Claude Monet – Raras Artes http://rarasartes.com Curiosidades y legítimas rarezas del arte Sat, 26 May 2018 12:29:12 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.9 Frédéric Bazille, o la Juventud del Impresionismo. http://rarasartes.com/frederic-bazille-o-la-juventud-del-impresionismo/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=frederic-bazille-o-la-juventud-del-impresionismo http://rarasartes.com/frederic-bazille-o-la-juventud-del-impresionismo/#respond Sat, 26 May 2018 12:28:16 +0000 http://rarasartes.com/?p=3723 Frédéric Bazille, el pintor que pudo ser un maestro del impresionismo y quedó truncado por una muerte temprana.

Bazille, Autoretrato, Chicago Art Institute, 1865

Tengo que empezar diciendo que no es el impresionismo uno de los movimientos artísticos que más me interesa. Y antes de empezar, me gustaría explicar por qué. Su irrupción en la escena artística y su triunfo clamoroso fue inmediatamente posterior al sangriento episodio de la Comuna de París. La Comuna, aquel paraíso descrito por Courbet en el que no había “nada de policía, nada de tonterías, ninguna imposición, ninguna disputa” y en el que “sería necesario permanecer así para siempre” terminó con la carnicería que se conoce como la Semana Sangrienta. La demolición de la columna Vendôme no mostró la caída de la burguesía sino, muy al contrario, el fin de las  esperanzas del proletariado urbano.

La ciudad fue bombardeada de manera salvaje y constante para sofocar la sublevación. La ventaja del gobierno era tan notoria que se negaron siquiera a negociar. Los miembros de la Comuna empezaron a tomar venganza incendiando los edificios públicos que más claramente simbolizaban al gobierno y a la burguesía. Fueron los pétroleurs, llamados así por acarrear cubos de petróleo con los que provocar los incendios. No solo desaparecería el Palacio de las Tullerías, sino también la biblioteca Richelieu del Louvre, el palacio de Justicia, el Palacio Real, el palacio de Orsay, entre otros muchos palacios, pero también edificios cerca de la Rue Royale, la Rue du Faubourg Saint-Honoré, la Rue de Rivoli,  y otras tantas calles entre ellas la vivienda del dramaturgo Prosper Mérimée, todo fue incendiado. Incluso el mismo ayuntamiento de la capital el Hôtel de Ville.

 

24 mai, Incendio del Hôtel de Ville – Litografía de Léon Sabatier y Albert Adam para Paris et ses ruines publicado en 1873 – Bibliothèque historique de la Ville de Paris

Decenas de miles de communiers murieron en los combates de las barricadas y otros tantas decenas de miles fueron fusilados como represalia en los días posteriores a al entrada del ejército. París estaba conmocionado, abandonado y en ruinas. Aún hoy hablar del episodio de la Comuna resulta incómodo.

 

 

Nunca, desde los días del Terror en la Revolución Francesa, e incluso entonces, París había sufrido un shock semejante. Los cadáveres de los comuneros se alineaban por las calles como se ve en las fotografías de Adolphe Disderi, el fotógrafo de la realeza y la burguesía, o en los goyescos cuadros de Jean-Louis-Ernest Meissonier.

 

 

 

Meissonier: Barricade de la rue Mortellerie juin

Meissonier-The-Ruins-of-the-Tuileries-Palace-after-the-Commune-of-1871

 

Y sin embargo, todo el grupo de los impresionistas, del primero al último, autores que tan cacareadamente presumieron de pintar sólo lo que veían, rehuyeron la visión de esa catástrofe, las ruinas y la muerte que estaba por todas partes en París. Cuando Claude Monet pinta el Jardín de las Tullerías en 1876, modifica el encuadre para que no se vean las ruinas del palacio incendiado por los comuneros.

 

Claude Monet-Le Jardin des Tuileries-1876. Museo Marmottan

 

Los impresionistas niegan la tragedia, y en cierto sentido, lo real. Su  pretendido realismo dice tanto de lo que muestra como de lo que esconde y lo que evita. Nada de política, nada de compromiso. Su pintura es una pintura de burgueses para burgueses: el burgués en las carreras de caballos, el burgués en los prostíbulos, el burgués en el jardín, el burgués paseando el domingo por el Sena, el burgués en la ópera, en el circo, en los merenderos de Montmartre, el burgués en suma en su contínua epifanía. Su deseo, nunca escondido, era limpiar el realismo de sus connotaciones políticas, de su relación con la canaille, como habría dicho Mallarmé.

 

Garden at Sainte Adresse-Claude Monet 1867

 

Probablemente por ese carácter naif y tan burgués es por lo que, aún hoy, sigue siendo uno de los movimientos más apreciados por el público de los museos y por eso mismo, a mí me chirría. Nada feo, nada siniestro, nada bizarro tienen espacio en un cuadro impresionista. Por no haber, no hay ni oscuridad, ni climatología adversas, ni tormentas, ni noches oscuras. Todo es luz y despreocupación, jardínes de flores, niñas al piano, madres con niños, paseos en barca y almuerzos sobre la hierba.

 

LE DÉJEUNER DES CANOTIERS. Renoir. 1881

 

Cuando Monet pintaba en Argenteuil, a las afueras de París, el río, según un informe oficial de la época, presentaba una extraordinaria acumulación de desperdicios, de gatos y perros muertos, y cieno, mucho cieno. Acababa de instalarse un colector que vertía todos los desperdicios de las alcantarillas de París y había constantes epidemias de tifus durante los veranos de Argenteuil. En un famoso poema de Charles Cross de los mismos años titulado El río se decía: Seul, le fleuve ne rit pas. Pero, mirad las pinturas de la época de Monet en Argenteuil. Es la Arcadia porque nada de eso cabe, nada de eso podría entrar enla iconografía de una pintura impresionista. Y ¿es la realidad así de sencilla?

 

Sailing At Argenteuil Painting by Claude Monet

 

Dicho esto, largo excurso por mi parte, hoy quiero hablaros sin embargo, de un autor, casi desconocido fuera de los círculos académicos, a pesar de la desmesurada popularidad del impresionismo, debido sin duda a su temprana muerte en la guerra franco prusiana, cuya derrota precisamente desató el episodio de la Comuna. No vale para él este reproche que he hecho más arriba pues Frédéric Bazille, el más idealista de los pintores, que aún no se llamaban impresionistas, murió sin llegar a ver toda aquella barbarie.

 

Pierre Auguste Renoir_-Frédéric Bazille pintando 1867

Tan solo ocho años duró la carrera artística de Frédéric Bazille (1841- 1870). A su muerte tan solo dejó 55 pinturas propias , junto a otros cuarenta  lienzos de artistas como Delacroix, Courbet, Renoir, Monet, Manet o Sisley que coleccionó. Un personaje carismático, enormemente apreciado por sus colegas, buen amigo, generoso hasta el extremo, un dandy en el vestir, un melómano, una mente brillante, probablemente homosexual, guapo, con unos enormes ojos azules, altísmo, medía casi 1.90, y bastante acomodado, casi un niño rico para sus paupérrimos compañeros de generación.

