René Magritte – Raras Artes http://rarasartes.com Curiosidades y legítimas rarezas del arte Tue, 26 Feb 2019 16:53:30 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.9 Liliana Porter: «El hombre con el hacha y otras situaciones» http://rarasartes.com/liliana-porter-el-hombre-con-el-hacha-y-otras-situaciones/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=liliana-porter-el-hombre-con-el-hacha-y-otras-situaciones http://rarasartes.com/liliana-porter-el-hombre-con-el-hacha-y-otras-situaciones/#respond Tue, 26 Feb 2019 15:33:41 +0000 http://rarasartes.com/?p=14360  

Liliana Porter: «El hombre con el hacha y otras situaciones«

 

 

 

 

El otro día os hablaba de mi visita al Perez Art Museum Miami y ya entonces os adelantaba mi intención de dedicarle una entrada a la obra de arte que más había captado mi atención durante aquella agradable visita: la preciosa y precisa instalación de Liliana PorterEl hombre con el hacha y otras situaciones que la artista «latina» había presentado en la Bienal de Venecia de 2017.

 

 

Ha sido esta ocasión feliz la que me ha regalado la coartada para bucear en la obra de esta artista singular, cuyo descubrimiento y algunos de sus vídeos que os colgaré al final de la entrada, me ha tenido enamoriscado durante los últimos días. Constatar que la comisaria de la última muestra de Liliana Porter en nuestro país en Artium fue Estrella de Diego, (¡qué divertida la conferencia conjunta con motivo de la inauguración en Vitoria en 2017 !), o que los textos que encuentro sobre ella sean de Fernando Castro Florez  hablando de Magritte o de Borges o que estos días aún se pueda ver en el Reina Sofía, que por cierto tiene obra de Liliana Porter, una apabullante exposición del que fue su marido, el artista uruguayo Luis Camintzer no hicieron sino incrementar mi interés.

 

 

 

Era durante esos días de tremolar de banderas rojigualdas de más o menos rayas en las plazas de Madrid  que, un poco distraídamente,  escuché a Liliana decir:

Hay una frase que uso mucho últimamente porque la escuché por televisión cuando habían matado a un grupo de gente y entonces a un hombre le preguntaban: «¿Y ahora usted qué va a hacer?».  Y el hombre dijo: “Yo lo que voy a hacer es ser feliz”.

Porque la felicidad es la forma más alta de rebelión. La felicidad como rebelión, no estar contento en el sentido de ignorar todo lo que está pasando, al contrario, ser consciente de todo lo que pasa pero ser también capaz de rebelarse contra lo dramático que suele suceder y sonreír.

Yo pienso que ser feliz es como jugar a algo y ganar, el que logra ser feliz ya ganó.

Yo pienso que sí, que gané.

 

Liliana porter retratada ante su autorretrato de principios de los 70

 

¿Quién es esta optimista vocacional, Liliana Porter? Ella misma se describe en un vídeo así:

Yo soy Liliana Porter, soy una artista plástica argentina que vive en Nueva York desde 1964 y trabajo en diferentes medios, incluyendo dibujo, obra sobre tela, vídeo, fotografía y últimamente hasta teatro.

 

THEM (ELLOS), una obra de teatro codirigida por Liliana Porter y Ana Tiscornia

 

Pienso que cada artista tiene un lente diferente con el que define la realidad, con el que se relaciona con ella, con el que se autodescubre, porque siempre el arte es como un diálogo con otro.

Los diálogos son precisamente uno de los centros gravitacionales de la obra de Porter. Los diálogos improbables que desatan un quantum de poesía. A Liliana le fascina Lewis Carroll. Nos convierte en Alicias en un país de maravillas.

 

Liliana-Porter-Ella-con-espejo

Dialogo  con Pato

 

Diálogo V con ciervo (detalle)

 

 

Creo que todo artista tiene un tema base o, dicho de otra manera, una inquietud principal que siempre, de algún modo, es recurrente en la obra. En mi caso, ese tema  tiene que ver con la conciencia del límite ambiguo que existe entre lo que llamamos realidad y lo que llamamos representación. Me interesa ese espacio que hay entre la palabra y la cosa, entre la cosa y nosotros. Por eso me atraen Magritte y Borges.

 

Magritte (2008) duraflex 11 X 16. All rights reserved by Liliana Porter.

 

Liliana Porter. La Clarivoyance: The Clairvoyance (1999). Instalación.

 

Liliana Porter Sense of Magritte,1975

 

Los personajes no dicen nada, pero son disparadores de diálogos; sin lugar a dudas, escenifican algo. Estas situaciones mínimas reflejan como en un espejo las experiencias humanas. Se miran, se caen, se asustan, se persiguen. Se convierten en seres sociales al transformar su estatuto de cosas. Devienen.

