de su mano.

Alonso Sánchez Coello. Juana de Austria. h, 1566, óleo de las Descalzas

La exposición da una importancia excepcional a la fundadora de las Descalzas, doña Juana de Austria no sólo con muchas de las obras por ella coleccionadas, sino hasta con tres retratos de la que fue hija de Carlos V y hermana pequeña de Felipe II además de su propio túmulo funerario que podéis ver más arriba y con el que termina la exposición. Este retrato de las Descalzas reproduce otro de Sofonisba Anguissola de 1561 que se conserva en el Museo de Isabella Stewart Gardner de Boston.

Principe don Juan Manuel de Portugal, taller de Antonio Moro, 1552-54, Colección de la reina de Inglaterra.

Juana fue una mujer muy notable. Fue princesa de Portugal a través de su breve matrimonio con su primo hermano el príncipe don Juan Manuel de Portugal, del que concibió al que sería su único hijo el futuro rey don Sebastián I. Fue aquel al parecer un matrimonio feliz pues Juana vestiría desde entonces ropas de viuda y este retrato de su marido sería uno de sus favoritos que colgaría en su Cuarto Real del monasterio junto con hasta cuatro distintos de su hijo al que Juana no vería crecer.

El rey Sebastián I de Portugal, ca 1562. Artista: Alonso Sánchez Coello

Juana, una semana después de haber muerto su marido, dio a luz su hijo, Sebastián, que llenó de gozo a los portugueses que temían una anexión con la corona de España como finalmente se produciría tras la muerte de este en la batalla de Alcazarquivir en Marruecos. Pero Juana, como decimos, no vió crecer a su hijo ya que apenas al mes de su nacimiento fue llamada por su hermano Felipe II para ejercer la regencia de los reinos peninsulares durante casi cinco años, dejando su hijo bajo la supervisión de su tía, la reina Catalina de Austria.

Juana fue una buena regente de España y cabeza del que se llamó partido ebolista, junto a Ruy Gómez de Silva, principe de Eboli, un grupo de personajes portugueses que habían ido afianzando su poder en la Corte castellana como servidores de las infantas portuguesas que habían contraído matrimonio con los príncipes de Castilla, desde la propia emperatriz Isabel, esposa de Carlos V, y madre de Juana que era pues hija, esposa y madre de miembros principales de la casa de Avis.

La reina Catalina de Austria, por Alonso Sánchez Coello. Ca. 1560-1570,copia del original de Antonio Moro de 1552 del Museo del Prado, Madrid

Tal vez por todo eso Juana habilitó en su Cuarto Real del monasterio una importante galería de retratos familiares siguiendo la tradición de su tía María de Hungría cuya colección se perdería en el incendio del palacio del Pardo. A su muerte en la almoneda de sus bienes se contaron hasta 84 retratos de pinçel en lienço y tabla, vendiéndose muchos de ellos. El lote más importante no obstante fue el adquirido por su hermano Felipe II que compró más de 20, algunos de los cuales se encuentran en el Museo del Prado o El Escorial y otros quedaron en las mismas Descalzas «prestados» a su hermana María de Austria para la decoración de sus estancias.

Alonso Sánchez Coello, Don Juan de Austria armado, fines de 1567, Monasterio de las Descalzas.

La exposición cuenta con un numeroso grupo de estos retratos tanto de la colección de la propia Juana, de la mano de los mejores artistas del momento, como de otros tantos que debieron incorporarse, ya una vez muerta la fundadora, durante la estancia de su hermana la emperatriz María de Austria. Así podemos ver retratos de la mano de Antonio Moro, Alonso Sánchez Coello, Jooris van Straeten, más conocido como Jorge de la Rúa, el portugués Cristobal de Morales, Juan Pantoja de la Cruz, Franz Pourbus, o el mismo Peter Paul Rubens.

La emperatriz viuda María de Austria de Juan Pantoja de la Cruz

La exposición le dedica una sala específica a la referida Maria de Austria, emperatriz consorte de Maximiliano II y hermana de Juana y de Felipe, presidida en su centro por la réplica de la corona imperial que no sólo aparece en el retrato de más arriba, sino que adornó el túmulo de su enterramiento.

Sala de la exposición con el retrato de la emperatriz María de Austria en el centro flanqueada por sus hijos Alberto, a la derecha y Ernesto a la izquierda. En el centro de la sala la réplica funeraria de la corona imperial

En el resto de la sala aparecen los extraordinarios retratos de cuerpo entero de tres de sus hijos, Ernesto, Archiduque de Austria y gobernador de los Países Bajos , Isabel (que fue reina de Francia), Alberto y su mujer, Isabel Clara Eugenia, sobrina a su vez de Maria e hija favorita de Felipe II, ambos soberanos de los Países Bajos. Extraordinario el retrato de Isabel Clara Eugenia con una enana realizado por Franz Pourbus, luciendo el que probablemente sería su traje de novia como puede adivinarse del repetido motivo de las alianzas entrecruzadas y las flores de lis.

Isabel Clara Eugenia con una enana, en su traje de boda. Franz Pourbus el Joven

Pero hasta ahora casi nos hemos centrado en el papel cortesano de ambos monasterios, cuando lo que realmente abruma cuando uno visita estos lugares es la abundancia y la calidad de las imágenes religiosas. Esta abundancia sólo es concebible por la coincidencia del esplendor del arte cortesano en la corte española por una parte, y, por otra, el cariz político y religioso que suponía la exaltación de tales imágenes en tiempos muy cercanos al concilio de Trento. Recordemos que en el origen de toda la reforma protestante se hallaba esa repulsa al culto de las reliquias, la milagrería y las indulgencias. El Concilio de Trento sin embargo confirmó la piedad hacia las reliquias de los santos y exhortaba incluso a los obispos a instruir a los fieles en tal costumbre.

Relicario del Monasterio de la Encarnación

Los monarcas de la Casa de Austria, como signo de lealtad a la Iglesia y para mostrar su piedad católica, construyeron en esta época las grandes lipsanotecas que, a pesar de los avatares de los siglos, aún se conservan y están entre las mejores del mundo. Aparte del Monasterio del Escorial, las tres fundaciones femeninas de protección real en la corte madrileña poseían una estancia especial, denominada relicario, a la que pocas personas tenían acceso y que era considerado el sanctasanctórum del lugar. El del Real Monasterio de Santa Isabel en la calle homónima ardió por completo en la Guerra Civil pero en las Descalzas y en La Encarnación se mantienen prácticamente intocados y en su ubicación original, de nuevo por el celo extraordinario de las monjas.

Relicario del Monasterio de las Descalzas

La exposición está entreverada de algunos de estos objetos dignos de figurar en cualquiera de esas camaras de las maravillas o gabinetes de curiosidad donde se coleccionaban y exponían objetos exóticos procedentes de todos los rincones del mundo conocido. En la exposición además de acentúa ese carácter exótico mostrando piezas que provenían de los lugares más distantes, como los relicarios de coral sicilianos, los trabajos de madreperla o carey de tierras americanas, o los marfiles de la India e incluso piezas de Kioto que llegaban traídas por los jesuitas a la corte de Lisboa.

Hay algunas obras extraordinarias como el arca relicario de San Victor que llegó a España como dote de Ana de Austria, hija mayor de la emperatriz María, en sus esponsales con su tío Felipe II. El arca, diseñada como un mueble de lujo, por el principe de los orfebres de Nuremberg y fundador de una auténtica dinastía, Wenzel Jamnitzer, está realizada en plata sobredorada y cuajada de una rica ornamentación y es,sin duda, uno de los más valiosos tesoros del relicario de las Descalzas.

Arca relicario de San VIctor, 1557, Wenzel jamnitzer

O cualquiera de las piezas asociadas a Sor Ana Dorotea,  hija natural del emperador Rodolfo II y de su amante Catalina Estrada, como el llamado Caliz de Sor Ana Dorotea o esta Custodia de taller madrileño cuajada de piedras preciosas.

Aunque nunca tuvo un cargo relevante en la comunidad, sor Ana Dorotea se convirtió en una de las personalidades más relevantes de la época al igual que su pariente y compañera en el convento sor Mariana de la Cruz, hija del Cardenal-Infante. De hecho fue retratada por el mismísimo Rubens durante su estancia en la corte madrileña, retrato que junto al de sor Margarita de la Cruz -tambien de Rubens– pueden verse en la exposición.