 

Frédéric nació en Montpellier en el seno de una familia de notables protestantes, bastante ricos y muy cultos. Su padre, terrateniente y vinatero, se convirtió en senador en 1879. Su madre, Camille Vialars, también pertenecía a una familia de terratenientes. Los Bazille se asentaron en Montpellier en el siglo XVII como maestros orfebres aunque sus familiares más recientes se habían convertido en comerciantes o médicos y formaban parte de la burguesía local, siempre vinculados a la evolución de la propia ciudad.  En 2016 se le organizó una gran retrospectiva que se gestó en el Museo Fabre del propio Montpelier y que despues viajó, a lo largo de 2017, al Museo Orsay de París y después, a la National Gallery of Art de Washington. Curioso que esta exposición, titulada Frédéric Bazille, la jeunesse de l’impressionnisme, se organizase precisamente en el Museo Fabre, pues este centro artístico de la Francia mediterránea, renovado en entre 2003 y 2007, fue el lugar donde un jovencísimo Bazille inició su carrera artística  en el estudio de los escultores, Baussan padre e hijo, copiando los viejos maestros como Paolo Veronese

 

Frédéric-Bazille-la-jeunesse-de-l’impressionnisme-au-musée-Fabre-01

Bazille, sin embargo, abandonó su protector hogar paterno a principios de la década de 1860, recién cumplidos los veinte años, para estudiar medicina en París. Pero su pasión por la pintura superó la obligación que sentía de seguir una vocación marcada por sus padres y, para disgusto de éstos, pronto abandonó la escuela para dedicarse al arte. En París se matriculó en el estudio del pintor Charles Gleyre,  entonces el principal taller privado de enseñanza en París, un taller fundamental en la historia del arte francés del XIX y del aún inexistente impresionismo pues a él asistieron no sólo Bazille sino también  a Jean-Léon Gérôme , Jean-Louis Hamon , Auguste Toulmouche , James Whistler y varios de los impresionistas:  Claude Monet ,  Auguste Renoir Alfred Sisley  de los que rápidamente se hizo amigo. Al poco tiempo, ese un grupo se expandió incluyendo a Edgar Degas, Edouard Manet , Berthe Morisot , Paul Cézanne , Camille Pissarro , Emile Zola  y  Paul Verlaine entre otros. París hervía de creatividad mediado el siglo XIX como puede verse en los cuadros de Henri Fantin-Latour

 

Henri Fantin-Latour – “Un taller en Batignolles” (1870)

El grupo se formó en torno a Manet, el artista que había desafiado al Salón con sus cuadros y en aquel momento epítome de la modernidad, que es el que está  en el centro del cuadro pintando un retrato del  pintor, escultor, poeta y crítico de arte Zacharie Astruc, que es el personaje sentado en la butaca, posando con un libro rojo en la mano. Manet tenía un estudio en el barrio parisino de Batignolles, que se convirtió en centro de reunión de estos jóvenes artistas a los que antes que impresionista se le conoció como el Grupo de Batignolles. Bazille es el tipo más alto del grupo a la derecha de Astruc, con las manos cruzadas a la espalda, pero también podemos ver, detrás de Manet y de izquierda a derecha, al pintor alemán Otto Schölderer, a Renoir (el único que lleva sombrero), el escritor Emile Zola, el coleccionista e íntimo amigo de Bazille, el pianista Edmond MaîtreClaude Monet, que poco más y no entra en el cuadro.

El grupo sin embargo no estaba completo. Fantin-Latour pintó otros retratos colectivos, todos hoy en el Museo de Orsay; el  Homenaje a Delacroix (1864), donde también aparecen Jules Champfleury, Charles Baudelaire,  Alphonse Legros o James McNeill Whistler entre otros y otros dos dedicados a los escritores, El rincón de la mesa (1872) donde entre otros aparecen Paul Verlaine y Arthur Rimbaud y otro, ya muy posterior, a los músicos, Alrededor del piano (1885).

Bazille_Studio_in_the_rue_de_Furstenberg

 

Más favorecido económicamente que el resto de sus amigos, alquiló su primer taller en  1864, aunque luego, vistas las dificultades económicas de sus amigos, particularmente de Monet que ya esperaba un hijo, alquilaría otro mayor. No fue fácil convencer a sus padres para que le alquilaran este taller más grande, en lugar de una simple habitación. «Si pudiera encontrar un pequeño lugar conveniente cerca de mis amigos, me gustaría tomarlo, creo que sería muy útil para el progreso que puedo hacer más adelante«, le escribió a su madre. Así en 1865 , se trasladó con Monet, a la Rue Fustenberg justo encima del taller que había tenido su admirado  Delacroix cuya presencia aún se sentía en el lugar. Allí también se añadió Renoir, compartiendo modelos o posando los unos para los otros.

Frédéric_Bazille_-_L’Atelier de la rue de la Condamine _-1870

En este cuadro de Bazille, en el que también hay mano del propio Manet, podemos ver el estudio que compartieron en la rue de la Condamine. Bazille. en el centro, enseña su obra a Manet, con sombrero, que está comentando algo, mientras Monet, un paso atrás, los observa. A la derecha toca el piano su inseparable Edmond Maître y en la escalera está Renoir y otro personaje que a veces identifican con Astruc y otras con Zola. Casi todas las obras colgadas en la pared son claramente identificables y algunas saldrán después en estas líneas, como el Pescador de la pared de la izquierda, o el de la Toilette sobre el sofá que aún está sin terminar. Aún así también se identifica un bodegón que compró a Monet, sobre la cabeza del pianista Maître y un Renoir tras la escalera. El padre de Bazille, aunque se había resignado a la elección de su hijo de una carrera en el arte, lo mantuvo siempre en una situación económica muy limitada y Bazille, aunque llegó incluso a exponer en el Salón, en su corta vida, jamás consiguió vender un cuadro. Pero eso no evitó que sus amigos artistas lo consideraran un niño rico y vivieran un poco a sus expensas, sobre todo Monet, que con su personalidad de macho alfa, lo dominaba un poco a su antojo. Una lástima porque si hubiera tenido libre uso de su fortuna, Bazille podría haber desempeñado un doble papel, como artista y como mecenas, como si haría el más joven Gustave Caillebotte. Aún así, a su muerte, tenía unas 40 pinturas en su colección, entre ellas el conocido y gigantesco Mujeres en el jardín que compró a Monet para ayudarle económicamente.

