La Poesía de la Naturaleza: Pinturas del Periodo Edo de la Colección Fishbein-Bender en el Metropolitan Museum de Nueva York
El Museo Metropolitano de Nueva York y en general la política fiscal de Estados Unidos permite que la generosidad de coleccionistas privados, ligados de manera vitalicia como benefactores, enriquezcan las colecciones de los museos y otras onstituciones. Tal es el caso de la colección de Mr. Fishbein y la Dra. Bender , un matrimonio de coleccionistas neoyorquinos, patronos del museo neoyorquino, que habían creado una extraordinaria colección de pintura japonesa de artistas poco representados en el museo con las vistas ya puestas en una futura donación que completase los fondos de la institución. Esta exposición estaba inicialmente pensada para coincidir con el octagésimo cumpleaños del donante, un destacado miembro de una firma de inversión de capital privado, pero su muerte hizo que se retrasara un tiempo. La única condición que tenía su donación es que debía ser expuesta como un conjunto, añadiendo además unas 15 cerámicas japonesas contemporáneas que reflejasen la forma en que los coleccionistas disfrutaron de estas obras en su hogar. Las parejas inesperadas de pinturas y objetos decorativos también son parte de una antigua tradición japonesa llamada tori-awase (disposición de conocedores).
Yo me confieso, y cualquiera que siga este blog lo sabrá, un ardiente admirador del arte oriental, tan desconocido en Occidente y reducido casi algunas veces a algo meramente ornamental. Ninguna de nuestras universidades dedica atención en sus estudios de historia del arte a nada que seriamente trate sobre este arte tan rico, tan sutil y tan de milenaria historia. Estoy seguro que pocas personas «cultuvadas, serían capaces de nombrar media docena de artistas clásicos orientales, a pesar del creciente interés por el arte oriental contemporáneo en este mundo tan globalizado.
Pues bien, hoy me propongo y os propongo, utilizando la disculpa de esta magnífica exposición, un recorrido, a pesar de estos hermosos ejemplos de cerámica que os pongo, por la pintura que floreció en Japón durante el período Edo (1615-1868), dos siglos y medio de historia -y de aislamiento total-, en la que los artistas experimentaron con atrevimiento con los estilos artísticos convencionales. Los nuevos enfoques del arte pictórico llegaron a Japón desde China , y, en menor medida, y siempre de forma indirecta, desde Occidente, y así surgieron nuevas escuelas o estilos cuando los pintores individuales se atrevieron a romper las reglas marcadas por las academias de pintura establecidas.
La exposición La poesía de la naturaleza: pinturas Edo de la colección Fishbein-Bender , que se inauguró el 27 de febrero en el Museo Metropolitano de Arte y estará hasta el 29 de Enero del 2019, sigue el desarrollo de esas principales escuelas y movimientos de este fascinante periodo Edo . Hay más de 40 ejemplos extraordinarios de kakemonos o pinturas de rollo colgantes del período Edo de la colección de Estelle P. Bender y su difunto esposo, T. Richard Fishbein . Muchas de estas pinturas, además, no se habían exhibido ni publicado en Occidente hasta esta exposición, así que en cierto modo os hago partícipes de un feliz advenimiento.
En esta exposición la celebración del mundo natural sirve como un tema unificador, pero sí hay algo que me ha fascinado de verdad es la peculiar interacción entre la poesía y las artes pictóricas que es fundamental para la tradición japonesa. La Poesía de la Naturaleza arroja nueva luz sobre las formas en que los artistas del período Edo usaron el verso para transformar sus pinturas en un arte híbrido a medio camino entre lo literario y lo visual. Todos los textos en japonés estaban traducidos en la exposición al inglés y yo me he atrevido a traducirlos al castellano porque sólo así se puede de verdad apreciar la interrelación entre la palabra escrita y la imagen pintada.
Bueno pues vamos allá con quien me quiera acompañar. La escuela Kano fue la escuela de pintura más longeva e influyente de la historia japonesa; su prominencia de más de 300 años es única en la historia del arte universal. Funcionó desde el siglo XV hasta nuestros días y logró atraer a numerosos patrocinadores de las clases sociales más ricas desarrollando, dominando y promoviendo una amplia gama de estilos, temas y formatos.
La escuela comenzó reflejando una influencia renovada de la pintura china , pero desarrolló un estilo de colores brillantes y muy delineado para paneles grandes que decoraban los castillos de la nobleza. Fue apoyado por el shogunato Ashikaga , representando efectivamente un estilo de arte oficial, que «en el siglo XVIII casi monopolizó la enseñanza de la pintura». La escuela fue fundada por Kanō Masanobu de la que toman el nombre la escuela y la mayoría de sus seguidores. Aunque no era un monje zen, Masanobu estaba estrechamente asociado con influyentes templos zen y adoptó el estilo de pintura chino que favorecían pues este tipo de pintura fue importada junto con la filosofía y práctica del Zen. Se caracterizó por un fuerte énfasis en la pincelada, el predominio de la tinta con poco o ningún uso de pigmentos y la preferencia por los sujetos chinos, especialmente las imágenes de los patriarcas y paisajes Zen.