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Mención aparte merecen algunos magníficos ejemplares de los muchos textiles conservados en los reales monasterios, algunos de los cuales son donaciones de la propia fundadora, Juana de Austria, como ese magnífico frontal de altar de mediados del siglo XVI que vemos en la imagen de abajo bajo la imagen del arcángel Jehudiel de un seguidor de Gaspar Becerra.

o el terno de Felipe III o terno de las Calaveras que se utilizaba en las ceremonia fúnebres reales, pieza bellísima del siglo XVI de terciopelo cortado de seda, anillado por trama, fondo de plata, bordado a realce en hilo y lentejuelas de plata en el que se observan calaveras

o el paño de terciopelo negro del túmulo de Juana de Austria que ya pusimos más arriba, por no hablar de los tapices, con un magnífico ejemplar de La revista de las tropas de Barcelona de la serie de La conquista de Tunez, una edición de doce paños de tapices realizados por el afamado tapicero de Bruselas Willem Pannemaker sobre pinturas que Jan Cornelisz Vermejen había realizado por encargo de Carlos V durante la propia campaña. Estos tapices fueron el mayor encargo realizado nunca por la casa de Habsburgo y se convirtieron en una auténtica insignia de la dinastía. la edición princeps fue realizada para María de Hungría que se la dejó a Juana de Austria que la expuso en las Descalzas.

Willem Pannemaker sobre diseños de Pieter Coecke van Aelst y Jan Cornelisz Vermejen. La revista de las tropas en Barcelona, k. 1554, tapiz de la serie La conquista de Tunez

U otra de las joyas de la exposición y de las propias Descalzas la serie de tapices de El triunfo de la Eucaristía que la ya mencionada Isabel Clara Eugenia encargó al mismísimo Rubens para regalarla al Monasterio de Las Descalzas. Una serie de veinte monumentales tapices, de la que se exponen tres y que se conserva íntegra en el Monasterio, sobre el tema de la Eucaristía, dogma principal del catolicismo que la infanta defendía. No hace mucho, en el 2014, el Museo del Prado realizó una exposición con algunos de ellos y los seis de los grandes bocetos o modelli que Rubens pintó y que se conservan en el museo.

Y para finalizar dedicarle también un espacio a los magníficos ejemplares de escultura barroca que ambas fundaciones conservan. También fruto del Concilio de Trento, la expresión de la devoción tenía en la imagen su más eficaz vehículo, como modelo de vida, como taller de santidad o ejemplo de piedad. Ambas casas, tanto Las Descalzas como La Encarnación, fueron faros de indudable prestigio y paradigmas de acendrada piedad y la escultura piadosa está presente por todas partes, desde los formatos más pequeños a los grandes retablos como el de la capilla de la Virgen del Milagro en las Descalzas encargado por don Juan José de Austria. También al patrocinio éste se deben la extraordinaria pareja de Ecce Homo y Dolorosa realizada por el granadino Pedro de Mena, del que también se expone una preciosa Santa Clara.

Tambíen se expone, como vemos más arriba, una copia de la Magdalena penitente según modelo también de Pedro de Mena que se guarda en su mueble original, una maravilla en sí mismo y que nos da una idea de cómo se conservaban estas imágenes.

Gracias a la madre Mariana de San José, madre fundadora que marcó con su indeleble sello el monasterio de la Encarnación, se debe la entrada de un grupo de esculturas de altísima calidad de Gregorio Fernández. La madre había vivido en Valladolid muy cerca del taller del escultor y a él le encargó algunas de estas fantásticas piezas, como este magnífico Cristo atado a la columna cuya hechura costo muchas oraciones del propio convento y del que Palomino dirá que a las arterias solo les falta el pulsar.

O ese escenario que alhajaba la Sala Capitular de la Encarnación que estaba presidido por uno de los más afortunados modelos de Gregorio Fernández, el Cristo yacente que reproduce el encargo de Felipe III para los Capuchinos de El Pardo, también de patronato regio y lugar de devoción íntima del monarca. De esta sala también procede la pintura de Felipe Diricksen que cerraba la lectura como en un cuadro congelado.

Aunque aún hay quien se pregunta, ante el hecho de que sólo 7 de las obras  expuestas proceden de colecciones externas, qué aporta la exposición que no pueda darnos la visita a los dos conventos donde, además, las piezas pueden contemplarse aún en el contexto original para el que fueron creadas y que mejor las explica, para muchos, esta exposición está constituyendo un auténtico descubrimiento. De hecho las visitas a estos conventos – 46.922 a las Descalzas y 15.511 a la Encarnación en 2018, una nimiedad frente al millón y medio del Palacio Real– están muy condicionadas por hallarse en zonas reservadas a la clausura.

Pero baste recordar que aquí se exponen tan sólo 110 piezas maestras salidas excepcionalmente de estos dos centros de clausura gracias a la dificultosa elección, según él mismo reconoce, de Fernando Checa y el arquitecto Francisco Bocanegra y la colaboración de las propias monjas. Sin embargo el inventario de bienes muebles histórico artísticos de ambos centros supera , en el caso de las Descalzas, los 9.000 objetos y en el de la Encarnación más de 7.000. Quizás una invitación a conocerlos más despacio

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Primavera Rusa en Madrid (1). De Chagall a Malévich en la Fundación MAPFRE y Pioneras en el Museo Thyssen http://rarasartes.com/primavera-rusa-en-madrid-1-de-chagall-a-malevich-en-la-fundacion-mapfre-y-pioneras-en-el-museo-thyssen/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=primavera-rusa-en-madrid-1-de-chagall-a-malevich-en-la-fundacion-mapfre-y-pioneras-en-el-museo-thyssen http://rarasartes.com/primavera-rusa-en-madrid-1-de-chagall-a-malevich-en-la-fundacion-mapfre-y-pioneras-en-el-museo-thyssen/#comments Fri, 12 Apr 2019 11:46:14 +0000 http://rarasartes.com/?p=14728 Primavera rusa en Madrid

De Chagall a Malévich: el arte en revolución en la Fundación MAPFRE

 

 

La Fundación MAPFRE, en colaboración con el Forum Grimaldi de Monaco, presenta la que sin duda es a mi entender una de las mejores exposiciones del año -y eso que este es un año de aniversarios, bicentenarios y grandes exposiciones- que, con leves variaciones, ya estuvo en la Albertina en Viena: De Chagall a Malévich: el arte en revolución.

La muestra reúne más de 90 obras y 23 publicaciones de los artistas que desarrollaron lo mejor de sus carreras entre la emblemática fecha de 1905 en que se produjo el primer levantamiento del pueblo ruso tras la derrota ante Japón y los primeros años tras la Revolución de octubre, aquel periodo que Javier Arnaldo llamaba comunismo heroico, una época sin duda en la que sus protagonistas albergaron grandes esperanzas de reforma convencidos de que con la revolución había dado comienzo un mundo completamente nuevo. Hemos ametrallado el pasado se decía ya en la emblemática obra Victoria sobre el sol, una ópera estrenada en 1913 con música de Mijail Matiushin y escenografía de Kasimir Malevich, ambos representados en la exposición de la Fundación.

 

Gueorgui Yakúlov. Sulky, 1919

 

Me alegro mucho que no le hayan llamado simplemente «vanguardias rusas«, porque ese término, tan comúnmente aceptado ahora, surgió en los sectores de la critica de arte más cercanos al marxismo durante los primeros años setenta, cuando la historiografía del arte comenzó a interesarse más seriamente en este periodo del arte ruso que hasta ese momento había sido prácticamente desconocido o cuando menos ninguneado en los manuales universitarios. Y es que en ese momento, se quería profundizar en el mito de aquellos dorados años veinte asociando el ímpetu bolchevique con una consecuente revolución artística.