 

Piscis 1865

Bazille se siente listo para participar en el Salón de 1866 y presenta dos cuadros : un tema moderno, Chica al piano y un clásico de la naturaleza muerta, Piscis . Solo el segundo es aceptado. Courbet los visita, admira el Desayuno en la hierba  de Monet y la Chica joven aPiano de Bazille, pero la vida diaria del taller es la de una fiesta perpetua que le hizo buscar un retiro por unos pocos meses en 1866 , solo, en la rue Godot-de-Mauroy, lejos de la vorágine. La soledad no es lo suyo y decide cambiarse a la rue Visconti , donde de nuevo no puede evitar dar la bienvenida a Renoir, y luego a Monet. «Aquí están estos dos pintores necesitados que yo albergo. Esto parece una verdadera enfermería. Estoy encantado « . Porque, como le  escribió a Monet» Uno solo, hay cosas que no puede descifrar: A fin de cuentas,  es una tarea ardua  y difícil» Renoir se aprovecha de las modelos de Bazille y  le ayuda a pagarlas. La hermandad culmina cuando Renoir y él encuentran el estudio de la pintura de la pintura de arriba en Batignolles, un gran taller cercano al de Manet, que Bazille y Manet inmortalizaran en esa pintura L’Atelier de la rue de la Condamine.

 

Bazille_Monet blessé à l’hôtel du Lion d’Or à Chailly-en-Bière. L’Ambulance_improvisée_1865

Bazille como Monet se sentían atraidos por la pintura al aire libre e hicieron muchos viajes juntos: a Chailly, a Honfleur en Normandía, a Fontainebleau… Una de las pinturas más deliciosas de Bazille es esta de arriba «L’Ambulance_improvisée» (El Hospital improvisado) en la que se ve a Monet recuperándose en la cama de una lesión en una pierna que sufrió en el verano de 1865 en Chailly donde había ido a hacer estudios para el Desayuno sobre la hierba.

Bazille que había ido con él para servirle de modelo, con sus estudios de medicina, se hizo cargo de la situación. Apoyó la extremidad enrojecida sobre mantas dobladas y colgó una olla de cerámica encima, tal vez para servir como un contrapeso. Así inmovilizado, Monet le mira hoscamente. Todo en la imagen, desde el orinal, el remolino de la ropa de cama hasta las rápidas anotaciones del papel pintado con motivos arabescos, revela una exultante autosatisfacción. Por una vez, Bazille tuvo a su augusto amigo justo donde lo quería: a su merced.

 

Claude-Monet-The-Coast-at-Sainte-Adresse

JEAN-FREDERIC-BAZILLE-SEASCAPE.-THE-BEACH-AT-SAINTE-ADRESSE 1865

 

Por sus dificultades financieras Monet fingió una ruptura con su amante Camille para acercarse nuevamente a su familia, de la que esperaba ayuda económica. Por esta razón pasó el verano de 1867 con su familia en Sainte-Adresse, mientras que Camille, que se encontraba embarazada, permaneció en París y era cuidada por Bazille. En agosto nació el primer hijo de Monet, Jean. Bazille fue a buscarlo a Saint Adresse y allí pintó la misma vista que Monet.

 

1869_Retrato de Edmond Maitre

 

En París, la pintura no es el único centro de interés de Frédéric Bazille. Es un apasionado de la escritura, del teatro, de la música y la ópera. Tuvo una gran amistad con Edmond Maître con él que solía ir a conciertos. Compartían la pasión por la música de Wagner , de Fauré , de SchumannGabriel Fauré (1845-1924) fue incluso en París el profesor de piano de Bazille con quien hizo importantes progresos.  Con Edmond, asistirá en Bruselas a la primera presentación de Lohengrin. Cuando murió Bazille, uno de los más afectados fue Maître que le escribió una carta a sus padres diciendo: «De todas las personas jóvenes que he conocido, Bazille era el más talentoso, el ser más amable».

 

Bazille-Nature_morte_au_héron 1867

La falta de dinero, a pesar de ser un niño rico hace que muchos de los cuadros de Bazille sean naturalezas muertas y paisajes puesto que no podía permitirse pagar a los modelos. Son contínuas las quejas a sus padres en sus cartas por este motivo. Eso hacía también que posaran los unos para los otros. Más arriba os puse un cuadro de Renoir que representa a Bazille precisamente pintando esta Naturaleza muerta con garza de aquí arriba. Pero hubo muchos más, como este fantástico retrato de Renoir pintado por Bazille en 1867.

Bazille, Frédéric ~ Portrait of Renoir, 1867,

 

O este otro de Bazille, pintado por Monet en 1868:

 

Bazille, peint par Monet (vers 1868).

O este de Renoir de nuevo por Bazille de 1867.

 

Frédéric Bazille – Portrait de Renoir (1867)

O este de Bazille y Camille, la amante y luego esposa de Monet, que éste pintaría  como un estudio preparatorio para su Desayuno en la hierba en 1865.

 

Monet, Claude (1840-1926) Bazille et Camille, Etude pour “Déjeuner sur l’Herbe” (Bazille and Camille, Study for “Déjeuner sur l’Herbe”) 1865

O este otro retrato de Bazille de otro de los amigos comunes del grupo, un Paul Verlaine jovencito y aún con todo su pelo:

Frédéric_Bazille_-_Paul_Verlaine 1867

 

No podemos olvidarnos unca que Bazille murió con 29 años, por lo que nunca pudo llegar a tener éxito e independencia económica de sus padres. Su vida se escindía en dos: los veranos en la casa familiar y el resto del año con sus amigos pintores en París. Por lo general pasa sus veranos en la propiedad de la familia el dominio Meric  en Montpellier , frente al pueblo de Castelnau-le-Lez , un área que es el escenario de algunos de sus cuadros, como este El vestido rosa (1864)

 

 

La figura representada es Therese des Hours, una prima de Bazille. Las familias Bazille y Hours pasaban los verano en la hermosa hacienda Meric. La casa y su parque están ligeramente elevados y dominan el pueblo. Bazille coloca a Therese en la terraza al final del jardín.

 

 

El verano de 1867 su estancia en Meric fue especialmente prolífica en pinturas. Como este enorme lienzo titulado Reunión familiar en el que reune en la terraza a diez de sus parientes cercanos, así como a él mismo representado de pie, siempre el más alto, en el extremo izquierdo de la pintura. En este cuadro del Museo d’Orsay, según la propia web del museo

cada una de las figuras constituye también un retrato y casi todos los modelos miran al espectador, como si estuvieran posando para un fotógrafo. Por lo cual, y pese a que se trate en este retrato de grupo de la intimidad familiar, las poses son un poco rígidas. Incluso la ejecución parece ser contenida y Bazille retoca una y otra vez el lienzo durante el invierno, antes de volver a cogerlo una vez más un año después, incluso tras haberlo mostrado en el Salón, sustituyendo unos perritos que había en primer plano por un bodegón de flores y sombrero, muy poco natural.

 

 

The Terrace at Meric (Oleander) 1867

De aquel mismo verano es este cuadro inacabado de la terraza de Meric.