Esta pintura de Kano Motonobu, titulada Los cuatro lucimientos (o logros), sería un típico ejemplo. En un paisaje espectacular de imponentes pinos, picos distantes y atronadoras cascadas, hay cuatro escenas de actividad humana, cada una de las cuales hace alusión a una de las cuatro actividades apropiadas para un caballero chino: la música, el juego de mesa Go , la caligrafía y la pintura. En el extremo derecho, apenas visible, un erudito junto al lago está acompañado por un sirviente que lleva su cítara ( qin ). Se mueven hacia la orilla del río donde tres caballeros son absorbidos en un juego de Go . En la pantalla de la izquierda, dos muchachos que llevan paquetes de libros y pergaminos siguen a un caballero con sombrero que se dirige hacia un pabellón con techo de paja. En el interior, tres sirvientes han desenrollado un pergamino colgante pintado para su maestro, que se para en el parapeto mirando una cascada. Moviéndonos de derecha a izquierda a través de las pantallas, descubrimos que también hemos viajado temporalmente, desde las ramas de ciruelo estériles de principios de primavera, a través de un verano nebuloso, gansos que se posan en un banco de arena en otoño y finalmente a las rocas cubiertas de nieve del invierno.
Kano Shōei , supuestamente el tercer hijo (o discípulo adoptado) de Kano Motonobu (1476-1559), se especializó en kachoga , pinturas de pájaros y flores de inspiración china ejecutadas en una interpretación amable e individual del estilo de Motonobu . Los pinturas chinas de las dinastías Song y Ming eran muy apreciadas por los shogun por lo que se convirtieron en un género en sí mismo. Además, durante los turbulentos años del siglo XVI, los pájaros simbolizaban el valor marcial (el halcón), la longevidad (la grulla), o la elegancia cortesana (el faisán). En esta pintura, un pájaro identificable como un bulbul orejipardo ( hiyodori ) se posa sobre una rama retorcida de ciruelo que acaba de florecer con la llegada de la primavera. La significación de este pájaro migratorio no está clara, aunque parezca simbolizar la llegada de la primavera, pero cualquier observador de la época lo asociaría también con sus apariciones en el Henki Monogatari , un poema épico clásico de la literatura japonesa.
No hay muchos ejemplos de este tipo de pintura en la exposición del Met, a pesar de su preeminencia durante siglos, porque una colección tan personal privilegia siempre el gusto de los coleccionistas, sin embargo, os puedo poner este Biombo de Pájaros y Flores, también del Metropolitan, de Kano Tan’yū y dos de sus alumnos más talentosos: su sobrino Kano Naonobu y la pintora Kiyohara Yukinobu, los tres miembros muy destacados de la escuela. El maestro pintó los dos paneles centrales, Naonobu los de inmediato a la derecha e izquierda de su maestro, y Yukinobu los más externos. A Tan’yū se le atribuye haber revivido la fortuna del estudio Kano , al mudarse de Kyoto a Edo (donde se fundó el Shogunato Tokugawa que duraría hasta la apertura a Occidente en 1868) en 1614. Junto con Tan’yū, Naonobu fue considerado uno de los mejores pintores de la escuela Kano del primer período Edo .
Precisamente de esa infrecuente pintora que he nombrado antes, Kiyohara Yukinobu, sobrina, hija y esposa de pintores de la escuela, y conocida a principios del período Edo como una «mujer muy hábil en las artes» o keishū, hay una hermosa obra en la exposición: Ampelis, Flores de Cerezo y Bambú junto a un arroyo . Su esposo era alumno de Kano Tan’yū , y ella misma, como sobrina nieta, pudo haber estudiado con él. Aquí, representa tres ampelis (japones: hirenjaku ) en varias poses: uno descansa serenamente en la rama de un cerezo envejecido en plena floración, lo que indica un entorno de primavera tardía; otro es capturado en pleno vuelo; y el tercero se posa sobre una roca, buscando insectos en un arroyo. Dado que los ampelis, después del apareamiento, se frotan las cabezas de una manera que sugiere una demostración de afecto mutuo, llegaron a ser un símbolo de la armonía marital y de la prosperidad familiar, por lo que es posible que la pintura se mostrase en ocasiones relacionadas con el matrimonio o el nacimiento de un niño. De hecho son un macho, una hembra y el tercero podría muy bien representar a un niño.
La escuela Tosa de la pintura japonesa se fundó e los siglos XIV-XV y se dedicó al yamato-e , pinturas especializadas en temas y técnicas derivadas de la antigua cultura japonesa, como escenas de L os cuentos de Genji , G enji Monogatari o el Ise Monogatari y otros clásicos literarios, a diferencia de las escuelas influenciadas por el arte chino , especialmente la escuela Kanō . Las pinturas de la escuela Tosa se caracterizan por «áreas de color opaco plano delimitadas por contornos simples, donde el dibujo es preciso y convencional».