 

Blue_with_Mirror_1997

 

Please Tell Me (con ciervo)

 

El gran Otro

 

Nació Liliana en una de esas extraordinarias familias argentinas, o uruguayas, -yo conozco alguna-, en las que hay desde siempre un especial interés por el arte que hace pintar juntos al bisnieto con la bisabuela.

Su padre, Julio Porter, era guionista, director de cine y de teatro, dirigió nada menos que 24 películas y firmó 107 guiones, y fue una figura muy, muy conocida en su generación. Su madre, Margarita Galetar, fue escritora, dibujante y grabadora. Se pueden ver algunos de sus grabados en la web. Su abuelo, Mauricio Porter, fue dueño de la imprenta Porter Hermanos, donde se imprimió, por ejemplo, la revista Martín Fierro y  que publicaba a los poetas de Boedo.

Cuando era niña, su casa estaba siempre llena de artistas, especialmente de  escritores, actores y músicos. A Lilianita le  gustaba mucho dibujar, así que se decidió de forma natural que estudiara Bellas Artes ya a la corta edad de 12 años.

 

Fotograma de una de las películas de Julio Porter. Escándalo en la Familia: protagonizada por las gemelas Pili y Mili

 

Después viviría con su familia en México, país con el que mantiene una relación estrecha y donde aún reside parte de su familia. Ella se siente latinoamericana. Viviendo en Nueva York pierdes más el sentido del origen y te hermana mas, dice, la lengua y la cultura compartida. En Nueva York soy una latina. Y mientras haya necesidad de defenderse, será necesario identificarse dice Liliana, citando a su compañera de arte y de vida, Ana Tiscornia.

 

Liliana Porter y su compañera, la artista uruguaya Ana Tiscornia

 

Liliana llegó a Nueva York a mediados de los 60, al Nueva York del Pop Art en el apogeo de la Factory y el auge del minimalismo. Iba para dos semanas y se quedó hasta que cayeron las Torres Gemelas en 2001.

Era imposible irse, dice. Conoció y admiraba profundamente al artista argentino Luis Felipe Noe que vivía con Luis Camnitzer. Como no me pude casar con el primero me casé con el segundo, dice burlona en alguna entrevista.

 

Liliana Porter, Untitled (Camnitzer-Porter), 1973

 

Nos conocimos en 1964 en Nueva York y juntos pusimos también en marcha un taller escuela de verano en Lucca (Italia), que duró años. En el New York Graphic Workshop (el taller de grabado que fundaron juntos y que, según la  Tate Gallery, es un episodio importante en la historia del arte conceptual neoyorquino) dábamos clases, hacíamos trabajos de impresión para artistas y nos dedicábamos a la autocrítica feroz junto con José Guillermo Castillo, un venezolano genial que tuvo la descortesía de morirse.

 

Luis Camnitzer. El paisaje como actitud, 1979

 

 

Luis y yo nos influimos mutuamente. Él, muy inclinado a la teoría y a escribir manifiestos lapidarios; y yo, quizás, un poco más desobediente en el sentido teórico.

 

 

Wrinkle 1968

 

Sus primeras obras son más conceptuales, trabajó durante largo tiempo con papeles arrugados  en la serie Wrinkle. Un camino que pretendía nada menos que la ambición de utilizar el grabado de una manera más conceptual: «editar un gesto», como ella misma dice.

 

Wrinkle Enviroment I. Vista con Liliana Porter- Museo de Bellas Artes de Caracas. 1969

 

Pero en el fondo el tema que subyace es siempre el mismo: la realidad y su representación, sus diálogos y sus desobediencias como hermosamente tituló su exposición en Artium .

 

Nail 1972

 

El objeto irrumpe en su obra ya en los setenta. Comienza entonces la valoración de lo insignificante, le dice Javier Diaz Guardiola en una entrevista que le hace en ABC. La elocuencia de lo irreal.

Al principio comenzó a trabajar con objetos muy simples: la esquina doblada de un papel, las pequeñas arrugas de una carta, el alcance de una sombra, un clavo diminuto en una pared, la tensión que genera un hilo atado… .

 Desde ahi yo creo que soy monotemática, dice.

 

Dialogue_with_Sugar_Bowl

Sus objetos pertenecen al universo de la industrialización en serie, no poseen firma, algunos tienen historia y otros no tienen tiempo ni identidad propia.

Los objetos vienen ya con su personalidad y su historia a cuestas. Nunca los modifico, solo los contextualizo o descontextualizo.

 

 

 

Los fondos, blancos, monocromos, vacíos, tienen que ver con mi interés por presentar esos personajes en un espacio intemporal, en un no-lugar.

