Ayer, por casualidad, tuve que pasar por la calle Ríos Rosas y mi paseo se vio frenado en seco por esa maravilla que es la Escuela Superior de Ingenieros de Minas, todavía hoy cumpliendo la función para la que hace más de siglo y medio fue diseñada por Ricardo Velázquez Bosco . Y me hizo pensar qué desconocidos son para los propios madrileños algunos de los arquitectos que han configurado la imagen que hoy tenemos de la ciudad, así que me decidí a hacer algunos post sobre uno de los más significativos.
Velázquez Bosco nació en Burgos, en 1843, demostrando desde muy joven gran afición a la arqueología, a la historia, a los monumentos. Ayudante de arquitectos, fue delineante de Matias Laviña y participó en la restauración de la Catedral de León. Se hizo arquitecto relativamente tarde, comenzando a estudiar la carrera a los 32 años de edad, ya viviendo en Madrid, y acabándola en 1879. Siempre tuve sin embargo especiales dotes para el dibujo por lo que tan solo dos años después de licenciado consiguió en 1881 por oposición la cátedra de “Dibujo de Conjuntos e Historia de la Arquitectura”.
Enseguida, casi apenas terminada la carrera recibió una serie de encargos, sobre los que trabajó en cuerpo y alma, obteniendo deslumbrantes resultados.
Su primera obre fue el Pabellón para la Exposición Nacional de Minería de 1883 , conocido como Palacio de Velázquez en el Parque del Retiro de Madrid (1881-1883), junto al ingeniero Alberto del Palacio y el ceramista Daniel Zuloaga (tío del pintor Ignacio Zuloaga ).
En esta primera obra ya se ven las constantes de su estilo. Su obra está caracterizada por el eclecticismo historicista , es decir, por el uso en un mismo trabajo de elementos de diferentes periodos artísticos, lo que lo enfrenta de forma directa con el modernismo imperante de su época. Su trabajo está marcado además, por el uso de volúmenes, decoración cerámica en las fachadas (como el caso de la cerámica vidriada utilizada en ella fachada), y el empleo de la mansarda, también llamado tejado francés -cubierta formada por superficies combinadas con dos pendientes distintas.
En casi todas las obras que realizó contó con la colaboración de un mismo equipo entre el que se contaba el ceramista Daniel Zuloaga, tío del pintor, y del que no cuento mucho más porque me gustaría dedicarle una entrada por sí mismo.
Otro de sus colaboradores fue el ingeniero Alberto del Palacio con el que realizó importantes estructuras de hierro que es otra de las características de su arquitectura. Del Palacio había estado en París y había tenido contactos con el propio Gustave Eiffel.
Su siguiente proyecto, en el que también colaboró con Zuloaga y Del Palacio, fue la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid (1884-1893). Es de planta rectangular, y consta de dos pisos.
Su espacio está articulado en torno a un patio central donde también podemos ver las estructuras de hierro y en el que Velázquez Bosco actualiza el patio típico del palacio español con dos pisos con arcadas.
La fachada está decorada con cerámicas obra de Daniel Zuloaga.
La fachada está compuesta por cuerpos exteriores en las esquinas y uno central, con friso y pórtico.
El siguiente edificio que realizó fue la llamada Estufa para la Exposición de Filipinas de 1887 , conocido como Palacio de Cristal en el Parque del Retiro de Madrid (1887), de nuevo junto al arquitecto Alberto de Palacio y el ceramista Daniel Zuloaga
Su proyecto de construcción se inspiraba en el Crystal Palace , levantado en Londres en 1851 por Joseph Paxton .
El 10 de mayo de 1936, el Palacio de Cristal del Retiro fue el escenario en el que se eligió a Manuel Azaña como presidente de la República.
También es suyo el edificio del Palacio de Fomento (actual sede del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino) (1893-1897).
Se trata de un edificio de planta rectangular, con dos patios interiores cubiertos mediante los que se articula el espacio interior.
La fachada sigue el estilo característico de Velázquez Bosco, con un pórtico de ocho columnas pareadas con friso culminado por un grupo escultórico;
También con cerámicas de Daniel Zuloaga
Fue declarado Bien de Interés Cultural el 24 de noviembre de 1989. Quedaron protegidos por esta figura tanto el edificio principal como sus pabellones anexos y la verja perimetral de cerramientos.
El edificio cuenta sobre su fachada principal con una copia en bronce de un conjunto escultórico obra de Agustín Querol , conocido como La Gloria y los Pegasos.