Los dos pintores más celebrados de la escuela son Tosa Mitsuyoshi (1539–1613) y Tosa Mitsuoki (1617–1691). El biombo Mariposas sería una típica pintura de la escuela Tosa . En él se representa los eventos de dos días consecutivos del Genji Monogatari , concretamente del capítulo « Kochō » o «Mariposas». El festival de primavera se ha organizado en el palacio de Genji . Barcos con mascarones de proa en forma de dragón o de fénix, decorados a la moda china, se desplazan en el lago bajo las nubes La emperatriz Akikonomu está leyendo sutras a la derecha. Murasaki , la consorte favorita de Genji , disfraza a sus jóvenes sirvientas como pájaros y mariposas y loa envía a bailar frente a la residencia de Akikonomu .
Tosa Mitsuoki (1617–1691), uno de los representantes tardíos de la escuela, es, sobre todo famoso por sus obras con codornices con flores o hierbas, lo que refleja un endeudamiento con la pintura china de la dinastía Song de China del Sur. Una pintura de pájaros y flores de Mitsuoki que no represente codornices, como esta representación de Dos garcetas con rosas de algodón , es por lo tanto bastante rara. Este pergamino colgante o kakemono muestra al artista pintando en un estilo diferente, algo más suelto, observable en las flores, las hojas, las rocas y las propias garcetas. Las aves están pintadas en el método «sin espinas», con contornos mínimos, que muestran la influencia de los artistas de la nueva escuela Rinpa contemporáneos. La pintura demuestra el interés sutil pero definido de Mitsuoki en incorporar las características estilísticas de la escuela Kano , especialmente en la forma en que ejecutó las rocas con pinceladas de tinta más audaces.
Richard Fishbein y Estelle Bender no tienen en su colección muchas obras de las escuelas mencionadas hasta ahora, pues se sentían más atraídos por las escuelas de pintura de fines del siglo XVIII y principios del XIX.
En esta época, apareció una nueva escuela de pintura que se centraba en la glorificación del pasado japonés. Los samurais y mercaderes ricos se acercaban al arte principalmente atraídos por la poesía, la más admirada entre las artes para un japonés tradicional, ya fuera la compuesta por cortesanos y cortesanas del antiguo Japón, o la de los celebrados poetas o de monjes chinos medievales que cualquier persona cultivada sabía citar de memoria. Esta nueva escuela se llamó Escuela Rinpa o la escuela de Ogata Korin , el fundador del estilo que vivió de 1658 a 1716. La Escuela Rinpa o Rimpa prioriza sin dudarlo la poesía y los temas poéticos como la naturaleza o la fauna. Ogata Korin y su hermano Ogata Kenzo , éste más centrado en la cerámica, hicieron muchas pinturas inspiradas en el Ise Monogatari. Una de las más famosas es la de arriba, basada en el episodio de los Ocho Puentes ( Yatsuhashi ) . No era necesario ninguna escritura para evocar el conocidísmo episodio en el que un grupo de cortesanos llega a una zona donde los iris ( kakitsubata) están en plena floración. Las formas majestuosas y verticales de los lirios contra un puente angular que se desliza diagonalmente a través de ambas pantallas se refieren a ese episodio preciso del Ise monogatari que cualquier japonés cultivado habría identificado con facilidad. El protagonista de la historia, exiliado de Kyoto después de una aventura amorosa con una dama de alto rango, se detiene en Yatsuhashi , un lugar donde una corriente se bifurca en ocho canales, cada uno con su propio puente. La vista de los lirios le impulsa a componer un nostálgico y famoso poema de amor. La primera sílaba de cada línea formaba la palabra japonesa para iris ( kakitsubata ).
Uso túnicas con dobladillos bien gastados,
Recordando a mi querida esposa
En la que siempre pienso con afecto,
Así que a medida que mi estancia se alarga
Siempre tan lejos de casa,
La tristeza llena mis pensamientos
De su hermano Ogata Kenzan hay un maravilloso ejemplo en la exposición: esta Hiedra de Otoño. Aunque la cerámica fuera su fuerte, Kenzan de vez en cuando puso a prueba sus habilidades como pintor, y sus trabajos sobre papel, que se combinan de manera eficaz con su caligrafía idiosincrásica y expresiva, tienen una gran energía. Esta imagen recuerda un famoso episodio del Ise Monogatari del siglo X en el que el protagonista encuentra a un monje itinerante a lo largo de un sendero cubierto de hiedra en el monte Utsu. El waka (poema japonés de treinta y una sílabas) inscrito de Kenzan dice:
Aunque todavía no
El viento a través de los pinos
Sopla por todas partes
y me da miedo que disperse
las hojas carmesíes de la hiedra.
Entre sus seguidores más famosos, Sakai Hōitsu, quizás uno de los pintores más conocidos de Japón. Vástago de una familia de daimyos , los señores de Harima y dueños del castillo de Himeji, es raro que, con su elevado status, se dedicara a la pintura y no a la poesía. Probablemente para escapar a sus obligaciones oficiales, tomó los votos budistas en 1797. Aún así cultivó también la poesía en forma de waka o de haikus o kyoka, e incluso compuso algún poema para obras de Kitagawa Utamaro.
