El pasado 17 de noviembre se cumplieron exactamente 100 años de la muerte del que fue a principios del siglo XX el artista más conocido del mundo. Hablamos de Auguste Rodin . La última de las exposiciones de las que pude contemplar en Chicago es esta dedicada al centenario del autor forma parte de las muchas exposiciones que se están realizando a lo largo y ancho del mundo.
Precisamente hace unos días alguien me preguntaba sobre la estrecha relación de Rodin con la ciudad de Buenos Aires y efectivamente he descubierto que también hay una exposición conmemorativa de esta efeméride el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires que cuenta con una importante colección de 28 piezas del escultor encargadas por el entonces director de la institución Eduardo Schiaffino . Hay además En la ciudad de Buenos Aires varias copias de E l pensador (en la plaza del Congreso), La eterna primavera en marmol del Museo de Artes Decorativas , La edad de bronce , que se conserva en la Colección Fortabat , en Puerto Madero, y una escultura con la figura de Domingo Sarmiento que se encuentra en el parque Tres de Febrero , muy cerca del Jardín Japonés.
Si tengo ocasión de visitar Buenos Aires en este año Rodin intentaré realizar ese recorrido.
Ahora no obstante quiero hablaros de la exposición del Art Institute de Chicago que ya de por sí posee una notable colección de la obra de Auguste Rodin pues pose al menos una decena de grandes esculturas, además de otras tantas acuarelas y dibujos pertenecientes sobre todo a las colecciones privadas del gran filántropo de la ciudad, Robert Allerton y del fotógrafo Alfred Stieglitz , además de un ejemplar del libro El Jardin des Supplices impreso por Auguste Clot, escrito por Octave Mirbeau y publicado por el marchante Ambrose Vollard en 1899, durante el Caso Dreyfus que contiene 40 litografías realizadas por Rodin, 36 de ellas en color.
Se presentan pues en la exposición Rodin: Sculptor and Storyteller que estará hasta el 4 de marzo, además de todo ese acervo otras piezas raramente vistas y dibujos de colecciones privadas, así como algunas pequeñas esculturas producidas como regalos para sus propios amigos como Claude Monet y Henri Matisse . Amigos durante casi toda la vida del escultor, Rodin y Monet intercambiaron regalos de arte, se escribieron regularmente, e incluso tuvieron una exposición juntos en 1889 en la Galerie Georges Petit en París. Por otra parte, las esculturas en bronce de Matisse No serían explicables sin la influencia de Auguste Rodin. Una pieza como el Le Serf de Matisse de 1904-7 está claramente en deuda con L’homme qui marche de Rodin. Las dos piezas excepcionales, ambas de la colección del Instituto de Arte, se exponen juntas aquí por primera vez.
La extraordinaria habilidad de Rodin para usar el cuerpo humano para generar significado se subraya en la exposición con obras tan famosas como La mano de Dios , La primavera eterna o El hijo pródigo.
Los visitantes también tienen la rara oportunidad de ver, una al lado de la otro, dos de las primeras representaciones en mármol de la Eva que estaba pensada para ser la pareja del Adán.: una del Instituto de Arte y otra de una colección privada
Además de todo esto, es posible ver numerosos dibujos y acuarelas del propio Rodin y algún material de sus contemporáneos.