 

Thérèse Reading in the Park at Meric by Jean Frederic Bazille

Vue de village, 1868,

O este otro de un año después, actualmente en el Museo Fabre, titulado La vue de village. La modelo es la hija de un agricultor italiano, aparcero de los padres del pintor. Su vestido de muselina blanca contrasta con la vegetación circundante, dando una fuerte impresión de brillo. El árbol en primer plano enmarca el paisaje y permite apreciar su profundidad. Podemos ver abajo el pueblo de Castelnau, cerca de Montpellier, cruzado por un pequeño río costero, el Lez.

 

 

Bazille,_Frédéric___Le_Petit_Jardinier_(The_Little_Gardener),__Museum_of_Fine_Arts,_Houston

O este otro, también inacabado. A Bazille, aún le costaba pintar paisajes puros sin introducir alguna figura humana.

Les Remparts d’Aigues-Mortes, 1867,

Al final de la siguiente primavera de 1867, Bazille visitó la ciudad de Aigues-Mortes cerca de la casa de su familia en Montpellier. Con la esperanza de «al menos ocho días hermosos«, se propuso el desafío de pintar paisajes «absolutamente simples» de la ciudad y las marismas de los alrededores.

Bazille-Les_remparts_d’Aigues-Mortes

 

Les Remparts d’Aigues-Mortes, 1867,

De las cuatro vistas conocidas del artista de la zona, esta, del Metropolitan Museum, es la única terminada del todo (de nuevo sus figuras). Muestra de cerca las enormes murallas medievales de Aigues-Mortes. También muestra los efectos de luz más llamativos de las tres: el sol del sur brilla intensamente en la calle que vemos a través del arco, proyectando su luz sobre este lado de la muralla y contrastando con las sombras de la tarde que envuelven al pony de la Camarga y las figuras del primer plano.

 

Paysage au bord du Lez, 1870

Este que sería el último paisaje que pintaría en el que sería su último verano, muestra cómo iba evolucionando, ya no hay figuras, aunque aún es perceptible la influencia de Corot.

 

 

Bazille,_Frédéric___La_Toilette,_1869-70,_Oil_on_canvas_Musee_Fabre,_Montpelier

Bazille murió demasiado pronto. Aún es un pintor sin encontrar su propio estilo, lo que ha hecho que sus cuadros hayan estado durante casi un siglo, al margen de la historiografía del impresionismo. La influencia de Edouard Manet  y del orientalismo tan en boga en el París de la época, lellevó a pintar una serie de telas con temas orientales, como esta Toilette que ya habíamos visto a medio pintar en el cuadro del estudio. Sin embargo, la representación minuciosa de las telas y las pieles y la de la piel negra de la doncella indican el dominio técnico alcanzado por el pintor al final de su vida.

Femme en costume mauresque, 1869

En este otro, Lise Tréhot, modelo, musa y primera amante de Renoir, está representada con un sabio erotismo por Bazille,vestida con un traje del norte de África.

Jeune-femme-aux-pivoines-1870

La probable influencia de Edouard Manet llevó a Bazille a representar a una mujer negra que reunía un ramo de flores en un jarrón. En 1863, Manet había pintado su famosa Olimpia, que presentaba en el fondo a una mujer negra con un ramo de flores. Al mismo tiempo, la naturaleza muerta y el retrato, la pintura de Bazille permite apreciar las cualidades del colorista del pintor.

 

‘Fleurs’ (1868) by Frédéric Bazille

O este otro bodegón de flores que demuestra cómo iba avanzando en su pintura. Aún así no podemos olvidar nunca que toda la carrera de pintor de Bazille no abarca sino un corto periodo de seis años y que moriría a los 29.

Le Pêcheur à l’épervier, 1868

Quizás los cuadros más personales son aquellos donde acaso Bazille dejó entrever su homoerotismo. Jamás se le conoció una pareja femenina y su mundo, cuanto menos, era un mundo de amigos masculinos. Este Pescador con red y otros cuadros similares han labrado esa suposición de su homosexualidad. De hecho, así como el desnudo femenino era moneda de uso corriente en la pintura, el masculino estaba siempre ligado a temas mitológicos. Esta representación de un desnudo masculino actual no debió dejar de ser chocante en aquel momento, hasta el punto de que fue rechazado por el Salón de 1869 bajo la acusación de «indecencia».

 

Frédéric Bazille – Jeune homme nu sur l’herbe

En el Museo de Montpellier está este otro inacabado Joven desnudo sobre la hierba en el que la sutil diferencia entre el bronceado de las manos y el rostro con la blancura de la piel parece indicar que se tratase de un campesino o alguien que trabajase al aire libre. Los pantalones de sarga azul deshilachados a un lado lo confirman, asi como la tapia que oculta las miradas.

 

Scène d’été, 1869,

Y por si aún cupieran dudas, esta  Escena de verano que Bazille comenzó  en su estudio de París, pero completó los detalles del paisaje después de viajar al sur de Francia, donde pintó un paisaje similar del río Lez. La pintura, sorprendentemente fue aceptada en el Salón probablemente porque el tema parecía inspirarse en la novela modernista Manette Salomon (1867), una novela sobre la vida de unos pintores en la que los hermanos Goncourt describen una escena de hombres jóvenes bañandose en una luz brillante. A este cuadro, se le ha atacado ferozmente por sus imprecisiones anatómicas pero, en cierto sentido, no sólo prefigura Las bañistas de Cezanne, sino que hay sentidos homenajes en las figuras a los pintores del renacimiento italiano como Andrea Mantegna y Sebastiano del Piombo. ¿Qué otra cosa es sino un San Sebastián laico el joven apoyado en el árbol de la izquierda?

Portrait of Alphonse Tissie – Frederic Bazille

La amplia correspondencia que mantuvo con sus padres y sus amigos que aún a día de hoy se conserva, nos permite conocer mucho de Frédéric, un hombre muy querido por sus colegas, pero cargado de enigmas, como el que rodeará su muerte. «Tan solo tres semanas antes de alistarse había escrito una carta asegurando que nunca querría vivir la guerra«, explica Stanislao Colodiet, del Museo Fabre de Montpellier. «Su decisión sorprendió a sus amigos y familiares porque además entró en un regimiento muy peligrosoAl final de su carrera, su pintura estaba cambiando y es evidente que muchas cosas pasaban por su cabeza, pero su correspondencia no nos aporta luz sobre esto. Nunca tendremos la explicación«. Podría haberlo evitado fácilmente, entonces con dinero se podía comprar un sustituto. Según Renoir, que también estuvo en la guerra, se alistó «porque se veía galopando sobre un hermoso caballo, en medio de una ráfaga de balas ,y portando el mensaje que supondría el fin de la contienda.»  por el contrario, se pasó el tiempo limpiando polainas, peleando patatas, acarreando leña, barriendo los suelos…. «Esta vida endurecida me está hundiendo» escribió sus padres, «pero no durará mucho«.