Este par de biombos de seis paneles, pintados en colores vivos sobre un brillante fondo de pan de oro, se encuentran entre las obras más grandes y espectaculares del mencionado artista Sakai Hōitsu (1761–1828) en cualquier lugar del mundo, incluido en Japón. Presentan un sauce y un cerezo en plena floración y un par de arces en el climax de espectáculo carmesí propio del otoño. Los cambios estacionales eran fundamentales para la cultura japonesa y solían reflejarse en las pinturas que se mostraban e incluso en el estampado y los bordados de los kimonos. Los biombos son muy claros en este sentido por su variedad de plantas y flores relacionadas con la primavera y el otoño, todas con significado poético en los haiku de la época. Mientras abundan las pinturas de Hōitsu en el formato colgante, solo se conocen media docena superviviente de biombos en este formato de seis paneles, y estas en particular destacan por la originalidad de su composición y por su fuerte impacto visual.
Las representaciones de plantas y flores, a menudo de especies no representadas tradicionalmente por los artistas japoneses, se volvieron más naturalistas y más precisas botánicamente en obras posteriores de la escuela Rinpa , como se ve en esta representación atmosférica de hojas y flores de kudzu en una noche iluminada por la luna. En el temprano siglo XIX, tal realismo detallado se reflejaba no solo el estudio de las ciencias naturales en Japón, sino también el advenimiento de la escuela Maruyama-Shijō , fundada por Maruyama Ōkyo , que se especializaba en el dibujo y la pintura naturalistas del que más tarde os pondré alguna obra. En esta obra de Sakai Hōitsu de la escuela Rinpa, vemos ramas de kudzu, una de las 50 hierbas fundamentales usadas en la medicina tradicional china, lo que no era un tema frecuente en pinturas japonesas anteriores, pero aquí se convierte en el telón de fondo de un poema del poeta cortesano Toyama Mitsuzane . El poema es un waka tradicional . Sin embargo, el pintor reorganiza las líneas para que el poema comience en la parte inferior izquierda y termine en la derecha, revirtiendo efectivamente el orden tradicional de inscribir el poema colocando la última línea, tsuki zo katabuku («cuando la luz de la luna se derrama «), justo bajo la luna. La firma de Mitsuzane se encuentra justo debajo de la luna en la esquina superior derecha, en lugar de en el extremo izquierdo, como sería de esperar. Su poema dice:
Al igual que los colores de las flores,
mi amargura por el amor permanece
invisible hasta en las profundidades de la noche,
cuando la luz de la luna se derrama
sobre hojas de las parras de kudzu .
Todavía de Sakai Hōitsu, sin duda un pintor capital, había también en la exposición esta pintura perteneciente a un grupo de doce, sobre las Actividades de los 12 meses. Esta que era la pintura del primer mes representa el Shihōhai , una ceremonia en la que, por la mañana temprana del primer día del nuevo año, el emperador y los cortesanos hacen reverencias hacia las cuatro puntos cardinales (shihōhai) en el jardín de la Sala Shinka para orar por el bienestar de la nación.
Muchos pinturas de otro de los pintores de la escuela, Sakai Ōho , incluido éste, están basados o directamente inspirados en el trabajo de Sakai Hōitsu , su padre adoptivo y su maestro. Sin duda, Hōitsu tenía grandes aspiraciones para Ōho , pero murió a los treinta años y dejó un cuerpo de trabajo comparativamente pequeño. Los malvaviscos ( tachiaoi ) -con su apariencia majestuosa, de tallos altos y arreglos simétricos de hojas y flores- fueron un tema común en los artistas de la Escuela de Rinpa desde el siglo XVII en adelante, pero las pequeñas flores del amaranto silvestre ( katade ) raramente recibieron tal atención. La adición de una pequeña mariposa, plana y decorativa en su efecto, es un recordatorio de que el artista estaba capturando un momento poético, una instantánea de un jardín imaginario similar a un haiku . La atención a los detalles botánicos nos data la obra en el siglo XIX.
Otro alumno de Sakai Hōitsu, fue Suzuki Kiitsu, d urante mucho tiempo considerado un miembro menor de la escuela de Rinpa . En los últimos años su trabajo ha sido revalorado y últimamente ha estado muy de moda en Japón porque ha habido una serie de grandes exposiciones de su obra entre 2016-2017 en Tokio, Hyogo y Kyoto. Es sobre todo conocido por sus biombos plegables, también llamados byōbu. De él había dos obras en la exposición: estas Amapolas (arriba) de mediados del XIX y un biombo de Campánulas (abajo). No todas las flores se pueden encontrar en los coloridos jardines pintados por los artistas del Rinpa . Sin embargo, las amapolas ( keshi ) claramente deben haber sido las favoritas de sus clientes, ya que algunos ejemplos de pinturas de amapolas sobreviven en cada generación de la escuela. Anteriormente, los artistas, como Ogata Kōri n y sus seguidores, se inspiraron en las pantallas de amapolas de artistas de Tosa e iniciaron la formalización de hojas y pétalos en un paso más hacia la abstracción. Sin embargo, en la época de Suzuki Kiitsu , la atención al detalle botánico y la tendencia a las representaciones naturalistas de las flores se hicieron más pronunciadas
Una de las obras más impactantes era este byōbu de Campánulas o en inglés, Morning Glories. En esta exhibición exultante de azul intenso y verde sobre un fondo de pan de oro, Kiitsu se concentró en la proliferación de las flores y las hojas al omitir cualquier indicación de espacio o de contexto. El estallido exuberante se orquesta cuidadosamente en dos movimientos: las flores de la derecha se elevan desde el suelo, mientras que las de la izquierda caen en cascada como si estuvieran soportadas por un enrejado invisible.