 

 

El blanco para ella es vacío, un no lugar determinado, ningún tiempo y ninguna geografía. Sin contexto .

 

 

Afirma Estrella de Diego que Liliana juega con el tiempo y el espacio de manera poética transformando los objetos cotidianos. Liliana crea

un universo en el que, sin jerarquías ni complejos conviven diferentes personajes de diversa procedencia, sin un tiempo y sin un lugar, un no lugar donde  se enfrentan a las paradojas de la vida, a sugerentes diálogos entre iguales, entre similares, entre contrarios, entre lo real y lo representado, entre el tiempo y el espacio.

 

Perro con disfraz

Liliana Porter_ Boy_with_Postcard_(1999)

 

Green Bird

 

 

Pero en el fondo era lo mismo lo que hacía cuando en sus primeras obras creaba una linea recta que pasaba por la pared de la galería, la superficie de un cuadro y entraba dentro de una fotografía cubriendo un dedo real y después otro fotografiado. Como en un juego de espejos infinitos.

 

 

 

La línea recta era una realidad que surcaba los distintos espacios, los distintos contextos y los distintos tiempos.  Era, parafraseando a Didi Huberman, anacrónica y simultánea.

 

untitled_triangle__1973

No me interesa tanto el truco, sino ver cómo se une lo real con lo virtual y la extrañeza que eso genera. En realidad, lo que trato de hacer es cuestionar dónde empieza una cosa y dónde termina.

 

To Go Back 2015

 

LILIANA PORTER The other game-2017

 

De alguna forma me pregunto si existe la realidad o si, dicho de otra manera, la única realidad que existe es nuestra relación con las cosas, nuestra interpretación de todo. El arquetipo parece escaparse siempre; es inasible.

 

 

La realidad es monotemática, suceden un montón de cosas, lo que pasa es que, como dice Borges, el lenguaje es lineal y por eso aparecen una detrás de otra

 

 

 

Hablando de la pieza en concreto que vi en Miami y que da titulo a esta entrada, dice:

El hombre con el hacha es una metáfora del tiempo y la memoria. En la memoria sucede todo, o sea, la memoria no es lineal, el pasado no es lineal.

 

 

Ese tema esta ahí, que se juntan cosas de diferentes tiempos, de diferentes escalas, cosas reales con cosas imaginadas, personajes que conocemos con personajes que no son sino representaciones de personajes, lo banal con lo más profundo, lo bonito y lo feo ocupan el mismo espacio, objetos que son disímiles dialogan, cosas que pertenecen a diferentes tiempos se vuelven simultáneas.

 

 

El hombre con el hacha y otras situaciones, en concreto esta versión que realizó para la Bienal de Venecia en 2017 es una especie de retrospectiva propia. Hay un video impagable que os cuelgo al final  de la entrada de Porter & Tiscornia colaborando en el montaje y paseado por los canales en plena efervescencia bienal. Una delicia.

 

Art-Biennale-Venice-2017-Liliana-Porter-Inexhibit

 

Una instalación que, como dice Estrella de Diego muy afinadamente, es de una precisión implacable, un tsunami de estricto orden y de llamadas al diálogo,  no sólo entre y con los objetos, sino con nosotros mismos como espectadores implicados. La artista nos obliga y nos seduce al mismo tiempo a atravesar por las situaciones que propone y a resignificarlas en su  inexplicabilidad que nunca es ingenua y nos compromete por caminos narrativos que acaban por volverse propios e intimos.

 

Dialogue with Deer (2011)

 

Bell_House_06

 

 

 

Cuando ves a Liliana en acción, como podéis verla en los vídeos del final, la ves trabajar cuidadosamente en la selección de los objetos, en la separación entre ellos, en la singularización de un acontecimiento pero también en el espacio vacío que concede gran importancia al silencio.  Hay aglomeraciones y silencios.

 

 

Ahí están los relojes rotos, apilados, averiados, descacharrados con sus tripas mecánicas fuera.  Porque a Liliana le interesa mucho el espacio y el tiempo. El tiempo sobre todo como un epifenómeno que a medida que pasa difumina la línea de frontera entre lo real y lo imaginado. Su cualidad se vuelve más tenue porque mezcla el instante de ahora con la memoria de las cosas que, por otro lado, suele estar desvirtuada, fragmentada o directamente rota.

 

 

 

…cuando no hay una cosa que el olvido no borre o que la memoria no altere y cuando nadie sabe en qué imágenes lo traducirá el porvenir…

Jorge Luis Borges

 

 

Aparecen en El hombre del hacha muchos de los personajes de obras anteriores de Porter.

En muchas «situaciones breves», casi como en pequeñas viñetas narrativas de afilada eficacia, vemos reaparecer figuras clave de su recorrido. Como el viajero con una maleta que aparece también en grabados, pinturas, fotografías e incluso películas.