 

 

Ni siquiera tuvo el honor de morir en el campo de batalla, sino durante la retirada, en una carretera embarrada intentando proteger a unas mujeres y unos niños. La noticia cae como una bomba entre sus amigos. Edmond Maître está desconsolado, Renoir muy afectado, Monet, cabreado con ese patriotismo que ha causado la muerte de su amigo y ante un París cada vez más convulso, decide irse a Londres, como también hará Camille Pissarro. El grupo queda completamente disperso.

 

 

SIn embargo, cuando, pasados los acontecimientos de la Comuna, el grupo volviera reunirse y a celebrar, apenas cuatro años después de la muerte de Bazille, la que sería la Primera exposición de los Impresionistas en el taller del fotógrafo Nadar en el boulevard des Capuchines, nadie se acordaría ya de incluir en ella ninguna obra de Bazille, cuya obra se sumió en un largo olvido. Eran los tiempos ya de los marchantes de Durand-Ruel y de Vollard y el dinero fluía por sus manos.

¿Puede una bala de fusil cambiar el curso de la historia del arte?, se pregunta la wikipedia francesa. ¿Cómo habría sido la obra de Bazille si, como sus compañeros, hubiera logrado alcanzar su madurez artística? Y sobre todo, ¿cuál fue el destino de los sesenta cuadros  que componían la obra de Bazille?Primero un absoluto y largo olvido, luego una tímida resurrección debida al historiador de arte Henri Focillon en 1926  . Pero no sería hasta finales de los 50 cuando se reivindicase su pintura y los ávidos coleccionistas americanos sacasen sus pinturas del ámbito familiar y del círculo local de iniciados de Montpellier para acabar colgadas principalmente en las paredes de los museos estadounidenses.

 

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Cuando murió David Rockefeller, el pasado mes de marzo, a la edad de 101 años, el último eslabón vivo de la Edad Dorada de los multimillonarios neoyorquinos desapareció con él. Era el multimillonario más longevo del mundo, y el nieto más joven y único superviviente del primer multimillonario estadounidense, John D. Rockefeller Sr. (1839-1937), uno de los “barones ladrones” originales.El término Robber Barons (barones ladrones) se acuñó en el s XIX en los Estados Unidos para denominar a los industriales y banqueros que monopolizaron sus respectivas industrias y amasaron gigantescas fortunas mediante prácticas que violaban la libre competencia en los mercados. Los más famosos de entre los conocidos como barones ladrones son John D. Rockefeller con el petróleo, Cornelius Vanderbilt con los ferrocarriles, Andrew Carnegie con el acero, y J.P. Morgan en la banca.

Mientras que el nombre del abuelo se convirtió en sinónimo de capitalismo, el nieto sin embargo se convirtió, en cierto modo, en sinónimo de retribución.El veterano jefe del Chase Manhattan Bank, Rockefeller era tanto un estadista como un banquero. LLegó a reunirse con una docena de presidentes de los Estados Unidos, desde Coolidge hasta Obama, y ​​fue recibido como un jefe de Estado por líderes mundiales como Nikita Khrushchev y Zhou Enlai; ejerció una influencia considerable en los asuntos financieros mundiales, así como en la política exterior de EE. UU. Sus logros cívicos en Nueva York van desde la arquitectura (construyó el One Chase Manhattan Plaza de 60 pisos, diseñado por Skidmore, Owings & Merrill, y ayudó a planear el World Trade Center original y el Battery Park City) hasta lo filantrópico (durante su vida , donó unos  mil millones de dólares a organizaciones benéficas) e incluso lo fiscal (jugó un papel decisivo en salvar a la ciudad entera de la bancarrota en los difíciles años 70).

En privado, con su esposa, Peggy, con la que estuvo casado desde 1940 hasta su muerte, en 1996, vivió a un nivel de refinamiento que probablemente nunca se volverá a repetir, en parte porque ya no es posible y en parte porque no es ni aún siquiera concebible. Connosieurs consumados, coleccionaron obras maestras, gran parte de ellas recibidas en herencia y otras muchas adquiridas por ellos, en un montón de categorías: pinturas europeas y americanas de los siglos XIX y XX, muebles ingleses y estadounidenses, porcelana europea, arte asiático, cerámica precolombina, plata, textiles, arte decorativo, arte popular y arte amerindio.

Todos estos artículos decoraban sus numerosas casas, magníficamente ubicadas, pero curiosamente nunca demasiado ostentosas exteriormente. El vivió sobre todo en una casa adosada de estilo colonial renacentista de  cuatro pisos en East 65th Street en Manhattan, con ocho dormitorios y otras seis habitaciones para el personal. Todavía este mismo año el personal incluía un mayordomo y tres doncellas.  «Funcionó como si fuera 1948 hasta el final de sus días» dice un amigo de la familia.

 

 

Este mes de mayo, siguiendo los deseos del Sr. Rockefeller, este legado – de alrededor de 1.600 lotes- ha salido en una espectacular serie de subastas en Christie’s en Nueva York, celebradas en el Rockefeller Center. La Colección de Peggy y David Rockefeller ha recaudado, según las estimaciones, más de 830 millones de dólares, lo que la ha convertido en la subasta más alta de la historia para una colección privada, doblando de largo el anterior récord establecido por la colección de Yves Saint Laurent y Pierre Bergé, que alcanzó en París los 443 millones. Ha sido, sin duda, la venta del siglo.

 

 

Con los cinco hijos, 10 nietos y 10 bisnietos de la pareja ya bien enriquecidos, según deseos de David Rockefeller, todos los ingresos de la venta se destinarán a una docena de organizaciones sin fines de lucro, incluidas la Universidad Rockefeller, la Universidad de Harvard, el Museo de Arte Moderno MOMA , el Consejo de Asuntos Exteriores y el Maine Coast Heritage Trust. Y aunque escandaliza todo, las cifras que marean y el propio hecho de que alguien pudiera poseer tal tesoro artístico que excede con mucho la colección de numerosos museos, también da cierta envidia sana esa costumbre tan americana de sus megamultimillonarios convertirse en benefactores de museos e instituciones culturales.

 

 

En fin, afortunadamente para mí, la colección ha podido verse en el Rockefeller Center antes de subastarse y os puedo enseñar algunos, que no todos, de los impresionantes tesoros que guardaba. A pesar de que había de todo, una cornucopia inacabable de arte decorativo y artístico que abarcaba muchos siglos y muchos continentes, había hasta una colección de patos y una impresionante sección dedicada a la porcelana de la que os colgaré algunos ejemplos, las joyas de la corona eran las pinturas impresionistas, postimpresionistas y el arte americano. Muchas de estas obras fueron adquiridas en los años 50 y 60, cuando los Rockefeller formaban parte de un círculo de coleccionistas legendarios que también incluían a William S. Paley y John Hay «Jock» Whitney.