También de Suzuki Kiitsu esta Grulla y Pino en el sol naciente. Una grulla vuela sobre el sol, y el pino de hoja perenne complementa la asociación de esta especie aviar con la longevidad. La imagen simple se puede ver como una representación abreviada del Monte Hōrai, la isla mítica de los inmortales, destinada a ser exhibida al inicio del calendario lunar.
De Suzuki Kiitsu también esta humorística Rana en una hoja de loto. La flor de loto tiene asociaciones milenarias con el budismo, pero el poema inscrito es deliciosamente iconoclasta y refrescante.
Qué bendición es ver, en una hoja de loto,
brillantes gotas de rocío, brillando en la luz de Amida!
Pero justo cuando pensamos eso, aparece una rana,
y nos dice: «¡Oh, eso son solo gotas de mi orina! «
Bien, pasamos ahora a otra «escuela» bien representada. Se trata del estilo Nanga también conocido como Bunjinga o literario que era un tipo de pintura amateur desarrollada en China en medios literarios que compartían una dedicación a las Tres Perfecciones (la pintura, la poesía y la caligrafía). He dicho escuela entre comillas porque nunca funcionó como tal. Cada artista Nanga , por definición, fue único e independiente. Se trataba de intelectuales que pintaban para ejercitar su maestría en las tres artes. Con una diferencia entre Japón y China .Mientras que los chinos eran, en gran medida, académicos que aspiraban a ser pintores, los japoneses eran pintores profesionales que aspiraban a ser intelectuales.En cualquier caso son siempre temas literarios y en su mayoría aguadas de tinta, donde lo importante es el trazo personal del pincel, las sutiles gradaciones de la tinta y el juego ente el vacío y el dibujo. Uno de sus represetantes fue Ike Taiga
Ike Taiga yuxtapone un paisaje de imponentes montañas de una inclinación casi imposible con un poema de cuatro líneas del poeta de la dinastía Tang Li Bai , que celebra el espíritu de soledad que se encuentra en la naturaleza virgen. Un camino conduce desde cerca del margen inferior hacia el centro de la composición y atrae al espectador hacia el espacio pictórico. Parece que nos invita a imaginarnos en el lugar del vagabundo solitario que se muestra en el centro de la imagen. Es probable que el hombre sea el poeta, ya que el bastón es una convención iconográfica para representar a Li Bai . El poema dice:
Los pájaros se han desvanecido en el cielo.
Ahora la última nube se desvanece.
Nos sentamos juntos, la montaña y yo,
hasta que solo quede la montaña
Sin duda, y el más importante entre todos los pintores de este estilo, es Yosa Buson , puesto que a su calidad como pintor, se uno el ser uno de los más celebrados escritores de haikus . Este Exuberantes sauces verdes y un camino solitario a través de las frías montañas era ciertamente impresionante. Este conjunto de pinturas de inspiración poética es único en la obra de Buson , ya que no sobrevive ningún otro biombo plegable con pan de oro de su mano. Las pantallas contrastan con una escena de sauces en las pantanosas tierras bajas s con vistas a las empinadas montañas a través de las cuales se levanta un estrecho camino desde un bosque. Buson establece los temas de las pantallas en dos versos de siete caracteres de la poesía china, tomados de una antología de poemas de la dinastía Tang, el Santaishi . El poema de cuatro líneas de Wang Wei (699? -761) que Buson inscribió en la pantalla de la derecha dice:
En la solitaria soledad de las flores caídas
un pájaro se lamenta en las montañas;
Entre exuberantes sauces verdes
un hombre cruza una corriente.
Otra obra de Buson en la exposición era este Ciervo bajo la luz de la luna. Esta obra que representa a un ciervo solitario, imagen del amante despechado, bajo una luna creciente evoca un estado de ánimo similar a algunos de sus haikus. Aquí, los detalles del pelaje del ciervo -las pinceladas pequeñas y repetitivas, las manchas en blanco, el prominente trazo oscuro en la parte posterior de la cola- otorgan una calidad rica que contrasta con la vegetación apenas esbozada y el cielo creado tan solo con lavados grises claros. La luna creciente se define a través de un espacio sin pintar. La pintura data de la última fase de su carrera, entre 1778 y 1783, cuando utilizó la firma « Pintado por Shain « .
En este otro biombo también de Buson , a pesar de la gran escala de un paisaje dominado por las montañas, los lagos y la niebla, el ojo se ve atraído por las figuras: un viejo erudito y su sirviente se dirigen hacia un pequeño pueblo, donde un amigo espera; un campesino sale a la izquierda de la aldea, cruzando un puente;. dos hombres charlando en una choza con techo de paja. Os pongo un haiku de Buson que en este caso no está en al pintura:
Los pasos anhelados
Están lejos,
Sobre las hojas caídas.