 

Fishmonger, 1911 Vladimir Tatlin

 

Y en realidad, no fue así. O no fue sólo así. Aunque en muchos aspectos, la época inmediatamente postrevolucionaria  es un tiempo absolutamente fascinante, sin embargo la progresiva burocratización del régimen bolchevique  y el triunfo del estalinismo llevaron a este “arte de izquierdas”, como entonces se le conocía, a su casi completa desaparición tras el triunfo de las tesis del realismo socialista a principio de los años treinta. Así que hablamos de unas obras realizadas durante dos décadas muy precisas, sin que tuvieran continuidad, salvo por aquellos artistas que se exiliaron de Rusia como los hermanos Pevsner o el matrimonio Goncharova-Larionov.

 

Alexander Rodchenko (Russian- 1891 – 1956), Study for the costume of a clown (Pierrot), 1919

 

No sería sin embargo hasta la década de los años sesenta y setenta cuando el mundo del arte comenzó a fijarse en los experimentos de estos innovadores artistas rusos de principios de siglo. En algunos casos, estos iban paralelos a las aportaciones de las vanguardias europeas occidentales y en otros, eran de una radical originalidad hasta entonces poco estudiada. No fue ni mucho menos fácil redescubrir estas obras. Las autoridades soviéticas los habían hecho prácticamente desaparecer de los museos oficiales dominados por el omnipresente realismo socialista y durante años prohibieron el acceso de los estudiosos occidentales a los almacenes de la Galería Estatal Tretiakov de Moscú o del Museo Estatal Ruso de Leningrado.

 

Vladimir Tatlin. Reconstrucción de la maqueta para el Monumento a la III Internacional

 

Aquel gran director del Centro Pompidou que fue el sueco Pontus Hulten, sin embargo, consiguió organizar una serie de exposiciones hoy míticas, Paris-New York (1977),  Paris-Berlin (1978),  Paris-Paris (1981) y, por supuesto,   “París- Moscú 1900-1930” en 1979.  Llegó incluso a reconstruir por primera vez la maqueta del icónico Monumento a la III Internacional de Vladiminr Tatlin que había desaparecido hacia décadas. La exposición, que fue un poco un cajón de sastre debido a las dificultades de obtener préstamos de las autoridades soviéticas, causó sin embargo un gran impacto en los ámbitos artísticos y situó a esta escuela rusa en el lugar que le corresponde por justicia en la historia del arte, que es sin duda uno de primerísima fila, como os intentaré contar a lo largo de las dos entradas que le dedicaré.

 

Lili Brik retratada por Rodchenko en un fotomontaje propagandístico parar fomentar la lectura

 

Otra de las particularidades de esta excepcional época artística en Rusia es el elevadísimo número de mujeres artistas. Algunas forman pareja con otros artistas como Goncharova y Larionov, Stepanova y Rodchenko, Lili y Osip Brik, la poeta Yelena Guró con Matiushin, pero otras no necesitaron de ningún compañero para realizar una obra de primera fila y al margen de cualquier academicismo. Prácticamente en ninguna época del arte -hasta el momento- se ha tenido constancia de una concentración tal de talento, genio e ingenio femenino, tanto que próximamente habré de dedicar a estas mujeres rusas algunas entradas específicas.

 

Varvara Stepanova y Liubov Popova fotografiadas por Alexander Rodchenko-Moscú-1924

 

No es que Marianne von Werefkin, Natalia Goncharova, Nadiezhda Udaltsova, Olga Rozanova, Liubov Popova, Sofía Dimshits-Toltstaya, Varvara Stepanova, Aleksandra Ekster, Sonia Delaunay-Terk o Xenia Ender acompañen o aparezcan como comparsas de unas tendencias artísticas en marcha, es que son ellas mismas las que las inician o las que mejor las representan. Estas mujeres de facto formarán parte central de todos los movimientos artísticos  importantes que se sucedieron en Rusia y ocuparon cargos de responsabilidad dentro de las primeras instituciones culturales soviéticas como el Narkompros o el InChUK.

 

Exposición- PIONERAS. Mujeres artistas de la vanguardia rusa en el Museo Thyssen

 

El museo Thyssen Bornemisza, con ese oportunismo que le caracteriza, ha querido sumarse a este homenaje primaveral madrileño al arte ruso de izquierdas montando una mini-exposición con las obras de sus propios fondos de algunas de estas artistas, que ha titulado  Pioneras. Mujeres de la vanguardia rusa y que podrá verse del  1 de marzo al 16 de junio de 2019.

Pioneras. Mujeres artistas de la vanguardia rusa en el Museo Thyssen

En ella se recogen una veintena de obras, espectaculares eso sí hay que reconocerlo, de  algunas de las artistas más importantes de estos movimientos: Natalia Goncharova, Alexandra Exter, Olga Rózanova, Nadeshda Udaltsova, Liubov Popova, Varvara Stepanova y Sonia Delaunay, además de textos, breves biografías y algunas fotografías bastante interesantes.

 

STEPANOVA, Varvara Fedorovna_Jugadores de billar, 1920_(Colección Carmen Thyssen Bornemisza)

 

No es que quiera desmerecer la exposición del Thyssen, pero, a fin de cuentas, son obras que pertenecen a sus fondos y que nos son accesibles normalmente. El Thyssen, ya se sabe, se caracteriza siempre de exprimir al máximo sus propios fondos. Sin embargo la exposición de la Fundación MAPFRE es un auténtico acontecimiento extraordinario. En ella pueden verse algunas de las obras más importantes de la época por primera vez en España y su visita, no es que sea de obligado cumplimiento, sino de seguro disfrute para aquellos que amen el arte. Doy fe de ello. Pocas veces he disfrutado tanto y he tenido y tengo tanto deseo de repetir visita.

 

UDALTSOVA, Nadeshda_Cubismo, 1914

 

Fruto de este deslumbramiento, he decidido dedicarle varias entradas pues son muchos los movimientos artísticos representados, las obras maestras que han traído y el número de artistas que se muestran. Para ello utilizaré la misma división en siete salas que se realiza en la exposición. No os asustéis. En esta entrado sólo hablaré de una.

 

Clasicismo y Neoprimitivismo

Pues bien, comencemos. Es evidente que en los primeros años del siglo el arte ruso se dejó contagiar por las primeras vanguardias plásticas como el impresionismo, el fauvismo, el «cezannismo«, y, sobre todo por el cubismo y el futurismo.  Y lo fue por un doble motivo. Primero y evidente por el propio interés de los artistas jóvenes en conocer las tendencias más novedosas de las capitales europeas; y segundo por los frecuentes viajes de artistas ocidentales a Rusia ( como Matisse o Marinetti) o las residencias de artistas rusos en las grandes capitales europeas del arte como Paris, Viena, Munich o Berlín: Alexander Shevchenko, Marc Chagall, Vladimir Baránov-Rossiné, Sofía Dimshits-Tolstaya, Liubov Popova y Nadiezha Udaltsova vivieron durante aquellos años en París; Vassily Kandinsky, Marianne von Werefkin, Alexei von Jawlensky en Munich, etc.

 

Natalia Goncharova Y Mijail Larionov

Entre los primeros grupos de artistas me gustaría nombrar en primer lugar a esa singular pareja artística y vital que fue la de Natalia Goncharova y Mijail Larionov, de los que no os hablaré demasiado ahora pues ya les estoy preparando una entrada propia, la primera de las que dedicaré a estas amazonas rusas. Pero si  me gustaría señalarlos como uno de los motores esenciales de muchos de los grupos que se formaron a finales de la primera década moscovita del siglo pasado.

 

Kazimir Malevich–Bodegón 1910

Lo que los jóvenes artistas rusos intentaban encontrar era una forma de arte que fuera específicamente rusa en un país en el que la única tradición pictórica era la pintura de iconos y el academicismo decimonónico.

 

M. F. Larionov, S. M. Romanovich, V. A. Obolensky, N. S. Goncharova, M. A. Fabbri, A. V. Shevchenko

 

Surgió así el grupo conocido como la Sota de Diamantes y que incluía a los ya citados Larionov y Goncharova Aristarkh Lentulov , Kazimir Malevich, Ilya Mashkov o Piotr Konchalovsky y muchos otros que no enumero para no marear y porque no están presentes en la exposición. Incluso Vasily Kandisnky o Alexei Jawlensky, por entonces en Munich, participaron en la primera y muy escandalosa exposición organizada por el grupo en 1910. El grupo rompía abruptamente con las tradiciones de la pintura realista, rechazando el academicismo del siglo XIX. En general las opciones cercanas al postimpresionismo fueron adoptadas por la mayoría.