El propio David Rockefeller había publicado en privado y distribuido exclusivamente a familiares y amigos un catálogo razonado de su colección. El monumental proyecto abarcó 31 años, y cada uno de los libros encuadernados en lino estaba meticulosamente impreso y bellamente ilustrado. El Volumen I: Obras de arte europeas apareció en 1984. El prefacio autobiográfico de 54 páginas que escribió para él sigue siendo la mejor fuente de información sobre el coleccionismo y la vida privada de la pareja. El Volumen II: Arte del hemisferio occidental, publicado en 1988, fue seguido por el Volumen III: Arte de Asia y culturas vecinas, en 1993, y el Volumen IV: Artes decorativas, en 1992, que, se suponía, iba a ser el último de la serie. Pero la longevidad y las compras incansables exigieron que apareciera, en 2015, el Volumen V: Suplemento.

Pablo Picasso (1881-1973) Fillette à la corbeille fleurie Price realised USD 115,000,000

Su mejor adquisición para su colección llegó en 1968, un año después de la muerte de Alice B. Toklas, la compañera de Gertrude Stein, que había acumulado una de las colecciones más importantes de arte moderno antes de morir, en 1946. Tras la muerte de Toklas, Rockefeller se enteró de que los herederos de Gertrude Stein iban a vender un tesoro de 47 obras de Picasso y Juan Gris que habían pasado a sus manos. Para comprar la colección completa, Rockefeller organizó un grupo con cinco de sus amigos millonarios, incluidos Paley, Whitney y su hermano Nelson. Quizás en la lotería más elitista de la historia, se colocaron seis números en papelitos en un viejo sombrero de fieltro y cada miembro del grupo extrajo un número para determinar el orden en que escogerían las pinturas que podrían quedarse. David Rockefeller extrajo el número 1, lo que le permitió quedarse con la obra más codiciada, esta niña de la época rosa de Picasso con una canasta de flores, pintada en 1905 y uno de los retratos más fascinantes del artista que sin embargo disgustó mucho a Gertrude Stein, cuando su hermano Leonard lo compró porque decía que tenía patas de mono. Fue la primera gran venta de un joven Picasso y la estrella de la subasta, recaudando 115 millones de dólares, aunque no el récord para un Picasso.

 

Picasso manzana

 

El lote de apertura de la subasta fue una pequeña pintura de Picasso de una sola manzana, hecha como regalo también para la escritora Gertrude Stein después de que estaba consternada porque su hermano, Leo, se quedó una naturaleza muerta de Cézanne de cinco manzanas cuando  separaron  la colección de arte que ambos habían reunido. Entonces Picasso le obsequió esta pintura de una sola manzana a Gertrude, una de sus primeras coleccionistas y admiradoras, como regalo de Navidad en 1914, y en la nota manuscrita al dorso que la acompaña muestra la amistad que unía al artista malagueño con Gertrude y su brutal deseo de destronar al maestro mayor: «Te pinto una manzana y será tan buena como todas las de Cézanne «. Alcanzó casi los 4 millones de dólares.

 

Henri Matisse, Odalisque couchée aux magnolias (1923)

Unos pocos lotes más tarde llegó otra de las joyas de la colección, el desnudo de Matisse Odalisque couchée aux magnolias (1923). Christie’s había promocionado mucho la obra en su exuberante catálogo como una de las mejores pinturas de Matisse que pudiera ser subastada, y, sin duda, una de las mejores en manos privadas. Las ofertas comenzaron en $ 58 millones pero   Xin Li, la vicepresidenta para Asia de Christie’s y el «arma secreta en la venta de obras maestras para multimillonarios asiáticos»  en menos de tres minutos ofreció 80.8 millones de dólares, un récord para una obra del artista en una subasta. El récord anterior de una pintura del artista en una subasta era de  40.9 millones, que se estableció en 2009 en Christie’s  París cuando se ofreció una pintura de 1911 del maestro francés con un tema similar, procedente de la colección Yves Saint Laurent y Pierre Bergé .

 

 

Solo dos lotes más tarde llegaba otra de las estrellas, estas Nymphéas en fleur de Monet , que tenía un presupuesto aproximado de $ 50 millones. De nuevo Li ofreció 84.7 millones y de nuevo, esta pintura, en verdad, hermosísima del último Monet se fue para China. Según la directora de Christies para Asia esta pintura era muy atractiva para el mercado asiático porque todos los nenúfares están en flor, lo que para los chinos es signo de buenos auspicios. Además la palabra china para nenúfar implica una unión pacífica y armoniosa. Asi que agua, armonía y buena fortuna inciden en el buen feng shui que tiene esta pintura para un espectador asiático.

Pero están eran las estrellas, no más. La colección era impresionante: Delacroix, Jean-Baptiste-Camille Corot, Claude Monet, Edouard Manet, Honoré Daumier, Odilon Redon, Camille Pisarro, Edouard Vuillard, Pierre Bonard, Pierre Renoir, Alfred  Sisley, Aristide Maillol,  Paul Gauguin, Vicent Van Gogh, Toulouse Lautrec, Paul Signac, George Seurat, André Derain, Ernst Ludwig Kirchner, Henri Matisse, Alexej von Jawlensky, Wasily Kandinsky, Raoul Dufy, Maurice de Vlaminck, Marc Chagall, Emil Nolde, Pablo Picasso, Juan Gris, Fernand Leger, Paul Klee, John Singer Sargent, Giorgio Morandi, Joan Miró, y, entre los americanos, Willem De Kooning, Arthur G. Dove, Georgia O’Keeffe, Milton Avery, Diego Rivera, Edward Hopper o Homer Winslow.

Para no hacerlo eterno os la cuelgo como galería, ordenadas de forma aleatoria. Y podeis verlas pinchando en la primera y avanzando. Saludos.

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Arthemisa, el nuevo modelo privado de exposiciones «a la carta» http://rarasartes.com/arthemisa-el-nuevo-modelo-privado-de-exposiciones-a-la-carta/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=arthemisa-el-nuevo-modelo-privado-de-exposiciones-a-la-carta http://rarasartes.com/arthemisa-el-nuevo-modelo-privado-de-exposiciones-a-la-carta/#respond Wed, 07 Feb 2018 20:32:20 +0000 http://rarasartes.com/?p=2718 Arthemisa, el nuevo modelo privado de exposiciones «a la carta»

 

En estos tiempos de hiperconsumo de lo artístico y de la incorporación de las concepciones mercantilistas y de rentabilidad económica al negocio expositivo y museístico, el consumo de masas y la crisis económica han hecho que los asesores financieros se conviertan en los verdaderos gestores culturales y que la autofinanciación y la obtención de beneficios estén a la orden del día. Todo esto ha propiciado que en los últimos años proliferen las grandes exposiciones de éxito seguro y poco riesgo económico como las de obra gráfica de M. C. Escher o de Alphonse Mucha, que se celebraron en el Palacio de Gaviria, y que, por lo general suelen pertenecer a los fondos de alguna fundación relacionada con los artistas mencionados que necesita a su vez este préstamo de sus fondos para poder autofinanciarse, como ocurre con las mencionadas más arriba.