La Escuela Maruyama–Shijō fue fundada por Maruyama Ōkyo , y su antigua estudiante Matsumura Goshun a fines del siglo XVIII. Esta escuela logró un gran grado de realismo en sus creaciones, enfatizando la observación directa de temas representados que era una contravención directa de las escuelas Kanō y Tosa , que enfatizaba la decoración con figuras altamente formalizadas y estilizadas que se enseñaban a sus alumnos copiando pinturas de antiguos maestros. En este Ganso y Juncos. Sauces en la niebla, Maruyama Ōkyo pinta un solitario ganso, con las alas medio abiertas, que se va a posar sobre la inquieta superficie del agua . Los únicos indicios de una orilla son la parte superior de las delgadas cañas que se cimbran bajo el viento y las olas que levantan junto a ellas en la esquina inferior derecha. En la pantalla de la izquierda, estaban los sauces del título y un ligero rielar de la luna, apenas visibles en la foto de tan sutil que eran.
Otra pintura de la colección Fishbein-Bender de Maruyama Ōkyo era esta hermosa Dos ciervos bajo los arces . Esta pintura fue realizada en el décimo mes del calendario lunar, al comienzo del invierno, cuando las hojas de los arces empiezan a cambiar hacia un brillante carmesí. Los ciervos en la poesía japonesa están relacionados con el otoño, y estos fueron pintados con mucho detalle; la textura de la piel tiene una cualidad casi táctil. El uso de árboles para enmarcar la imagen hace eco de las convenciones de la escuela de Kano, mientras que los elementos de follaje y el río reflejan la técnica de manchas de tinta utilizada por los artistas de la escuela Rinpa.
El otro fundador de la escuela fue Matsumura Goshun, discípulo a su vez del pintor y poeta Yosa Buson. S e encontraría con Ōkyo , cuando ambos buscaron refugio en el mismo templo después de que un incendio devastara partes de Kyōto. La composición de Matsumura Goshun en esta Escena de invierno con patos y pinos transmite el ambiente tranquilo y pacífico de un día de invierno. El suave azul del estanque en el que flotan los patos contribuye a la sensación plácida. Mientras conserva elementos de la sensibilidad poética de Yosa Buson , la pintura demuestra cómo Goshun se sintió atraído por el estilo de Maruyama Ōkyo . El paisaje nevado se crea sin ningún énfasis particular en las pinceladas; de hecho, la mayor parte de la superficie de la seda se deja sin pintar. A los pinos se les da tridimensionalidad mediante la aplicación selectiva de un lavado de tinta.
Uno de los artistas más conocidos de esta escuela en Occidente es Mori Sosen , conocido por su gran cantidad de pinturas de monos. Cuando los holandeses llevaron un gibón a Japón en 1809, creando cierta sensación (los gibones habían sido representados por artistas japoneses, basados en las pinturas chinas del animal, pero nadie en Japón había visto un gibón vivo durante siglos), fue Mori quien también creó un registro gráfico de este evento. En la exposición tenemos estas Silkies o Morosetas, , una raza de pollo conocida por sus suaves plumas de pelo que impresionó a Marco Polo que comparó su pelaje con el de un gato. Llama la atención la carne azul oscura de sus barbillas y sus crestas, y la presencia de cinco dedos de los pies, en lugar de cuatro, como tienen la mayoría de los pollos. En japonés se los llama ukokkei (chino: wuguji), que literalmente significa «pollos con huesos de cuervo negro». Se criaban para ser comidos, y en China se cree aún que la sopa hecha de estos pollos posee propiedades curativas.
También de Mori Sosen, este Ciervo entre flores de otoño del que os ofrezco un detalle espléndido, que ha sido escogido como imagen para el cartel de la exposición y que fue el definitivo reclamo que hizo que no pudiera resistirme a visitarla. En la tradición poética japonesa, el waka (verso de corte de treinta y una sílabas) a menudo invoca la imagen de un ciervo solitario que recorre las hojas caídas o las flores otoñales como una metáfora del amor perdido. Aquí, un ciervo de aspecto solitario se detiene en una noche de luna, como para escuchar la llamada de su compañera. Las hierbas, las hojas y las flores blancas de fujibakama ( Eupatorium japonicum ), asociadas con la mitad del otoño en la poesía japonesa, se presentan en el estilo naturalista pero todavía decorativo de la escuela Maruyama-Shijō .