 

Piotr Konchalovski. Barcos en Cassis, 1913

 

En la sala baja de la Fundación MAPFRE podemos ver un nutrido grupo de extraordinarias obras maestras de todos estos artistas. Los temas seguían siendo clásicos: paisajes, desnudos, retratos y naturalezas muertas, sin embargo ya dominaba el intenso colorido de los fauves o los expresionistas, asi como las superficies planas más propias del cubismo.

 

Le nu rouge  1909 Marc Chagall

 

Piotr Konchalovski, por ejemplo, se dejó influir sobre todo por Cezanne, como puede apreciarse en sus paisajes de 1912 y 1913, Barcos en Cassis o San Gimignano. Por cierto y como curiosidad, Konchalovski es abuelo de dos de los más conocidos directores de cine rusos: Andrei Konchalovski y Nikita Mikhalkov 

 

San Gimignano Artwork by Pyotr Konchalovsky

Extraordinario también este Retrato de Pasha con un libro rojo de 1909 en el que el Konchalovsky  trata de usar el colorismo, típico del arte popular ruso, con la ayuda del color constructivo de Paul Cézanne.

Piotr Konchalovski. Pasha con un libro rojo, 1909

 

Más cercano al movimiento expresionista del Jinete Azul, al que pertenecían también Kandinsky, la también rusa Marianne von Werefkin y Paul Klee, podemos ver este bellísimo retrato de  Alexei Jawlensky. A los artistas de este grupo expresionista  les unía su interés común por el Arte medieval y primitivo, así como los movimientos coetáneos del fauvismo o el cubismo, que, como ya he dicho, era algo muy cercano a lo que se hacía en Moscú en aquel momento.

 

Girl in a Blue Apron, 1909, Alexei Jawlensky

 

Entre los jóvenes artistas rusos había en general un intento compartido de reivindicar las raíces eslavas de su país, su realidad de puente entre oriente y occidente. No es que Rusia no tuviera nada que decir artísticamente, es que había que aprender y aprehender de la madre Rusia, de sus tradiciones, de las alegres decoraciones de su artesanía, sus tapices, sus alfombras… París ya se había rendido a la artesanía y a la arquitectura popular rusa durante las ferias internacionales de fines del XIX y estos fueron los años, no hay que olvidarlo, del extraordinario suceso de los ballets rusos de Serge Diaghilev que prácticamente revolucionaron la escena parisina. Aquí abajo os pongo una foto de una representacíon de Le Coq d’Or con escenografía de Natalia Goncharova, música de Rimsky-Korsakoff sobre un poema de Pushkin. No sé podía ser más ruso.

 

Representación de Le Coq D’or con la escenografía de Nalalia Goncharova

 

Alexandr Shevchenko, uno de sus miembros, defendió el carácter eminentemente ruso de estos pintores en su escrito de 1913 titulado Neoprimitivismo y que se usó para denominar a un estilo específico que combinaba ese renacido interés por las formas del arte popular ruso con las técnicas del postimpresionismo realizando una simplificación deliberada de la imagen, que hacía que sus formas resultasen primitivas o incluso infantiles.

 

GONCHAROVA, Natalia Sergeevna_Pesca (pescadores), 1909_(CTB.1977.34)

 

Ejemplo de este neoprimitivismo este cuadro de Goncharova que está en la exposición del Thyssen donde la artista muestra un especial interés por los rituales campesinos que conocía de primera mano durante sus frecuentes viajes a la casa de campo familiar  cerca de Moscú.

 

El baño de los caballos, Natalia Goncharova 1911

 

O este otro que sí está es la MAPFRE,  Baño de los caballos, de 1911 y que continúa con esa temática que se convirtió en una parte importante de su vocabulario artístico y del de su pareja, Mijail Larionov del que os pongo aquí abajo un cuadro de la misma época que puede verse en el Museo Thyssen.

 

El Panadero. Mijail Larionov 1909

 

En ese mismo sentido de reivindicación de lo ruso habría que situar las pinturas de iglesias deconstruidas de Aristaj Lentulov de la que hay hasta tres ejemplos en la muestra y del que os escojo esta monumental Catedral de San Basilio de 1913, uno de los iconos más conocidos de la ciudad de Moscú y probablemente el cuadro más célebre de su autor.

 

Catedral de San Basilio – Aristarkh Lentulov

 

Lentulov asimila las visiones facetadas propias del cubismo con el colorido propio de los fauves o del orfismo de los Delaunay – Sonia era rusa- para crear una obra que recuerda a los tapices populares centroasiáticos.

Kazimir Malevich La segadora 1912

En esta misma órbita neoprimitivista habría que ubicar las obras de 1912 y 1913 del complejo Kazimir Malevich que aún estaba en los principios de su heterogénea carrera, como esta Segadora de 1912, una de las pinturas que más captó mi atención al constatar su factura hecha a base de millares de mínimas pinceladas.

 

El segador. Malevich, 1911-12

 

O este impactante Segador en el que Malevich sigue al pie de la letra los consejos de Cezánne de reducir los volumenes a conos, cilindros y esferas, además de una influencia evidente de Fernand Léger. Además la figura monumental dentro de un espacio que se antoja demasiado exiguo recuerda a esa colocación de los santos en los iconos rusos.

 

kazimir-malevich selfportrait 1908-1910

De Malevich está también esta hermosura de autorretrato hecho en gouache y acuarela del que la imagen que os pongo sólo remeda torpemente la luz que literalmente emana del original.

 

Marc Chagall – Self-portrait in front of a house (1914

Y ya que estamos con los autorretratos, hay en la muestra también dos autorretratos de Marc Chagall, los dos extremos entre los que el propio título de la exposición De Chagall a Malevich enmarca este acontecimiento. Curioso por cierto que al buscar esta imagen he descubierto que probablemente sea Chagall, casi, casi como Rembrandt, uno de los artistas que más veces se haya autorretratado.

El Paseo. Marc Chagall. 1917

Porque también es un autorretrato de él y su mujer, Bella Rosenfeld, su novia de siempre y por la que Chagall dejó París para volver a Vitebsk, su ciudad natal. De Bella escribiría en su autobiografía:  Su silencio es mío, sus ojos son míos. Es como si supiera todo sobre mi infancia, mi presente, mi futuro, como si pudiera ver a través de mí. 

El cuadro, ni que decir tiene es uno de los más espectaculares de la muestra, no sólo por sus enormes dimensiones y porque es lo primero que ves nada más entrar, sino por el entusiasta optimismo  que transmite Chagall. Más allá del tradicional simbolismo del pájaro agarrado con una mano como don del amor, Chagall se nos muestra pletórico agarrando a esa belleza flotando sobre el perfil de Vitebsk,  en ese mundo paralelo tan chagaliano que ya empieza a poblar sus lienzos. Vitebsk fue siempre el mundo de Chagall, lo siguió pintando una y otra vez,  los motivos y temas judíos de sus recuerdos de Vitebsk seguirán poblando su imaginación siempre. «Mi tierra natal existe solo en mi alma», dijo una vez.

 

Marc Chagall, Over the town, 1918, Tretyakov Gallery, Moscow

 

Los cuadros que dedicó a su amor por Bella están entre los más hermoso y feliz de toda la producción de Chagall y aunque estos otros dos no están en la exposición no me resisto a no ponerlos aquí, de la pura felicidad que transmiten.

 

Marc Chagall. Cumpleaños. 1915, MOMA, Nueeva York

¿Qué otra cosa nos puede hacer flotar así, salvo el amor?.

Y para terminar esta primera ylarga entrada, que coincide con el primer piso de la exposición, dos cuadros de Ilia Mashkov, con unas clásicas modelos que por su técnica y composición, remiten a las bañistas de Cezanne, figuras intecionadamente de tosco modelado y colores vivísmos.

 

Iliá Mashkov Modelos Desnudas 1908

 

 

Imagínaos, si esto es sólo la mitad, lo magnífica exposición que es. Continuaré en breve, lo prometo.