 

 

O también podemos encontrar en varias parte de la instalación referencias a su Serie de Forced Labour. La propia figura del hombre con el hacha y la instalación entera pertenece a esa serie, una serie en que personajes, normalmente figurillas humanas, se enfrentan a tareas aparentemente insuperables .

 

 

To Try Again (2010) Liliana Porter

 

 

To Fix It III (2018)

 

Ese personaje, uno lo puede leer «de afuera» y darse cuenta de que nunca va a cumplir su propósito. Pero lo bueno es que está afanado en cumplirlo y sólo la ignorancia de la magnitud de lo que hace le da la energía.

 

 

Black-Spill-man-with-green-outfit-2011

 

Es una metáfora de uno mismo creyendo que va a resolver el gran enigma, el del hombre que hace filosofía, el del que escribe teorías… el del que hace arte.

 

Las sombras en la pared son sombras que ella pinta y que se mezclan con nuestras sombras, huellas de presencias

 

Toda mi obra parte de la base de sentir que uno no entiende nada, que no las tiene claras, entonces todo son más bien como interrogantes. Si uno avanza es porque aprendió a hacer la pregunta un poco más precisa pero no porque tiene alguna respuesta

Ultimas Noticias (2015)

 

Hay varias referencias a la serie en El hombre con el hacha: la mujercita que teje un inmenso paño celeste, y muchas figuras que intentan rastrillar fragmentos de cerámica, diminutas perlas, arena coloreada.

 

 

 

U otras referencias a su serie de Dialogues, a la que ya he hecho referencia al principio de la entrada,  diálogos entre símiles y contrarios, entre espacio y tiempo, entre representaciones y representaciones de representaciones, parejas improbables de personajes colocados frente a frente, mirándose, como en un intento de comunicarse, Ahí está su célebre pingüino de madera, estrella de varias películas de Liliana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ahí están también los personajes que evocan a su serie To Go there donde figuras humanas,  personajes como el hombre de la maleta,  o incluso animales, siguen a un maltrecho venado que actúa como guía. Liliana apunta aquí al concepto de unión de destino de todos los seres de la Naturaleza: el camino vital es común, el proyecto debiera ser conjunto.

 

 

 

Me gustaría acabar la entrada con una frase que se escucha en off en alguno de los muchos videos que hay de ella en la red. Se la oye decir extasiada como una niña, con su cantarín acento porteño de Nueva Jersey

La frase de Borges es genial cuando dice que el placer estético es la inminencia de una revelación. La inminencia de una revelación, no la revelación.

Y despaciosamente añade separando casi las sílabas:

La inminencia de una revelación, está buenísimo.

 

 

 

 

Y termino con una serie de enlaces a vídeos donde mejor de lo que cuente yo, podéis escucharla directamente.

 

Este primero es un resumen, muy breve por cierto de una de sus más fascinantes piezas de video, «Actualidades» /»Breaking News», que no he vuelto a encontrar el enlace para verlo entero. Pero sí podéis verlo entero. Es fántástico. Y con la selección musical de su colaboradora uruguaya, ya de años también, Sylvia Meyer.

 

 

En este vídeo que sigue, de unos 19 minutos,  podeis verla en la Bienal de Venecia de 2017 con Ana Tiscornia durante el montaje de la pieza y su presentación a la prensa. Muy recomendable

 

 

El programa que Metrópolis le dedicó

 

https://www.youtube.com/watch?v=6JYCLD7Kjhg

 

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Arthemisa, el nuevo modelo privado de exposiciones «a la carta» http://rarasartes.com/arthemisa-el-nuevo-modelo-privado-de-exposiciones-a-la-carta/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=arthemisa-el-nuevo-modelo-privado-de-exposiciones-a-la-carta http://rarasartes.com/arthemisa-el-nuevo-modelo-privado-de-exposiciones-a-la-carta/#respond Wed, 07 Feb 2018 20:32:20 +0000 http://rarasartes.com/?p=2718 Arthemisa, el nuevo modelo privado de exposiciones «a la carta»

 

En estos tiempos de hiperconsumo de lo artístico y de la incorporación de las concepciones mercantilistas y de rentabilidad económica al negocio expositivo y museístico, el consumo de masas y la crisis económica han hecho que los asesores financieros se conviertan en los verdaderos gestores culturales y que la autofinanciación y la obtención de beneficios estén a la orden del día. Todo esto ha propiciado que en los últimos años proliferen las grandes exposiciones de éxito seguro y poco riesgo económico como las de obra gráfica de M. C. Escher o de Alphonse Mucha, que se celebraron en el Palacio de Gaviria, y que, por lo general suelen pertenecer a los fondos de alguna fundación relacionada con los artistas mencionados que necesita a su vez este préstamo de sus fondos para poder autofinanciarse, como ocurre con las mencionadas más arriba.