S hibata Zeshin también está estrechamente asociado con la escuela Shijō , aunque trabajó en muchos otros estilos y medios, sobre todo objetos de laca. A partir de 1869, Zeshin recibió el encargo de trabajar para el gobierno imperial, y creó muchas obras de arte para ellos que lamentablemente ya no existen. Los dos paneles de este brillante biombo de pan de oro muestran escenas contrastadas de dos garcetas en reposo y tres cuervos en vuelo, con formas blancas y negras que se compensan mutuamente. El color blanco de las garcetas se logró cortando la capa de pan de oro y exponiendo el papel, una técnica que el artista usó en otros ejemplos de pintura aviar y que lo hacía muy especial en directo. Shibata Zeshin era conocido predominantemente como un maestro artesano de la laca, y también incorporó la técnica en sus pinturas. Aquí, la laca empleada en lugar de tinta agrega un rico brillo negro a la superficie de los cuervos. Las garzas como huidas hacia atrás, los cuervos realzados hacia delante. Esta composición, originalmente montada en dos paneles de madera separados enmarcados, combina pictóricamente elementos de la escuela Maruyama-Shijō , en la que Zeshin se formó, con las características del arte Rinpa .
Otro pintor de la escuela Maruyama-Shijō es Nagasawa Rosetsu (1754–1799). Este era un vistoso díptico de pergaminos colgantes que mostraba tres grullas japonesas de corona roja (t anchōzuru) , sin más configuración de paisaje. Con la excepción del parche característico de las plumas carmesíes en la parte superior de la cabeza, que agrega un toque vivificante, las grúas se realizan solo en tinta. Los pies se colocan con cuidado, como sabía que hacía su mentor, Maruyama Ōkyo, en sus propias pinturas de pájaros. El efecto general es de sorpresa y humor, como si nos topáramos con los pájaros y los sorprendieramos posando. Sobre todo el de la izquierda que parece que nos mira.
De Nagasawa Rosetsu también había este delicioso Cachorros en la nieve. Parte de la alegría de la pintura proviene de la pincelada animada de las colas curvas y el pelaje silvestre de los perritos. Los únicos puntos de color en esta escena, por lo demás monocromática, son las bayas nandina rojas que crecen cerca de los robustos tallos de bambú. Estas pinturas para paneles de puertas correderas, actualmente articuladas para formar un biombo de dos paneles, originalmente eran los lados opuestos de los paneles (ahora en el Museo de Brooklyn) que representan siete cachorros y un bambú: una referencia cómica al tema antiguo de «Siete sabios de la Arboleda de Bambúes «. Rosetsu se estableció una reputación como un artista excéntrico pero imaginativo y popular.
Aunque la colección Fishbein-Bender no se centró en los ukiyo-e porque, a su juicio, ya estaban muy bien representados en Occidente, si que había algunos de estos particulares grabados japoneses. ¿Qué colección de pintura japonesa estaría completa sin incluir algun ejemplo de esta técnica?. El primero es de Sakai Hōitsu (1761–1828)del que hemos hablado como uno de los pintores fundamentales del arte japonés. Esta pintura de una cortesana de aspecto pensativo en una terraza en medio de una ligera nevada es indicativa del entrenamiento temprano de Hōitsu en la pintura de Ukiyo -e. El gesto de la mujer, de alzarse las capas de sus múltiples kimonos, con las manos ocultas, para velar la parte inferior de su rostro, aparece en las pinturas de Ukiyo-e ya a finales del siglo XVII. La firma « Gozosamente pintado por Toryō » y el sello « Teihakushi » sugieren que este trabajo fue creado a mediados de la década de 1790, cuando Hōitsu comenzó a usar este nombre. La pintura se ha unido recientemente con todo un grupo de once pergaminos colgantes de Hōitsu que representan cada uno de los meses del año, por lo que era el duodécimo mes que faltaba en el Museo, motivo por el que estos dos meritorios coleccionistas se empeñaron en buscarla.
Esta elegante cortesana del pintor Chōbunsai Eishi ( 1756–1829), con el cabello sujeto con un lazos color rojo como su kimono y una constelación de horquillas, se da la vuelta para mirar detrás de ella mientras sostiene un trozo de poesía ( tanzaku ). Su kimono rojo está decorado con flores de cerezo, mientras que su túnica exterior, uchikake, con su diseño de gorros de cortesano y ramas de ciruelo, parece como si estuviera a punto de resbalar de sus hombros. Los motivos de la cereza y la ciruela son referencias a la primavera, mientras que los tanzaku y los gorros cortesanos son alusiones a los poetas aristocráticos de la literatura clásica. Aunque el entrenamiento inicial de Eishi fue en el estilo académico se especializó en pinturas y grabados de cortesanas refinadas de alto rango.
En una pose a menudo utilizada por Hishikawa Moronobu (muerto en 1694) y sus sucesores, una cortesana camina con las rodillas dobladas y a pequeños pasos, tal vez haciendo su camino a lo largo de una avenida de los barrios de Yoshiwara , el distrito cercado del placer fuera de Edo (la actual Tokio). Lleva un uchikake con motivos de conchas de mar; las conchas están pintadas con motivos y dibujos, una referencia al juego de emparejamiento de conchas que tuvo su origen en círculos cortesanos.
Una cortesana de alto rango con una llamativa túnica negra exterior con un motivo de plumas de pavo real sobre una prenda interior multicolor se encuentra delante de un koto (una cítara de trece cuerdas). Su cinturón obi está atado al frente, como era la práctica habitual de las cortesanas, porque representaba la habilidad de desvestirse para un cliente sin armar mucho jaleo. Utagawa Toyoharu , fundador de la escuela Utagawa de Ukiyo-e , produjo tanto pinturas de lujo -como se ve aquí- como diseños para grabados.
