Y dice la leyenda, que poco después, durante las noches en que la luna invade los campos del Mayab, se ve a una bella mujer vestida de blanco, de larga cabellera y cubierto el cuerpo de largos velos que se posa entre las ramas del Yaax-ché para esperar el paso de algún hombre, principalmente si es joven, a quien seduce con sus promesas amorosas; y si este, por su inexperiencia, se deja engañar, no regresa más a su morada y si regresa se siente poseído de una gran tristeza que poco a poco va agotándolo, poniéndolo amarillento como esas plantas faltas de sol, hasta que enloquece y en medio de amoroso delirio muere. La Xkeban era muy bella, pero se daba continuamente al pecado del amor. Después de algún tiempo, el velo del olvido envolvió a la desdichada joven, quien prematuramente agotada falleció abandonada en el monte sin más compañía que el tétrico Ch’om (zopilote) que vigilaba a su próxima presa. Numerosos eran los donceles que codiciaban el amor de tan delicada criatura del Mayab; más la princesa permanecía indiferente ante las solicitudes, parecía que los dioses se hubieran olvidado de ponerle corazón. Una noche la mujer fue poseída de un deseo carnal insaciable que obligó a su hombre a realizar verdaderos esfuerzos para contener a esa mujer que deseaba hacer el amor una y otra vez. Tanto las lamias como la Xtabay peinan sus cabellos, se presentan como mujeres hermosas ante los hombres para luego llevarlos a su perdición, transformándose en seres monstruosos. Leyenda del Estado de Campeche. Ellos, si pueden, tendrán que huir de ella cuando sientan que al acariciarla tocan el viento helado con la figura de mujer y patas de ave. Ella quedó condenada a quedar convertida en una gran ceiba, misma que será la morada eterna de ese nuevo ser, que será mala, engañosa en el arte y sortilegio de ese amor prohibido, al nacer bajo los signos de las malas artes. Xtab es el nombre maya de una mujer mitológica, según constata el Códice de Dresde.[3]. Esta página se editó por última vez el 18 nov 2020 a las 01:02. La leyenda de la Xtab, o mejor conocida como Xtabay ('la engañadora'),[10] se utiliza, hasta la fecha, como un método para atemorizar a los hombres y hacer que estos cambien sus malas acciones. Miller, Elaine K. (27 de agosto de 2014). En una mañana serena, las X-hailes (campanillas) lucían la belleza de sus delicadas corolas en las ramas de los árboles y cubrían con sus guirnaldas las piedras de las “albarradas”, la X-pulyaah salió de su choza llevando en un Ch’uyub (rodaja con cuerdas para suspender objetos) la blanca luch (jícara) llena de aromático aak’sa’ (atole nuevo), que había mezclado con el filtro vengador. Un día de repente no se le vio salir a Xkebán de su casa, fue extraño para los vecinos, y así pasaron varios días hasta que notaron el olor de un bello perfume que al seguirlo les guió a la casa de ella, al llegar notaron que ya estaba muerta y que ese olor provenía de su cuerpo inerte que se generó debido a los cuidados de los animales a quienes tanto defendió y en agradecimiento custodiaron su cuerpo hasta el panteón, en conjunto con los enfermos a los que curó, solamente ellos acudieron al entierro, durante el trayecto el agradable perfume fue esparcido por las calles por las que el cortejo fúnebre transitó. La flor que nació de la tumba de Xtabay se llamó Xtabentún, una humilde y bella flor silvestre que crece en cercas y caminos. Ahora lo ha comprendido todo; hay otra mujer que se interpone en el camino de su dicha; y la hechicera no podía permitirlo. El guerrero sólo vivía pensando en la de la larga cabellera, en la de los ojos inmensos y soñadores, en la de la dulce sonrisa arrobadora; y por eso todas las tardes se le veía parado, cual estatua viviente junto al tronco del Yaax-ché (ceiba) que con sus grandes y verdes ramas extendidas parecía proteger la plaza en cuyo centro se erguía desafiador; y allí contaba los instantes antes de que apareciera la esbelta figura de la dueña de sus pensamientos y de sus amores. Su hermana Utzcolel sintió una profunda envidia al enterarse de aquel agradable aroma alegando sería obra del demonio y asegurando su cuerpo puro y casto olería aún mejor al morir, pues si el de la pecadora era bello, su pureza desataría algo mejor. Xtabay (también llamada X'tabay, X-tabay, Ixtabay, Xtabai o Xtabal), nombre maya de una mujer mitológica. "Pues bien, sepan los que quieran saberlo, que ella es ahora la mala. No era altiva ni hablaba mal de la gente, humildemente soportaba los insultos y humillaciones. Y ya cuando iba a morir el día salió de esta para dar su paseo acostumbrado, mas al pasar junto al yaaxché, al encontrarse al joven guerrero que la envolvía en el fuego de sus