Los daños sufridos durante la Guerra Civil y las inclemencias meteorológicas padecidas a lo largo del tiempo deterioraron el conjunto, del que fueron desprendiéndose varios fragmentos. Uno de ellos, de unos 20 kilos de peso, cayó a principios de los años sesenta frente al pórtico de entrada del Ministerio. Por ello, y dado el peligro existente de derrumbe, en marzo de 1976 las esculturas fueron reemplazadas por réplicas de bronce, realizadas por Juan de Ávalos mediante la técnica del vaciado. Las originales tuvieron que ser fraccionadas para facilitar su retirada.
En 1992, continuando la labor que las Escuelas Taller del Ayuntamiento de Madrid venían haciendo desde unos años antes, un equipo de especialistas inició la fase final de restauración de los mármoles de Querol . En febrero de 1997 se instalaron en la plaza de Legazpi los dos llamados Pegasos. Por su enorme peso, que dificultaba el anclaje al suelo, las alas de mármol tuvieron que ser sustituidas por otras de fibra de vidrio. En 1998 La Gloria, rodeada por una fuente circular, se emplazó en el centro de la Glorieta de Cádiz.
Otro de sus edificios emblemáticos de Madrid es el edificio del Ministerio de Educación en la calle Alcalá realizado entre 1917 y terminado ya tras la muerte de Velazquez Bosco en 1923. Está junto al majestuoso Círculo de Bellas Artes, obra de Antonio Palacios Ramilo, discípulo de Velázquez Bosco.
La monumental fachada principal presenta tres arcos de medio punto y un cuerpo central de dos pisos, relacionados a través de columnas jónicas de tamaño colosal. Este cuerpo se corona con un frontón semicircular, partido por un escudo de España. El tercer cuerpo está recorrido por pilastras acanaladas, rematadas por dobles estatuas sobre temas heráldicos. El último piso está retranqueado y presenta una logia adintelada con columnas jónicas, dotando al conjunto de mayor verticalidad.
Ocupa el solar de la desaparecida Casa de los Heros , así llamada por el comerciante vasco Juan Antonio de los Heros, promotor del edificio en 1779 y que sirvió también de vivienda a personajes como el infante don Sebastián de Borbón o el pintor José Madrazo , y desde 1868, residencia del general Serrano , regente del reino. Pero fue más famoso posteriormente, pues albergó en 1914-6 la Presidencia del Consejo de Ministros.
También realizó la reconstrucción de la fachada occidental del Casón del Buen Retiro , para la que proyectó un pórtico en la parte central de la fachada con pilastras y frontón.
Otra obra suya es el Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos de Madrid , actual sede del Centro Superior de Estudios para la Defensa , CESEDEN (1898) que se encuentra en el Paseo de la Castellana nº 61.
Cada año más famoso, recibió encargos de todas partes, pudiendo atender tan sólo al Estado y a gentes de tanto poder económico como la Condesa de la Vega del Pozo , que le llevó a Guadalajara donde desarrolló una labor constructiva importante. Así reformó, por encargo de esta señora, su palacio residencial en el centro de la ciudad (actual Colegio de Maristas) y su oratorio de San Sebastián
así como el Panteón donde doña María Diega Desmaissiéres, condesa de la Vega del Pozo y duquesa de Sevillano quería enterrar a su padre, y finalmente le sirvió a ella de mausoleo. Este conjunto, construido entre 1877 y 1916, es sin duda la obra capital del arquitecto Velázquez.
Realizó además una ingente labor de restauración en La Alhambra, la Mezquita de Córdoba, el monasterio de La Rábida, la catedral de León o el antiguo palacio de don Antonio de Mendoza y Convento de la Piedad en Guadalajara para ser acondicionado como Instituto de Enseñanza Media, actual Instituto Caracense.
También realizó algunos edificios para particulares como el Palacio de Gamazo en el número 26 del calle Génova que a mediados de la década de 1970 se encontraba en estado casi ruinoso, y se iniciaron trabajos de demolición. Estuvo a punto de ser derrumbado por completo, pero el encierro de unos estudiantes de arquitectura hizo que la demolición quedara suspendida
Y bien, podría aún seguir, pero me conformo con dar al menos una idea general del autor de algunos de los edificios más emblemáticos del Madrid de la Restauración Monárquica. Velázquez Bosco fue quizás el arquitecto más codiciado por los encargos públicos de la época. Hoy quizás, para desconocimiento de la mayoría de los madrileños, ese pequeño rincón de El Retiro que acoge al Palacio de Cristal y al Palacio Velázquez sea donde mejor se pueda apreciar la obra de este arquitecto, aunque la mayoría de los madrileños ignoren que ese Velázquez que da nombre al palacio no es un homenaje al pintor sevillano, sino a un arquitecto burgalés que, cosas de la historia, es menos conocido que sus obras.