Tampoco había muchas pinturas caligráficas puras aunque podíamos ver esta fantástica de Hakuin Ekaku que representa el ideograma de la Virtud. Esta interpretación sobredimensionada del ideograma de «virtud» ( toku 徳) refleja la energía espiritual exuberante proyectada por Ekaku , quien sería uno de los principales defensores del renacimiento de la secta Rinzai del budismo zen en el último período Edo de Japón. Originalmente compuesto por el historiador chino y erudito confuciano Sima Guang (1018-1086), el poema escrito dice:
Si acumulas dinero para tus hijos y nietos,
no podrán mantenerlo.
Si acumulas libros para tus hijos y nietos,
no leerán ninguno de ellos.
No, lo mejor que puedes hacer es acumular
silenciosamente la virtud,
en el reino del espíritu.
Tal regalo beneficiará a tus descendientes
Por un largo, largo tiempo
La exposición se complementaba con otros objetos como este impresionante uchikake de principios del siglo pasado. Un uchikake, como podeis leer en mi entrada sobre los kimonos , es una bata de seda forrada con un dobladillo acolchado con peso que ayuda a preservar sus líneas rectas, que se usa sobre otra prenda sin cinturón, generalmente para ocasiones formales o representaciones teatrales. Este ejemplo se realizó como una prenda de boda y en consecuencia muestra una gran cantidad de símbolos de buenos auspicios . En China, el ave fénix era un símbolo de longevidad y buena fortuna, que aparecía en tiempos de prosperidad y señalaba el advenimiento del buen gobierno. En Japón, las pinturas de aves fénix que descansaban sobre árboles de peonías eran una especialidad de los artistas de la escuela Kano , y sus diseños también se adaptaron al arte textil.
Entre las piezas de arte contemporáneo que coexistían con la exposición estaba este magnífico biombo de Hiroshi Senju, un artista nacido en 1958 titulada Trono del Dios del Agua ( Suijingū ). . Las pinturas en cascada de Hiroshi Senju , casi abstractas pero que aún crean la impresión de agua en movimiento, se han convertido en sus piezas distintivas. Cada una es una evocación única de un encuentro con la naturaleza. El artista se ve a sí mismo trabajando en la tradición de los pintores de Nihonga que, a partir de fines del siglo XIX, utilizaron pigmentos, materiales y formatos asociados con la pintura tradicional japonesa para crear efectos modernos.
Entre las piezas de cerámica contemporánea que perteecían a los coleccionistas y que éstos han pedido que se exponga conjutamente, destacaré tres. Esta obra de Sueharu Fukami (nacido en 1947) que se especializa en estas piezas de cerámica con un método único de forzar la arcilla a alta presión en moldes especialmente hechos en las que se esfuerza por no dejar ninguna indicación de la creación humana. Un poco casi como piezas de Isamu Noguchi o de Brancusi, son de una belleza excepcional que completaba perfectamente la exposición.
Del mismo autor, esta impresionante pieza en forma de torre de más de metro y medio de altura, que de nuevo evoca a Brancusi y que se titulaba Arriba (Kitsu). P ertenece a la última serie del artista, Upright (Kitsu) , que comenzó a producir en 2012. Una característica especial del trabajo de Fukami es la combinación distintiva del clásico esmalte azul claro (japonés: seihakuji ) y la tecnología innovadora y moderna. Desde 1980, Fukami ha estado utilizando una técnica exclusiva de colada por deslizamiento a alta presión para evitar deformaciones. La porcelana se vierte en un molde de yeso con aire presurizado para garantizar que la arcilla en toda la pieza esté pareja. El distintivo esmalte recuerda los esmaltes luminiscentes de los vasos celadon de la dinastía Song. Las cualidades reflectantes de las superficies lisas y suaves de sus obras forman parte de la estética, que se basa en la interacción de la luz y la sombra.
Y la última esta pieza titulada Génesis del ceramista Miyashita Zenji ( 1939–2012). A principios de la década de 1980, Miyashita Zenji había desarrollado su estilo característico, que consistía en aplicar capas finas de arcilla tintada con sutiles gradaciones en los matices del color. Su obra de madurez es una encarnación moderna de un estilo clásico de Kioto asociado con las túnicas cortesanas de varias capas o los papeles decorados hechos para escribir poesía durante el período Heian (794-1185).
Y para terminar este biombo de autor desconocido de principios del s. XVII. Una miríada de pájaros mainá sobre el oro y el azul de la costa quedan detenidos en un momento preciso del tiempo, algunos volando, otros en el suelo. Aunque no son originarios de Japón, dentro de la tradición literaria de Asia oriental, los pájaros mainás sirven como emblemas de honestidad, de pensamiento independiente e incluso de resistencia a la autoridad injusta. Asi que con esta protesta política, me despido, esperando que os haya gustado.
Muchas gracias por tu aportación. Feliz semana.