miradas, olvidando todo miramiento a su nombre y a su casta, se acercó a él, le tomó la cabeza con las manos calenturientas, se irguió sobre sus diminutos pies, y antes de juntar sus húmedos labios, con los del guerrero exclama: “Aquí estoy; recíbeme entre tus brazos; es para ti mi corazón, es para ti la dulzura de mi cuerpo para siempre…. Según la narrativa de las leyendas mayas, la Xtabay surge en la antigua ciudad maya de Zací, donde un brujo se enamoró de una sacerdotisa virgen destinada al cuidado y alimentación del fuego sagrado de los templos mayas de la ciudad santa de Zayil. También se cuenta que era la hermana de la diosa Ixchel. Xtabay o Xkeben era bondadosa y socorría a los más necesitados. También sufrió variantes del origen de la leyenda, desde una mujer que muere producto de una maldición hasta una mujer infiel castigada por adulterio (o una mujer extremadamente celosa que tenía miedo de perder a su marido o novio). Para asombro del pueblo, su tumba no exhalaba un fino perfume, sino que aún cubierta de tierra despedía un hedor intolerable. Y desde allí la veía pasar arrogante, envuelta en negra cabellera, desafiando a la luz, con la luz de sus morenos ojos y endulzando la brisa con las mieles de su sonrisa inigualada. El castigo impuesto por los dioses sería el nacimiento de una hija proveniente del pecado que caminaría sola entre las selvas, montes, mares, ríos y montañas para dejar su espectro en toda la faz del Mayab. Buscará el amor y la pasión de los hombres, pero nunca podrá lograrlo en plenitud y gozo porque cada uno que intente seducir la belleza de su cara y pasión morbosa de su cuerpo morirá, enloquecerá cuando lo toquen sus velludas manos o los bese sus labios malditos. Cuenta una antigua leyenda maya que en un pequeño pueblo vivían dos bellas mujeres hermanas de sangre, una era conocida como la Xkebán que se traducía en mujer pecadora pues se entregaba constantemente a los placeres de la carne, de modo que la gente honrada del lugar sentía repugnancia hacia ella. La versión más popular cuenta, como producto del imaginario popular, que en un pueblo de la península de Yucatán vivían dos mujeres. Xtab, "la de la cuerda", es la diosa del suicidio y esposa del dios de la muerte, Chamer o Ah Puch, en la mitología maya. Roman, DJ (2013). t’o, t’o, t’o, t’o, t’o… sintiendo que se les erizaba el espinazo, y los kokayes (luciérnagas) salieron de sus linternas de luz intermitentes para buscar a la joven que se había marchado en pos del amor. Cuenta la leyenda que la mujer Xtabay es una mujer muy bella que suele encantar a los hombres que por las noches se aventuran en los caminos. Antigua, Noticias De Bomberos En (29 de diciembre de 2008). Concluida la operación quita del fuego la vasija y de está descanta un líquido viscoso. Al buscar de dónde venía, llegaron a la casa de Xtabay, a quien encontraron muerta. Por esto, las gentes honradas del lugar la despreciaban y huían de ella como de casa hedionda. En un pequeño homá (cajete, plato hondo de barro) la X-pul-yaah coloca agua cogida en un cenote oculto en el bosque a donde no llegan los hombres y por tanto no está manchada; después va echando diversas hierbas de propiedades milagrosas; y luego coloca el envase sobre unas ramas en llamas para que el calor se forme un filtro, que será su arma vengativa. Y así, la diosa Xtab pasó a ser desde diosa que premiaba a los suicidas, protectora de los suicidas, a una mala mujer o demonio que castigaba el suicido en el infierno. A medida que pasaban las horas un calor desconocido fue invadiendo el cuerpo de la doncella que sintió que una pasión desconocida se apoderaba de todo su ser; visiones eróticas pasaban ante sus ojos encandilados y sintió una abrasadora sed de amor carnal. La leyenda Maya de Xtabay es la historia de dos hermanas de gran belleza: Xtabay conocida como Xkeban o la pecadora, por su entrega al amor por lo cual las gentes de su pueblo la despreciaban y le huían, y Utz-Colel o la mujer buena, quien era todo lo contrario de Xtabay —pura y quien jamás había hecho algo malo que disgustara al pueblo. [8] Igualmente, se cree también que el mito de la Xtabay está asociado con la cultura cristiana de Europa y que pudo haberse originado en la colonia. Las mujeres simbolizan la pureza y se les enseña a no hablar con los hombres solas. Al día siguiente, su tumba estaba cubierta por flores hermosas y de delicado perfume. Al día siguiente, de su tumba brotó una muy rara pero bella flor, conocida como Xtabentún, la cual genera un néctar que embriaga dulcemente a todo quien lo bebe tal como sus desenfrenos de amor alguna vez también envolvieron a los hombres.
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