 

 

 

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Urvanity 2019, tercera edición de la feria de arte urbano (y no) http://rarasartes.com/urvanity-2019-tercera-edicion-de-la-feria-de-arte-urbano-y-no/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=urvanity-2019-tercera-edicion-de-la-feria-de-arte-urbano-y-no http://rarasartes.com/urvanity-2019-tercera-edicion-de-la-feria-de-arte-urbano-y-no/#respond Fri, 29 Mar 2019 11:50:39 +0000 http://rarasartes.com/?p=14651 Urvanity 2019, tercera edición de la feria de arte urbano (y no)

 

El  edificio del Colegio de Arquitectos de Madrid, con casi 1000 m2 de espacio expositivo, es el contenedor por segundo año consecutivo de esta feria de arte, que cada año aprovecha de una manera distinta su especial arquitectura.

Del 28 de febrero al 3 de marzo se pudieron ver obras de algunos de los algunos de los más interesantes artistas urbanos del momento ya fuera en las 23 galerías nacionales y extranjeras participantes, o en los Solo Shows del nuevo Programa de Comisariado. Además se organizaron como otros años instalaciones  y murales hechos ex profeso por distintas partes de Madrid.

 

 

En general, en un primer acercamiento y a pesar del aumento de zona expositiva, encontré la feria más floja que la edición anterior aunque siempre se encuentran obras interesantes y distintas de las otras ferias de la Semana del Arte de Madrid.

 

Moneyless

En el piso de arriba de esta edición que los organizadores han concebido como un único recorrido, había ocho galerías con obras bastante desiguales, aunque podríamos destacar a Moneyless en la Galería italiana Doppelgaenger.

 

Moneyless. Urvanity Art 2019. Madrid, February 2019

Moneyless, apodo del italiano Teo Pri, además era uno de los artistas invitados a intervenir la ciudad, lo que hizo con una instalación de de lana e hilo en la calle Augusto Figueroa, no lejos del COAM.

 

Grip FAce SC-Gallery

Interesante la propuesta de la la bilbaina SC Gallery con los extraños rostros de Grip Face y un pequeño hombre dentro de una jaula de Isaac Cordal, que era también autor de la pieza que podía verse en el patio, “Following the leader”.

 

Isaac Cordal-SC Gallery

 

Obra del artista Isaac Cordal, «Follow the leaders»

 

Esta pieza del patio consistía en unna gran maqueta del gallego Isaac Cordal, que representaba una ciudad completamente en ruinas devastada por la guerra y habitada por pequeños hombres de negocios, vestidos de traje y con sus maletines, semienterrados, agrupados en racimos

que demabulan a la deriva observando el efecto colateral de sus propias decisiones. Las esculturas representan un estereotipo social relacionado con el poder, la burocracia, la política, la banca, el patriarcado…Son el icono de una sociedad en constante decadencia.

 

Follow the leaders

 

Muy llamativos, también en las primeras galerías,  en la italiana Martina’s Gallery, los enormes lienzos de la italiana Laurina Paperina, repletos de personajes de comic mutantes y mutilados en escenarios apocalípticos  

 

Laurina Paperina. Doomsday (Apocalypse Now) The island-i140x140

Una estética que rompe «con el mundo rosa y enlaza con la estética anti-cartoon y el cómic underground americano«, explica la propia artista en una entrevista.  Las escenas que representa suelen ser grotescas, irreverentes, delirantes y cómicas mezclando personajes de muy distinta procedencia. desde un Bambi transformado en Rambo a los personajes de Pulp Fiction disparando a un Bob Esponja que se saca sus propios ojos ante la mirada atónita de Darth Vader.

 

Laurina Paperina | The hunting party

 

Poco después ya entrabas en el espacio dedicado a mayor gloria del omnipresente Okuda San Miguel, auténtico protagonista el año pasado, que de nuevo contraataca con un proyecto especial e inédito  “The rainbow Mountains”, con el que  regresa a su época más surrealista.

 

 

Nada nuevo, en realidad, su característico universo poliédrico caracterizado por colores psicodélicos y patrones geométricos. El espectáculo abarca todo el universo de Okuda , que incluye desde pinturas sobre papel pintado hasta una gigantesca escultura hinchable e incluso bordados. Diversificando. Hasta joyas para la joyería Suárez hizo el año pasado

 

 

Después venían lo que han llamado «Solo Shows» comisariados por Sabina Chagina (cofundadora de ARTMOSSPHERE, la Bienal de Arte Urbano de Moscú) Sergio Pardo y Juan Peiró. Un amplio espacio dedicado a cuatro monográficos de artistas bastante consagrados, sobre todo para sus galeristas.

 

Jan-Kalab-24

Muy interesantes las piezas minimalistas de Jan Kaláb (Magma Gallery) que  comenzó en el mundo del grafiti en una Checoslovaquia que descubrió el arte urbano al abrirse al mundo occidental a partir de los años 90 y que, afincado en Nueva York, quiso marcarse un nuevo reto de grafittis en 3D. Mostramos mis lienzos con forma orgánica, lo que parece ser la línea más popular de mi trabajo.

 

 

Otro de los solos esta dedicado a Sam3 traído por la galería Doppelgaenger de Bari y que es conocido por producir sombras y siluetas en entornos urbanos. Aquí presentaba piezas monocromas dominadas por el color azul.

 

Muy conocida es la obra de una de las primeras grafiteras francesas, Miss Van y sus “Musas y guerreras”, personajes femeninos con máscaras de animales, sensuales pero al mismo tiempo oscuras, que se acercan al mundo del burlesque.

 

El último de los Solo Shows estaba dedicado a pionero del street art neoyorquino Dan Witz. Traído por Wunderkammern de Roma/Milan , su exposición individual presenta impresionantes pinturas hiperrealistas que, como acertadamente señaló mi sobrino Alex, casi olían a sudor.

 

Después, bajando las escaleras, se entraba en la gran instalación con la que los artistas de Penique Productions han vestido la sala de conferencias del COAM con plásticos rojos, una sala que pedía a gritos fiesta, música y espuma de birra.

 

Espacio Mahou, intervenido por Penique Productions

Un colectivo, Penique Productions, de Barcelona, que ya intervenido en una larga lista de espacios arquitectónicos (Palazzo Ducale en Génova, A Piscina do Parque Lage en Río de Janeiro, La Tabacalera en Madrid, etc)  siempre con la misma premisa: conceder una nueva identidad a un lugar a partir de un balón hinchable que se expande y lo invade todo.

Claustro de QUERETARO EN MÉXICO

En el piso bajo está la zona de galerías propiamente dicha y de las que destacaré algunas como la parisina ADDA & TAXIE con las interesantes piezas  de los ucranianos AEC Interesni Kazki, -que por cierto significa «Interesantes cuentos de hadas»- o del chileno Victor Castillo

AEC Interesni Kazki Perception Of Unknowable drawing

Victor Castillo

 

Montana Gallery (Barcelona),  un referente dentro del circuito del arte urbano, traía obra de Kram, un notorio artista de Barcelona cuyos sensuales personajes funky atraparon con sus fantasías las de mi propio sobrino.

Kram

O botes de spray customizados de Basquiat o de Keith Haring o  las múltiples piezas, desde lienzos a cerámicas muy divertidas del GR170 (Grito en realidad)

GRI70

 

 

El siempre interesante y prolífico Paco Pomet en la madrileña My Name’s Lolita Art 

 

Paco Pomet. Twins. Óleo sobre lienzo. 130x170cm.-2019

 

Muy delicadas las piezas de Katsumi Hayakawa en Yusto/Giner de Marbella,  mundos tridimensionales hechos de papel y pequeñas piezas de espejo.

 

Yusto-Giner

NextStreet Gallery (París) presentaba una oferta interesante con esas delirantes y futuribles cápsulas de Chanel o Louis Vuitton de Denial,

 

NextStreet-Gallery-1

los skates y polos de helado hechos en mármol de Juan Miguel Quiñones en la berlinesa Pantocrator Gallery que, como proyecto nómada que es,  actualmente tiene su sede física en la ciudad china de Suzhou.

 

Juan Miguel Quiñones tiene una instalación de uno de sus polos de mármol titulado Dracula cerca de la boca de Metro de Alonso Martínez.