 

 

Eso ha propiciado que aparezcan empresas privadas de gestión cultural como Arthemisia, de la que ya os he hablado en otros post y de la que prometí hacer una entrada propia.

Arthemisia es una empresa italiana con sede en Milán especializada en la organización de muestras artísticas llave en mano. Surgió hace más de 15 años, gracias a la iniciativa de Iole Siena, su ambiciosa directora, y es pionera en este tipo de gestión cultural privatizada y una de las más grandes a nivel europeo. Se especializa en montar exposiciones que se realizan en espacios públicos de ayuntamientos u otras organizaciones gubernamentales que les son cedidos gratuitamente a cambio de un porcentaje de la entrada y con el patrocinio de diferentes empresas que a su vez se benefician fiscalmente de ello.

 

Se trata siempre, de exposiciones muy populares con la posibilidad de tener una gran afluencia de público. Se realizan, en algunos casos, no tanto en otros, a mi parecer- bastante dignamente, contando con la complicidad de profesionales de gran prestigio, la colaboración de administraciones públicas ansiosas de atraer turistas y de mostrar entre sus logros eventos culturales con gran afluencia de visitantes y con la connivencia de algunas fundaciones y pequeños museos que, como señalé más arriba, obtienen del alquiler de sus obras, a través de una empresa intermediaria, fondos para autofinanciarse.

 

Iole Siena directora del grupo Arthemisia en la inauguración de la exposiciónRembrandt, Vermeer and Hals in the Dutch Golden Age: Masterpieces from The Leiden Collection en el Long Museum de Shangai

Por esta razón, lo mejor es montar exposiciones que requieran poco tiempo, poco personal y pocos gastos. Para ello la mejor manera es alquilar las obras de una sola colección, lo que minimiza al máximo las gestiones y abarata los seguros y el transporte. Valga como ejemplo las exposiciones antes mencionadas, pero también por ejemplo la exposición de Picasso en Verona que procede íntegramente de los fondos del Museo Picasso de París o la de Edward Hooper en Roma que consistía íntegramente en obras prestadas por el Museo Whitney de Nueva York. Así, por ejemplo, la Fundación Miró de Palma de Mallorca es una de las aliadas de esta empresa a la que prestó entre 2012 y 2013 parte de su colección que se expuso en Roma, Génova, Verona, Lausana y , Moscú y que supuso para la fundación unos ingresos de unos 300.000 € declarados, lo que supone un 14% de su presupuesto.

 

Además, en estas muestras, el comisario suele ser uno de los conservadores de museos prestatarios, lo que le dota de prestigio y garantiza la selección de las obras. Obviamente, para hacerlas más rentables, estas exposiciones tienen que ser itinerantes, por lo que es aconsejable contar con una red de espacios expositivos como la que cuenta Arthemisia con espacios municipales cedidos en todas las ciudades mencionadas. Arthemisia cuenta con lugares fijos como el AMO (Arena Museo dell’Opera) de Verona, el Claustro de Bramante en Roma y toda una serie de palacios reconvertidos en salas de exposiciones en distintas ciudades italianas y europeas, como el Palazzo Chiablese de Turín, el Palazzo Ducale de Genova, el Palazzo Reale de Milano o el Santaella de Palermo  incluso en el mismo Madrid como sucede actualmente con el Palacio de Gaviria donde ya han pasado las exposiciones de Escher y de Mucha.

Palazzo Chiablese de Turín

Además gestiona directamente otros espacios como el Vittoriano de Roma, el famoso altar de la Patria mussoliniano en la Piazza Venezia

 

 

Otra de estas exposiciones por ejemplo fue la muestra de zapatos de Manolo Blahnik en el Palazzo Morando de Milán, comisariada para Arthemisia por la española Cristina Carrillo de Albornoz, que ya había comisariado para ellos una muestra de Tamara de Lempicka que se instaló en el AMO de Verona. Esta muestra de zapatos que está hecha con los fondos del propio diseñador y fotografías del fondo Condé Nast ya ha pasado por el Museo del Hermitage de San Petersburgo, y el Museo Kampa de Praga y se encuentra, en la actualidad, en el Museo de Artes Decorativas de Madrid, con el patrocinio de empresas como Bulgari, Porsche, Tanqueray y el Gobierno de Canarias, además del Ministerio de Cultura.

 

La exposición de Marc Chagall, que ellos mismos califican como exposición espectáculo, mezcla incluso la música, la tecnología y el arte, creando espacios virtuales en los que la obra de arte está ya desmaterializada hasta el paroxismo  no es ya sino un puro objeto de consumo audiovisual como se apreciará en las fotografías.