 

 

Eso ha propiciado que aparezcan empresas privadas de gestión cultural como Arthemisia, de la que ya os he hablado en otros post y de la que prometí hacer una entrada propia.

Arthemisia es una empresa italiana con sede en Milán especializada en la organización de muestras artísticas llave en mano. Surgió hace más de 15 años, gracias a la iniciativa de Iole Siena, su ambiciosa directora, y es pionera en este tipo de gestión cultural privatizada y una de las más grandes a nivel europeo. Se especializa en montar exposiciones que se realizan en espacios públicos de ayuntamientos u otras organizaciones gubernamentales que les son cedidos gratuitamente a cambio de un porcentaje de la entrada y con el patrocinio de diferentes empresas que a su vez se benefician fiscalmente de ello.

 

Se trata siempre, de exposiciones muy populares con la posibilidad de tener una gran afluencia de público. Se realizan, en algunos casos, no tanto en otros, a mi parecer- bastante dignamente, contando con la complicidad de profesionales de gran prestigio, la colaboración de administraciones públicas ansiosas de atraer turistas y de mostrar entre sus logros eventos culturales con gran afluencia de visitantes y con la connivencia de algunas fundaciones y pequeños museos que, como señalé más arriba, obtienen del alquiler de sus obras, a través de una empresa intermediaria, fondos para autofinanciarse.

 

Iole Siena directora del grupo Arthemisia en la inauguración de la exposiciónRembrandt, Vermeer and Hals in the Dutch Golden Age: Masterpieces from The Leiden Collection en el Long Museum de Shangai

Por esta razón, lo mejor es montar exposiciones que requieran poco tiempo, poco personal y pocos gastos. Para ello la mejor manera es alquilar las obras de una sola colección, lo que minimiza al máximo las gestiones y abarata los seguros y el transporte. Valga como ejemplo las exposiciones antes mencionadas, pero también por ejemplo la exposición de Picasso en Verona que procede íntegramente de los fondos del Museo Picasso de París o la de Edward Hooper en Roma que consistía íntegramente en obras prestadas por el Museo Whitney de Nueva York. Así, por ejemplo, la Fundación Miró de Palma de Mallorca es una de las aliadas de esta empresa a la que prestó entre 2012 y 2013 parte de su colección que se expuso en Roma, Génova, Verona, Lausana y , Moscú y que supuso para la fundación unos ingresos de unos 300.000 € declarados, lo que supone un 14% de su presupuesto.

 

Además, en estas muestras, el comisario suele ser uno de los conservadores de museos prestatarios, lo que le dota de prestigio y garantiza la selección de las obras. Obviamente, para hacerlas más rentables, estas exposiciones tienen que ser itinerantes, por lo que es aconsejable contar con una red de espacios expositivos como la que cuenta Arthemisia con espacios municipales cedidos en todas las ciudades mencionadas. Arthemisia cuenta con lugares fijos como el AMO (Arena Museo dell’Opera) de Verona, el Claustro de Bramante en Roma y toda una serie de palacios reconvertidos en salas de exposiciones en distintas ciudades italianas y europeas, como el Palazzo Chiablese de Turín, el Palazzo Ducale de Genova, el Palazzo Reale de Milano o el Santaella de Palermo  incluso en el mismo Madrid como sucede actualmente con el Palacio de Gaviria donde ya han pasado las exposiciones de Escher y de Mucha.

Palazzo Chiablese de Turín

Además gestiona directamente otros espacios como el Vittoriano de Roma, el famoso altar de la Patria mussoliniano en la Piazza Venezia

 

 

Otra de estas exposiciones por ejemplo fue la muestra de zapatos de Manolo Blahnik en el Palazzo Morando de Milán, comisariada para Arthemisia por la española Cristina Carrillo de Albornoz, que ya había comisariado para ellos una muestra de Tamara de Lempicka que se instaló en el AMO de Verona. Esta muestra de zapatos que está hecha con los fondos del propio diseñador y fotografías del fondo Condé Nast ya ha pasado por el Museo del Hermitage de San Petersburgo, y el Museo Kampa de Praga y se encuentra, en la actualidad, en el Museo de Artes Decorativas de Madrid, con el patrocinio de empresas como Bulgari, Porsche, Tanqueray y el Gobierno de Canarias, además del Ministerio de Cultura.

 

La exposición de Marc Chagall, que ellos mismos califican como exposición espectáculo, mezcla incluso la música, la tecnología y el arte, creando espacios virtuales en los que la obra de arte está ya desmaterializada hasta el paroxismo  no es ya sino un puro objeto de consumo audiovisual como se apreciará en las fotografías.

 

La exposición de Claude Monet que está actualmente en el Vittoriano de Roma, aunque cuenta con 60 obras del autor, todas provienen del Museo Marmottan de Paris y está comisariada por el vicedirector de dicho museo y patrocinada, entre otros, por Trenitalia, la Renfe italiana.

 

 

La exposición Rembradt, Vermeer y Hals en la edad de oro de la pintura holandesa que está ahora en Shangai, y a la que ya hemos hecho referenciason todas obras de la colección Leiden, una colección privada, la mayor en la actualidad de maestros holandeses, perteneciente a Thomas Kaplan,uno de los multimillonarios de la lista de Forbes.

 

La exposición Magritte, Duchamp, Dali. Los revolucionarios del siglo XX, actualmente en el Palazzo Albergati, de Florencia, son todo fondos de Museo Israeli de Jerusalen con una reconstrucción de la Sala de Mae West de Dalí hecha por el arquitecto catalán Oscar Tusquets y la recreación de los 1200 sacos de carbón pensados por Duchamp para la Exposición Internacional del Surrealismo del 1938. La exposición esta por supuesto comisariada por la conservadora de arte moderno del Museo de Jerusalén. Y podría seguir así por horas. Ya han organizado más de 572 exposiciones con 55 millones de expectadores y 48.000 obras, según los datos de su página web, datos que de puro exorbitantes, marean.

 

 

 

El motivo de hacer este post, aparte de por la curiosidad, es porque Arthemisia ha consolidado ya su presencia en España, considerado ya su segundo mercado, y ya ha realizado su primer desembarco en Portugal, con su buque insignia y su particular test que es la exposición de Escher que se celebra en el Museo de Arte Popular de Lisboa y anuncia proyectos para los grandes países latinoamericanos como Brasil, Argentina o México.