«Drácula», de Juan Miguel Quiñones, junto al metro de la calle Alonso. Martinez

 

Muy efectistas las piezas collage del ruso Dmitri Aske, vendió dos durante la feria,  en RuArts Gallery (Moscú), una galería que ya captó mi atención el año pasado.

 

Dimitr Aske

 

Siempre una de las más espectaculares Fousion Gallery  de Barcelona, invariablemente un lugar mágico con una buenísima selección que se mueve entre el pop y el surrealismo. La estrella de la galería es Miss Van a la que ya hemos visto en su Solo proyect, pero igualmente fascinantes son las obras de Bruno Pontiroli o la kazaja Dilka Bear o las esculturas de Mono Cieza.

Mono Cieza-Primal Monkey-55x24x26cm-2018-Fousion_Gallery

 

Dilka Bear: As I Watch her disappear y You dont have to hide anymore

 

Bruno Pontiroli. Reno Yoga

 

Otra de mis galerías favoritas es Swinton Gallery demi barrio, Lavapiés, donde se podía ver obra de Mario Mankey, una de las panteras y otros felinos de Sabek y los cuadros de Martina Merlini o de Pro176

 

Swinton-Gallery

 

Destacar al famosísimo DFace en Stolen Space Gallery de Londres

 

o esta otra pieza que también gustó a mi sobrino de Kai and Sunny titulada Campos de Locura.

 

Kai-Sunny_Fields-Of-Madness

 

Urban Spree muestra 3 composiciones inmersivas y a gran escala del artista alemán Hendrik Czakainski , conocido por sus intrincados paisajes arquitectónicos. Vistos a vista de pájaro, estas obras representan una especie de fabelas abandonadas sin presencia humana.

Hendrik Czakainski

 

La pieza más grande Czakainski 2018 26390 , de tamaño 150 x 250 cm, se vendió a la prestigiosa colección española de la Fundación María Cristina Masaveu que también compró a Swinton Gallery la pieza del gato de Sabek que habían instalado en la plaza de Callao.

 

Y en fin, poco más, para no hacerlo eterno. La feria en su catálogo se proponía “agitar, correr riesgos». No sé si se llega a tanto pero sí sé que parece que es una feria que se consolida dentro de esa intensa Semana del Arte madrileña. Termino con los murales que se han pintado con ocasión de esta feria en las calles de Madrid.

Marat Morik en la calle Santa Isabel 18

Pro176 en el Callejon de Tribulete

Poni en Plaza Puerta Cerrada

Artez at Fuencarral 31

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Art Madrid celebra su 14ª edición http://rarasartes.com/art-madrid-celebra-su-14a-edicion/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=art-madrid-celebra-su-14a-edicion http://rarasartes.com/art-madrid-celebra-su-14a-edicion/#respond Tue, 19 Mar 2019 19:05:04 +0000 http://rarasartes.com/?p=14567  

Art Madrid celebra su decimocuarta edición

 

 

Art Madrid celebra su 14ª edición como es habitual en la Galería de Cristal del Ayuntamiento de Madrid, en eso que llaman CentroCentro Cibeles, en el antiguo pasaje Ruiz de Alarcón que antaño ocupaban los vehículos de reparto del correo y bajo la imponente cúpula de cristal que creó el equipo de Arquimática de Paco Rodríguez Partearroyo.

 

 

Es ArtMadrid, como siempre, un mundo paralelo que proporciona a un tipo de coleccionista barriosalmantino exactamente lo que busca, sin más -ni menos-, lo que, por otra parte, es muy legítimo y está muy bien.

Si el año pasado, la feria fundada por Alberto Cornejo (y dirigida en la actualidad por su hijo homónimo a mayor gloria de su galería BAT) tenía como artista invitado a Okuda San Miguel y lo volvía omnipresente, este año la omnipresencia le había caído en suertes a un artista bastante reciente que personalmente me gusta, Ruben Martín Lucas. Espero que esta súbita celebridad no se convierta en definitiva en una pérdida de libertad. Al menos no le hemos visto en la feria diseñando joyas para la joyería Suárez como sí hizo  Okuda San Miguel el año pasado.

 

Videoinstalación de Rubén Martín Lucas a la entrada misma de Art Madrid 19

 

He hablado de Ruben Martín Lucas en mi entrada de Justmad así que os remito a ella, porque además es allí, en aquella feria más modesta y en una galería de Riaza (Segovia), donde mejor se le representa y no en este peligroso faló delle vanitá en el que como Savonarola puede acabar viéndose devorado por sus fastuosas llamas. Cuidado Rubén con los sistemas que fagocitan y mercadean.

 

 

ArtMadrid es lo que es y repito, bien legítimo es que así sea. En el catálogo se insiste machaconamente en que quiere ser un lugar accesible, de «esencia inclusiva» abierto a diversas audiencias, por lo que, al contrario que ARCO, se quiere abierto al público de a pie sobre todo si asiste con la cartera llena. Y a fe mía que o soy un talismán, cosa que dudo, o las ventas estaban siendo cuantiosas e importantes, como pude constatar personalmente en mi visita a juzgar por el trasiego frecuente y concurrido por los fondos de galería.

Nada más entrar encontrábamos una de las galerías más internacionales, la barcelonesa 3 punts Gallery de Eduard Duran y Javier Lopez a la que el propio diseño del stand favorecía en su visibilidad y probablemente en ventas, pues su oferta era de lo más adecuada al público que esta feria busca y encuentra.

Alejandro Monge. Good Taste is overrated

 

Alejandro Monge Holidays-in-the-caribbean 2018

Era posible ver all las obras irónicas sobre la fuga de capitales del jovencísimo Alejandro Monge, uno de esos muchísimos perros esculpidos en madera de Gerard Mas, -un bulldog francés, nada menos-,

 

Gerard Mas

las llamativas esculturas  de Kiko Miyares,  Efraín Rodríguez o  Samuel Salcedo y de fondo unos hiperrealistas paisajes nevados de Ramón Surinyac trufados del colorismo de Oukuda San Miguel. Rien ne vas plus. El colmo del cool del Eixample barcelonés.

 

Ramón-Surinyac-359 Look out

Efraim Rodrigues Christmass Chicken

 

Samuel Salcedo Toy Land-Fake Mickey, 2019

 

Enfrente, dos galerías. La primera, Fucking Art de Madrid con obras de Alfonso Zubiaga, Carlos Regueira y la ya cansina retórica de estilo de  Isabel Alonso Vega con sus omnipresentes nubes en plexiglás que tanto celebran aquellos que las ven por primera vez.

 

Alfonso Zubiaga

 

Y la segunda Moret Art de A Coruña con obras de los gallegos Lino Lago, el hiperrealista Miguel Piñeiro, las esculturas de Ivan Prieto y algo del más irónico Daniel Sueiras.

 

Lino Lago por los suelos

 

A la derecha, una obra de Daniel Merlin  (2018). Y a la izquierda dos obras de Daniel Sueiras:

Los títulos de las tres obras de arriba son bien elocuentes así que no diré más: «In memoriam Francis Eardraggen the 2nd» de Daniel Merlin y El dia en que el Dr. Richard Mead regresó de su luna de miel en Nueva Zelanda (arriba izda.) y Duchess Elizabeth von Barbien abajo de Daniel Sueiras.

 

Esta traca inicial  marcaba sin duda el tono general de la feria que continuaba con el gran espacio que siempre ocupa la galería de su fundador y director, la Galería Bat Alberto Cornejo que, como no podía ser de otra manera, concedía un gran espacio a la fabulosa serie de «El jardín de Fukuoka» del homenajeado Ruben Martín Lucas. Barriendo para casa, lo que, de nuevo, es legítimo. ¿Cómo no?

 

Ruben Martín Lucas El jardín de Fukuoka

Pero no queda ahí su oferta. En BAT podemos ver los impactantes lienzos de José Ramón Lozano que tanto encandilan al respetable

 

JOSÉ RAMÓN LOZANO Sin Título (VI), 2019

También las esculturas de Marta Sánchez Luengo, Carlos Albert y Carlos Iglesias Faura

Marta Sánchez Luengo

O las impactantes fotografías intervenidas de la que fue ayudante de Ouka Leele y Ana Laura Aláez, la madrileña Leticia Felgueroso.