 

La exposición de Claude Monet que está actualmente en el Vittoriano de Roma, aunque cuenta con 60 obras del autor, todas provienen del Museo Marmottan de Paris y está comisariada por el vicedirector de dicho museo y patrocinada, entre otros, por Trenitalia, la Renfe italiana.

 

 

La exposición Rembradt, Vermeer y Hals en la edad de oro de la pintura holandesa que está ahora en Shangai, y a la que ya hemos hecho referenciason todas obras de la colección Leiden, una colección privada, la mayor en la actualidad de maestros holandeses, perteneciente a Thomas Kaplan,uno de los multimillonarios de la lista de Forbes.

 

La exposición Magritte, Duchamp, Dali. Los revolucionarios del siglo XX, actualmente en el Palazzo Albergati, de Florencia, son todo fondos de Museo Israeli de Jerusalen con una reconstrucción de la Sala de Mae West de Dalí hecha por el arquitecto catalán Oscar Tusquets y la recreación de los 1200 sacos de carbón pensados por Duchamp para la Exposición Internacional del Surrealismo del 1938. La exposición esta por supuesto comisariada por la conservadora de arte moderno del Museo de Jerusalén. Y podría seguir así por horas. Ya han organizado más de 572 exposiciones con 55 millones de expectadores y 48.000 obras, según los datos de su página web, datos que de puro exorbitantes, marean.

 

 

 

El motivo de hacer este post, aparte de por la curiosidad, es porque Arthemisia ha consolidado ya su presencia en España, considerado ya su segundo mercado, y ya ha realizado su primer desembarco en Portugal, con su buque insignia y su particular test que es la exposición de Escher que se celebra en el Museo de Arte Popular de Lisboa y anuncia proyectos para los grandes países latinoamericanos como Brasil, Argentina o México.

 

 

Su apuesta por Madrid y el Palacio de Gaviria está ya consolidada con la firma de un convenio para los próximos diez años, además de su asociación con otros espacios expositivos de titularidad municipal como el Centro Centro del propio Ayuntamiento de la capital, donde se estrenaron con una retrospectiva de Kandinsky en 2015, y el Centro de Exposiciones Arte Canal donde ya se ha inaugurado la primera muestra de Arthemisia, Toulouse-Lautrec y los placeres de la belle époque con 65 obras de las que la mitad son los 33 carteles que realizó y que está comisiariada por la conservadora del Museo d’Ixelle de Bruselas.

 

A partir de marzo se podrá ver en Madrid la muestra sobre “Duchamp, Magritte y Dalí“, procedente del Museo de Israel, de la que os hablé antes y que actualmente se está mostrando en Bolonia con escenografía del arquitecto español Oscar Tusquets, y en septiembre llegará una muestra de la polaca-mexicana Tamara de Lempicka.

 

Pero los representantes de la empresa en España se encuentran ya está negociando nuevas sedes en Sevilla y Barcelona. ¿Estamos ya ante un nuevo modelo de negocio en el que se producirá una cierta privatización de las grandes exposiciones itinerantes? La concurrencia en este mismo instante de al menos tres exposiciones del grupo Arthemisia en Madrid da ciertamente mucho que pensar.

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La decepcionante exposición de Giorgio De Chirico en Caixaforum http://rarasartes.com/la-decepcionante-exposicion-de-giorgio-de-chirico-en-caixaforum/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=la-decepcionante-exposicion-de-giorgio-de-chirico-en-caixaforum http://rarasartes.com/la-decepcionante-exposicion-de-giorgio-de-chirico-en-caixaforum/#respond Sat, 03 Feb 2018 11:29:50 +0000 http://rarasartes.com/?p=2694 La decepcionante, o cuanto menos engañosa, exposición de Giorgio De Chirico en Caixaforum de Madrid

 

 

Tengo que empezar explicando la frustrante contundencia del título que he dado a esta entrada. No es, en absoluto, que no me interese, -incluso, más bien al contrario, que me fascine- la obra del pintor Giorgio De Chirico, ni aún siquiera que los cuadros expuestos carezcan en modo alguno de interés -hay algunos bellísimos como veréis por las imágenes que os cuelgo- sino, una vez más, la tramposa y engañosa sugerencia omnímoda de la propia exposición de título tan concluyente como Sueño o realidad, el mundo de Giorgio de Chirico, publicitada como “la mayor exposición  retrospectiva jamás dedicada al artista en España”  y que permanecerá en Caixaforum de Madrid hasta el próximo 18 de febrero tras haber pasado por Barcelona. Y no es que ninguna de estas afirmaciones sea en realidad falsa, pero cuando uno asiste a la exposición se queda completamente perplejo.