 

 

Su apuesta por Madrid y el Palacio de Gaviria está ya consolidada con la firma de un convenio para los próximos diez años, además de su asociación con otros espacios expositivos de titularidad municipal como el Centro Centro del propio Ayuntamiento de la capital, donde se estrenaron con una retrospectiva de Kandinsky en 2015, y el Centro de Exposiciones Arte Canal donde ya se ha inaugurado la primera muestra de Arthemisia, Toulouse-Lautrec y los placeres de la belle époque con 65 obras de las que la mitad son los 33 carteles que realizó y que está comisiariada por la conservadora del Museo d’Ixelle de Bruselas.

 

A partir de marzo se podrá ver en Madrid la muestra sobre “Duchamp, Magritte y Dalí“, procedente del Museo de Israel, de la que os hablé antes y que actualmente se está mostrando en Bolonia con escenografía del arquitecto español Oscar Tusquets, y en septiembre llegará una muestra de la polaca-mexicana Tamara de Lempicka.

 

Pero los representantes de la empresa en España se encuentran ya está negociando nuevas sedes en Sevilla y Barcelona. ¿Estamos ya ante un nuevo modelo de negocio en el que se producirá una cierta privatización de las grandes exposiciones itinerantes? La concurrencia en este mismo instante de al menos tres exposiciones del grupo Arthemisia en Madrid da ciertamente mucho que pensar.

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Rodin: Escultor y Contador de Historias en Chicago http://rarasartes.com/rodin-escultor-y-contador-de-historias-en-chicago/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=rodin-escultor-y-contador-de-historias-en-chicago http://rarasartes.com/rodin-escultor-y-contador-de-historias-en-chicago/#respond Mon, 08 Jan 2018 10:56:11 +0000 http://rarasartes.com/?p=2425  

El pasado 17 de noviembre se cumplieron exactamente 100 años de la muerte del que fue a principios del siglo XX el artista más conocido del mundo. Hablamos de Auguste Rodin. La última de las exposiciones de las que pude contemplar en Chicago es esta dedicada al centenario del autor forma parte de las muchas exposiciones que se están realizando a lo largo y ancho del mundo.

 

 

 

Precisamente hace unos días alguien me preguntaba sobre la estrecha relación de Rodin con la ciudad de Buenos Aires y efectivamente he descubierto que también hay una exposición conmemorativa de esta efeméride el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires que cuenta con una importante colección de 28 piezas del escultor encargadas por el entonces director de la institución Eduardo Schiaffino. Hay además En la ciudad de Buenos Aires varias copias de El pensador (en la plaza del Congreso), La eterna primavera en marmol del Museo de Artes DecorativasLa edad de bronce, que se conserva en la Colección Fortabat, en Puerto Madero, y una escultura con la figura de Domingo Sarmiento que se encuentra en el parque Tres de Febrero, muy cerca del Jardín Japonés.

 

 

Si tengo ocasión de visitar Buenos Aires en este año Rodin intentaré realizar ese recorrido.

 

 

Ahora no obstante quiero hablaros de la exposición del Art Institute de Chicago que ya de por sí posee una notable colección de la obra de Auguste Rodin pues pose al menos una decena de grandes esculturas, además de otras tantas acuarelas y dibujos pertenecientes sobre todo a las colecciones privadas del gran filántropo de la ciudad, Robert Allerton y del fotógrafo Alfred Stieglitz, además de un ejemplar del libro El Jardin des Supplices impreso por Auguste Clot, escrito por Octave Mirbeau y publicado por el marchante Ambrose Vollard  en 1899, durante el Caso Dreyfus que contiene 40 litografías realizadas por Rodin, 36 de ellas en color.

 

Auguste Rodin, lithographie pour Le Jardin des supplices, Ambroise Vollard, 1902

 

Se presentan pues en la exposición Rodin: Sculptor and Storyteller  que estará hasta el 4 de marzo, además de todo ese acervo otras piezas raramente vistas y dibujos de colecciones privadas, así como algunas pequeñas esculturas producidas como regalos para sus propios amigos como Claude Monet y Henri Matisse. Amigos durante casi toda  la vida del escultor, Rodin y Monet intercambiaron regalos de arte, se escribieron regularmente, e incluso tuvieron una exposición juntos en 1889 en la Galerie Georges Petit en París. Por otra parte, las esculturas en bronce de Matisse No serían explicables sin la influencia de Auguste Rodin. Una pieza como el Le Serf de Matisse de 1904-7 está claramente en deuda con L’homme qui marche de Rodin. Las dos piezas excepcionales, ambas de la colección del Instituto de Arte, se exponen juntas aquí por primera vez.

A la izda. el Serf deMatisse y a la derecha el Walking man de Rodin en la exposición del museo precisamente frente a un cuadro de la serie Los Almiares de Monet.

 

Adam, Modeled 1881, cast about 1924 y A Burgher of Calais (Jean d’Aire), modeled 1889

 

La figura poderosamente expresiva del Adán  de Rodin  fue originalmente pensada para ser emparejada con una escultura de Eva, flanqueando la puertas de bronce esculpido, Las puertas del Infierno, comisionadas  por el gobierno francés para el Museo de Artes Decorativas de París.Con estas puertas Rodin pretendía superar a Miguel Angel. Su Adán en realidad es el Adán de la Capilla Sixtina rotado y puesto en pie.

 

Las puertas del Infierno escultura de Rodin flanqueada por Adán y Eva en el Museo Rodin de Paris

 

The Walking Man, Modeled 1877/1900; cast about 1900

 

La extraordinaria habilidad de Rodin para usar el cuerpo humano para generar significado se subraya en la exposición con obras tan famosas como La mano de Dios, La primavera eterna o  El hijo pródigo.

La mano de Dios

 

La eterna primavera

Auguste-Rodin-Cariatide Caida 1891

 

El Hijo Pródigo

 

Head of Arthur Jerome Eddy, 1898

Sorrow 1882

Auguste Rodin / Head of Pierre de Wissant / 1889 / bronze

 


Auguste Rodin se sumergió en el estudio de Honoré de Balzac durante siete años después de recibir una comisión de una sociedad literaria para crear una estatua del escritor en 1891. Este retrato desnudo deliberadamente desgarbado, que enfatiza la vitalidad y candor de Balzac, fue una versión temprana del trabajo.

 

 

Young Mother in a Grotto, Modeled about 1885, Cast about 1888-96, Bronze: Despair, Modeled about 1885-90, carved 1893?, Marble

 

 

Los visitantes también tienen la rara oportunidad de ver, una al lado de la otro, dos de las  primeras representaciones en mármol de la Eva que estaba pensada para ser la pareja del Adán.: una del Instituto de Arte y otra de una colección privada

 

Además de todo esto, es posible ver numerosos dibujos y acuarelas del propio Rodin y algún material de sus contemporáneos.

 

rodin a portrait of victor hugo

 

Edward Steichen American, born Luxembourg, 1879–1973 Rodin, Le Penseur, 1902

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