Leticia Felgueroso

y las increíbles instantáneas de piscinas de la eslovaca Mária Švarbová que ha trabajado para revistas de gran impacto como Vogue

 

MÁRIA ŠVARBOVÁ Snow pool, Garden, 201

De no perderse la trastienda de la galería, auténtico hipermercado del arte y con los precios puestos. Impactante y muy simbólica esa gran torre de Babel que nos proclama huérfanos del cubano Gustavo Díaz Sosa

 

GUSTAVO DÍAZ SOSA Huérfanos de Babel, 2018

 

En este mismo tono la Galería Hispánica Contemporánea de México con obras de Manolo Valdés,  Paul Rousso, el artista norteamericano Mel Bochner  y los escultores Xavier Mascaró, Rafael Barrios y Fidia Falaschetti, además de obras de Mr Brainwash («MBW»)  quien se hizo famoso vía Bansky con la película  Exit Through the Gift Shop. 

 

MEL BOCHNER Amazing, 2018

 

Esculturas de Fidia Falaschetti y detrás obras de Paul Rousso

 

Rafael Barrios

LLamativa también la oferta de la Galería Art Lounge de Lisboa con unos maravillosos collages de Carmen Calvo e impactantes cuadros collage del argentino Daniel Merlín o del valenciano Uiso Alemany.

 

CARMEN CALVO Qué sueños tengo?, 2012

 

De Niro de Daniel Merlín

 

Uiso Alemany

 

En la misma línea la galería alemana Robert Drees Gallery con obras de la coreana Sun Rae Kim, la española Pepa Salas y un interesante Markus Fräger, cuyas situaciones cotidianas cercanas a la pintura barroca fue de lo que más me gustó.

 

Sun Rae Kim Seerosen (Hommage an Monet), 2018 Caucho, papel y madera

 

Dos obras de Pepa Salas

 

Markus Fräger Paar vor Barockbild, 2016

 

También alemana de Berlín, Schmalfuß, con impactantes obras del escultor y pintor Willi Siber, los escultores  Carlo Borer y Oliver Czarnetta y la pintora brasileña de los 80, Cristina Canale. Se agradece un poco de minimalismo entre tanto pop.

 

Willi Siber,

 

Carlo Borer

Por lo demás destacar los dibujos sobre la estética de los poderosos de Kepa Garraza y las piezas de Dirk Salz y Patrick Grijalvo en Victor Lope Arte Contemporáneo  de Barcelona;

 

KEPA GARRAZA Felipe IV, 2016 Pastel sobre papel

 

la Galería Zielinsky de Barcelona con obra de Joaquín Lalanne, Pachi Santiago, y los uruguayos Yamandú Canosa y Juan Fielitz.

PACHI SANTIAGO No hay maquillage, no hay pánico, 2012

 

JOAQUÍN LALANNE Delicate instant, 2018

Mariajosé Gallardo en la Galería de Arte Luisa Pita

Hogar, dulde hogar, El que más damenos pide, El cielo y Llueve todas obras de 2018 de Mariajosé Gallardo en la Galería de Arte Luisa Pita

 

y la interesante Monica Dixon en MH Art Gallery de Bilbao

 

Two-scapes Monica-Dixon

 

Con algunos exotismos como Layziehound Coka de Sudáfrica o los collages de la brasileña Manuela Eichner cierro la selección que he hecho para vosotros.

MANUELA EICHNER Pistoeira, 2018

LAYZIEHOUND COKA Bring Back The Power, 2018

 

En fin, poco riesgo en general, poco compromiso político y mucho esteticismo para que quede bien con el sofá de Vitra. Pero ArtMadrid es lo que es,  territorio de ávidos compradores, que no coleccionistas, en los que, como dije y puedo dar fe, las ventas, como siempre, irán la mar de bien.

 

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La feria JUSTMAD celebra su décimo aniversario estrenando ubicación en pleno paseo del arte madrileño, el extraño Palacio de Neptuno. Sus directores son de nuevo la bloguera Semíramis Gonzalez y el artista Daniel Silvo, tras el fiasco de cambio de ubicación del año anterior.

Con sus tres pisos le permitía albergar un total de 60 galerías, en su mayoría españolas y portuguesas, pero  también algunas de países como Austria, Brasil, Cuba,  Estados Unidos, Francia, Italia, México, etc. «Aquí las galerías sienten que respiran mejor», asegura González.

La selección de expositores viene avalada por un Comité de Selección integrado por los galeristas Nathaniel Pitt (Pitt Studio, Londres), Norberto Dotor (Fúcares, Almagro), Rui Brito (Galería 111, Lisboa) y las coleccionistas Oliva Arauna, Pilar Ciloter y Basola Vallés. Además el programa Just Residence, en esta edición estará dirigido por Eugenio Ampudia.

 

Eugenio Ampudia

 

Bueno y hasta aquí los datos. Aunque se presente como la cita con el arte emergente y los descubrimientos – según explican  Semíramis González y Daniel Silvo– sean uno de sus cometidos, lo cierto es que mucho de lo que hay por descubrir es en buena parte una repetición bastante cercana a la edición anterior. Nada que objetar por otra parte, si lo que se expone merece la pena- y las compras existen, que al final es de lo que trata una feria que siempre es un evento costoso para los galeristas. Ahí están las recurrentes y ya hace mucho descubiertos abstracciones coloristas de Santiago Picatoste

Santiago Picatoste

o las iconografías narrativas de reminiscencias cinéfilas de Jorge Hernandez

 

Jorge Hernández

o la fotografías de la puesta en escena (o fotografías construidas) de Rosa Muñoz todas en la ya clásica Galería Aurora Vigil-Escalera de Gijón.

 

Rosa Muñoz. Cinco cuadros y uno más

Después de que en la pasada edición la feria se declarara  igualitaria en cuestión de género, este año ha vuelto hacerlo de manera decidida según su directora Semíramis González. No son pocas las galerías que presentan obra sólo de mujeres como la interesante Galeria 3/Flux 23 de Viena con las fascinantes obras de Linda Berger o las instalaciones contemporáneas en cajas de Edith Payer 

 

Linda Berger

 

Edith-Payer-Sloanes-Agony-Sammelobjekte-in-Schaukaesten-work-in-progress-seit-2011

 

Igualmente de género femenino es la apuesta de otro clásico de la feria, la siempre interesante galería leonesa La Gran con trabajos de Paloma Pájaro, Mariajosé Gallardo, obras de la «entomóloga» Laura Salguero, –por quien tengo ya debilidad-, los libros de arte reconstruidos de Elisa Terroba o las esmeradas “esculturas” de libros inmersos en paisajes otoñales de Verónica Vicente. Muy sugestiva propuesta la de La Gran.

 

Veronica Vicente_Escrito en las hojas_1

 

Ribera Elisa Terroba

 

Precisamente esta última, Verónica Vicente ganó durante la feria el Premio de Fotografía Joven Fundación ENAIRE .

Verónica Vicente. Una estrategia de la apariencia #2

 

Y ya que hemos hablado de las obras hechas a partir de libros de Alicia Terroba,  interesante es también el trabajo también con páginas de libros que muestra Anna Bresolí en Projekteria Art Gallery de Barcelona usando como base El amante de Marguerite Duras,

 

Anna Bresolí Reminiscencias

 

También en la misma galería es díficil no mencionar las divertidas criaturas de Secrets Friends de AnaHell, hechas a partir de espaldas.

 

Secret Friends AnaHell

Entre las galerías siempre más interesantes, al menos para mí, Set Espai d’Art de Valencia -maravillosa la obra que muestran en la feria de dibujo Drawing Room-, con obras de Chingsum Jessye Luk de Hong Kong, que recoge un kilómetro de 2601 pelos caídos en una caja de cristal, las esculturas coloristas de  ELTONO, los maniquíes de Antonio Samo o la cerámica artística, muy valenciana, por cierto y no carente de sentido del humor de  Xavier Monsalvatje con ese Marcel Duchamp still pissing 

Chingsum Jessye Luk Loss (1km:10g:2601piezas) Pelo, caja de cristal

 

Antonio Samo

 

 

Por cierto que sorprende la cantidad de obras realizadas en cerámica a lo largo de la feria, algo que ya sucedía el año pasado, como las de la galería lisboeta Ratton, verdaderamente especializada en el medio, y donde se pueden encontrar azulejos entre otros muchos de  Paula Rego o Sara Maia por cuarenta euros

 

Conjunto de quatro azulejos (14 cm x 14 cm), da autoria de Paula Rego, editados pela Galeria Ratton, datados de 1989

 

O la nueva galería madrileña de menos de un año de existencia A ciegas que apuesta por un vistoso solo project del artista Marco Pardo, que trabaja también sobre azulejos pero con una inspiración más cercana al comic y la ilustración.