 

 

Primero, porque los cuadros más conocidos del pintor, esos que la mayoría de nosotros tiene en la memoria, es decir aquellos pertenecientes a su etapa metafísica de  entre 1915 y 1925, del siglo pasado, están completamente ausentes y, en su lugar, cuelgan toda una serie de autocopias realizadas por el mismo De Chirico cuando contaba ya más de 80 años, entre los años 60 y 70, que, para mayor desconcierto, están casi todas datadas con fechas falsas por el propio pintor para tratar de hacerlas pasar por obras más antiguas. Son, en cierto sentido autofalsificaciones realizadas por la mano del mismo pintor. A veces, directamente copias de sus cuadros. Otras nuevas versiones sobre sus temas de más éxito:Plazas de Italia porticadas despobladas salvo por alguna escultura solitaria donde el único movimiento lo pone el borboteo de una fuente o el paso de un tren que pasa silbando por el horizonte; las series de muebles burgueses abandonados  en un valle que tiene su contrapuesto en esos templos que abarrotan las habitaciones cerradas, jugando con una dialéctica interior/exterior; las solitarias torres o las chimeneas que se recortan desde el horizonte y todo ese mundo plagado de sus celebérrimos maníquies, seres con el cuerpo y la cabeza formados por elementos geométricos que resplandecen con una expresión lumínosa y sirven a menudo para evocar el pathos del mundo clásico encarnando a personajes como Orestes, Andrómaca o Electra, o simples trovadores o esos arqueólogos que, en pareja, suelen albergar en su seno frontones, póticos de templos y capiteles rotos. En fin, elementos bien reconocibles que constituyen los elementos básicos de aquella pintura que Apollinaire apellidó por primera vez con el calificativo metafísica y que tanta influencia posterior tendría en el mundo del arte.

 

Hay tambíen toda una larga serie titulada explícitamente Interiores metafísicos que representan habitaciones cerradas realizadas con perspectiva aclerada en cuyo centro se apilan monumentos a la Tatlin hechos con instrumentos de dibujo o restos de arqueología clásica con el recurso a la ventana abierta o al cuadro dentro del cuadro. Todos ellos, de nuevo, pintados en las postrimerías de la vida del pintor grecoitaliano. Todo ello coexistiendo a su vez con toda una desconcertante y numerosa serie de retratos y autorretratos alla Rubens o alla Cézanne, además de cuadros neobarrocos de ninfas o naturalezas muertas, neovenecianismos alla Guardi o alla Canaletto, paisajes que remedan los cuadros de Velázquez sobre la villa Medicis, así como bastante escultura de calidad irregular y con un cierto olor de simple oportunismo o de simple necesidad económica.

 

 

Lo cierto es que me quedé tan desconcertado y estupefacto – éste no es el De Chirico que esperaba ni encontraba en esta «magna retrospectiva» ninguno de los cuadros que guardaba en mi memoria- que he hecho una investigación sobre el asunto. Primero que todo parece ser que la etapa metafísica de Giorgio De Chirico, esa por la que es internacionalmente reconocido y por la que forma parte indiscutible de la historia del arte, tuvo una duración bastante breve, de hecho brevísima, en la vida del artista. Parece ser que la vuelta al orden figurativo de la década de los años 20 supuso casi el total abandono de ese tipo de pintura por parte del pintor, para gran disgusto de algunos surrealistas que le tenían en el más alto aprecio posible, como Yves Tanguy, Magritte, Dali o Max Ernst. El propio Tanguy afirmaba haberse hecho pintor después de haber visto en un escaparate un cuadro de De Chirico.

 

 

Sin embargo, la nueva obra neobarroca y figurativa del artista, de la que sí es posible ver numerosas muestras en la exposición, no tuvo ni de lejos el mismo éxito de ventas, ni de crítica, por lo que el aristócrata De Chirico –era hijo de un barón palermitano y una baronesa de Génova- debió de alguna forma claudicar para ganarse la vida y seguir produciendo algunas obras en el estilo que le había catapultado a la fama. El resto de su obra es, a mi juicio no cabe ninguna  duda, interesante pero incluso admitiendo ese relativo interés es innegable que por ella no habría ocupado con toda seguridad el lugar que hoy en día ocupa en la historia del arte.

 

 

 

Él siempre fue consiente de esto y, a lo largo de toda su vida, volvía periódicamente a sus éxitos metafísicos de las plazas vacías y las habitaciones con maniquíes, realizando incluso frecuentes esculturas de sus temas más conocidos como las musas inquietantes o las parejas de arqueólogos ,sin por ello abandonar nunca, como es posible ver en la exposición, un estilo de pintura realista que iba en total oposición a las tendencias del arte contemporáneo de postguerra. Eso hizo que, en los últimos años de su vida, aún siendo un venerado vanguardista, vendiera muy poca obra, por más que De Chirico falsificara las fechas en sus cuadros, dejando, a su muerte, un impresionante legado de más de 550 obras que dese 1998 administra la Fondazione Giorgio e Isa de Chirico.