 

Marco Pardo

Interesante también siempre las propuestas de la galería gallega Trinta con obra de ese fotógrafo gallego perseguidor de las sombras huidizas que es Vari Caramés, las fotografías de pájaros de Amparo Garrido o las siempre estimulantes propuestas de la consagrada Pamen Pereira siempre cercana a estéticas japonesas

El evangelio del zen. Pamen Pereira

 

Buena propuesta también la de Rui Brito (Galería 111, Lisboa), miembro del comité de selección de las galerías expuestas, creando una de esas atmósferas silenciosas con obras del interesante Rui Pedro Jorge, Pedro Pascoinho, uno de esos paisajes acuáticos de Pedro Vaz y sobre todo el misterio de esa serie de Magda Delgado titulada Last Beauty before the End of Humankind.

 

Magda Delgado, Last Beauty before the End of Humankind VI

 

Otro de los miembros del comité seleccionador es Nathaniel Pitt (Pitt Studio, Londres) que propone una auténtica inmersión en la obra de John M. Robinson muy recomendable, que se retrata incansablemente en obras famosas de la pintura.

 

John M. Robinson

 

 

De la propuesta de Norberto Dotor (Galería Fúcares, Almagro) destacar la desasosegante obra de Raquel Algaba, que dicho sea de paso obtuvo el Premio Colección TMF

 

Raquel Algaba Ulises 2018

Había, como es siempre esperable en estas ferias, mucha y buena fotografía. Como en la  galería Luis Burgos, con esos glaciares del fotógrafo Cano Erhardt

 

cano-erhardt1

 

También Alalimon Gallery de Barcelona mostraba fotografías de la rumana Simona Rota y sus paisajes abandonados de Europa del Este o del japobrasileño Shinji Nagabe con fotografías de su serie ‘Elevation’

 

 

SIMONA-ROTA Ostalgia

 

Shinji Nagabe 2017, Espinha

E igualmente fotografías magníficas las de Camera Oscura de Madrid con propuestas de nuevo de tres mujeres: la finlandesa Elina Brotherus, que ya captó mi atención el año pasado, la holandesa Ellen Kooi con sus planificadas composiciones de gran simbolismo o la mexicana, residente en Madrid, Liza Ambrossio, una de las fotógrafas latinoamericanas más excitantes y prometedoras del momento

 

Ellen Kooi Oosterplas – cairn 2018

 

Elina Brotherus Bad camouflage

 

Liza Ambrosio, La ira de la devoción

 

 

Interesante también la propuesta de las dos hermanas Del Rey Jordà , llamadas Art al Quadrat en la Galería Collblanc Spai d’art de Castellón, recordando un poco conocido caso de humillación de las mujeres que habían tenido algún tipo de vinculación con la II República en la zona nacional, Memoria de las Rapadas.

 

Art al quadrat. Las rapadas

 

Y como una feria no es feria sin encuentros me he dejado para el final mis propios y privados encuentros. Agradable fue la charla sobre Bruegel y El Bosco que mantuve con Patricia Mateo que junto a José Luis López Moral estaban allí para presentar los libros de su editorial Fueradcarta con el que están dando cobertura a muchos artistas actuales como Estefania Mártin Sáenz, Julio Falagán o próximamente Mateo Maté.  Cada número incluye una obra original firmada y numerada en edición de 100 ejemplares.

 

 

Otro encuentro interesante mantuve en la Galería segoviana AP Gallery comentando la obra de Rubén Martín de Lucas que, cada año, a pesar de su corta trayectoria, me interesa más.  Poco después de escribir esto descubrí que Martín de Lucas era el artista invitado de Art Madrid y me lo encontré urbi et orbe, casi a nivel de boom editorial, algo de lo que me alegro por él pero que también tiene sus peligros banalizadores.

 

Martín de Lucas. Stupid Borders. República 31

 

Pertenecía Martín de Lucas al colectivo de arte urbano Boa Mistura pero  antes de que se convirtiera en un cohete que no para de dar vueltas al mundo lo dejé para ver crecer a mis hijos y en enero de 2015 comencé mi carrera en solitario. 

A pesar de sólo llevar cuatro años de carrera en solitario la obra de este madrileño es muy interesante por poliédrica. Ya le conocía yo por su serie de Repúblicas mínimas sobre la naturaleza artifcial de las fronteras y la incapacidad del hombre para vivir sin ellas. Aquí presenta una obra en que le da una vuelta de tuerca con el proyecto proyecto ‘Iceberg Nations‘ para el cual el artista viajó hasta Groelandia junto al expedicionario Hilo Moreno,  y realizó una serie de acciones sobre el paisaje para cuestionar la validez y naturaleza del concepto nación. Este trabajo se enmarca dentro de la serie STUPID BORDERS.

Iceberg Nations de Rubén Martín de Lucas

Ninguna nación existe de manera física, es decir, como un ente objetivo. Su naturaleza es líquida e intangible, se sostiene como construcción mental presente únicamente en el imaginario colectivo. .. Sin embargo, toda nación, al igual que un témpano de hielo flotando sobre el mar, está condenada a diluirse.

Me encantó sin embargo descubrir esas otras facetas de pintor y escultor. De pintura en la serie “El Jardín de Fukuoka”. En ella habla de un concepto, el Wu Wei, que representa el fluir y la No Acción como No Oposición, y que el filósofo y agricultor japonés Masanobu Fukuoka aplicó para crear la agricultura natural, un ecosistema donde  la naturaleza trabajara sola.

 

El jardín de Fukuoka XLII, 2017 Martin de Lucas

Y como escultor en esas losas de piedra que recogen la huella, metafórica, dejada por nuestra presencia en un territorio específico. Un artista a seguir y el que recomiendo ver su página web.

 

Consuegra Romero. Tempest 5 , 2018. (Bolígrafo y rotulador sobre papel, 42 x 42 cm).

 

Y para el final me he dejado mi artista favorita de toda la feria, la cordobesa Consuegra Romero, artista por la que tengo confesa debilidad y amorosa admiración y que se puede ver en Art Concept Alternative. No sé qué tiene el arte de Consuegra Romero para procurar de mi parte tan ferviente adhesión. O sí lo sé, en realidad. Honestidad, profundísima honestidad, inequívoco compromiso artístico, y mucha, mucha sinceridad en lo que hace, buscando siempre, -y mejor la cito-,

… la verdad y la esencia del dibujo, sus entrañas, despojarlo de la superficialidad, la mentira, la cegada mediocridad en la que estamos enterrados. A través de la técnica: rayo, borroneo, ensucio, dibujo y pinto, siempre tratando de olvidar que tengo un bolígrafo en las manos

 

Tempest 6 , 2018. (Bolígrafo y rotulador sobre papel, 42 x 42 cm

Y es que Consuegra no pinta (sólo) con las manos, sino con su ser entero, con sus entrañas, con su corazón desnudo de cintura para abajo. Sus marañas exaltadas y sus calmas conmovedoras, sus urgentes afirmaciones y sus refutaciones súbitas  crean remolinos autógrafos que me hipnotizan, me hechizan, me cautivan. Un arte casi brut, casi rupestre, asilvestrado, salvaje y al tiempo revolucionario, inquieto, profundo, y sobre cualquier otra cosa, honesto. Sus tachaduras son intachables, íntegras y verdaderas.

 

Tempest 3 , 2018. (Bolígrafo, rotulador y acrílico sobre papel, 21 x 18 cm

Fue un auténtico placer encontrarte, Pilar. Siempre espero tus obras, parafraseando a Pedro Salinas, con un ser que no espera a los otros. Queda pendiente esa invitación a tu taller cordobé. Sin duda alguna, encontrarte, por fin, lo mejor de esta feria.

 

 

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