 

 

Y esa es la pintura metafísica, o más bien como el catálogo sí aclara neometafísica, que se puede ver en esta exposición, cuadros, sobre todo,  realizados en los años 60 y 70, cuando el pintor pasaba ya de los 70 e incluso 80 años, moriría con 90 en 1978 y aún activo pintando, obras casi todas interesantísimas, pero de la última época, distintas a aquellas que epataran al París de principios de siglo.

 

 

 

 

Y no es que sean malas, en absoluto, he de insistir en ello,  incluso hay alguna de ellas que yo tenía en gran estima, como el cuadro de la esfinge reproducido más arriba, pero también es cierto que estas obras autoplagiadas de su última época carecen de ese misterio, o quizás tienen otra distinta calidad de él, que tienen los originales que cuelgan el los mejores museos del mundo.

Es seguro que existen un interés por la Fondazione Giorgio e Isa de Chirico de carácter económico en mover tales fondos y tienen, sin duda alguna, todo su derecho e incluso nadie puede negar que carezcan de valor y de interés pero lo engañoso no es achacable a las obras expuestas sino en la pretensión inadmisible de presentarlos como el mundo, así se titula la muestradel pintor, un mundo en el que, cuanto menos, sus grandes y más conocidas obras maestras brillan por su ausencia. Sólo una especificación como Los últimos años de Giorgio De Chirico, o incluso el más neutro subtitulo Obras de la Fundación De Chirico habrían bastado para no provocar el desconcierto y la estupefacción que me causó la exposición.

 

 

Ocurrió también con la exposición de Picasso/Lautrec del Museo Thyssen en la que las obras de Picasso que entraban en la exposición abarcaban, en su enorme mayoría, apenas dos o tres años de la producción del artista malagueño. Cosas de la hipermercantilización del arte que lleva a exposiciones privadas como las realizadas por la empresa cultural Arthemisia en viejos palacios renovados como salas de exposiciones como el Palacio Albergatti de Bolonia, el Chiablese de Turín, el Palazzo Reale de Milán o el madrileño Palacio de Gaviria y que acaba con noticias como la de la incautación de 21 cuadros falsos de Modigliani en la exposción que se celebró la primavera pasada en el Palazzo Ducale de Genova. O tempo O mores.

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We are Here: La soberbia exposición del 50º aniversario del Museo de Arte Contemporáneo de Chicago http://rarasartes.com/we-are-here-la-soberbia-exposicion-del-50o-aniversario-del-museo-de-arte-contemporaneo-de-chicago/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=we-are-here-la-soberbia-exposicion-del-50o-aniversario-del-museo-de-arte-contemporaneo-de-chicago http://rarasartes.com/we-are-here-la-soberbia-exposicion-del-50o-aniversario-del-museo-de-arte-contemporaneo-de-chicago/#comments Sat, 23 Dec 2017 15:47:07 +0000 http://rarasartes.com/?p=2268

 

En honor al 50 aniversario de la fundación y apertura del Museo de Arte Contemporáneo de Chicago, el museo presenta We Are Here ( una importante exposición de tres partes extraída de su importante colección de arte de los siglos XX y XXI.

 

 

El Museo de Arte Contemporáneo de Chicago fue creado como resultado de unos encuentros realizados en 1964 en la casa de la crítica de arte Doris Lane Butler entre una treintena de críticos, coleccionistas y marchantes de arte, para discutir la idea, largamente acariciada, de la creación de un museo de arte contemporáneo que complementase en sus lagunas al todopoderoso y mastodóntico Chicago Art Institute -que tambíen visité y de cuyas exposiciones temporales os hablaré en una próxima entrada del blog-.

 

Hall del segundo piso, el llamado Kovler Atrium con la pieza de Maurizio Cattelan Felix. Inspirado por la fascinación del público con  Sue, el popular Tyrannosaurus rex del Field Museum, Cattelan ha transformado un gato doméstico en una figura gigantesca de 6 metros de altura y 8 de ancho, a la que pone el nombre del personaje de dibujos animados Felix el Gato.

Fruto de estos encuentros, el museo se inauguró en 1967 en un local bastante limitado que previamente había sido las oficinas del Playboy. El museo fue concebido originariamente como un espacio fundamentalmente para exposiciones temporales, y aunque desde 1974 comenzó a establecer una colección permanente de arte posterior a la Segunda Guerra Mundial, aún mantiene en gran medida esa filosofía de kunsthalle​, lo que hace de esta muestra una ocasión excepcional de contemplar parte de los fondos de su extraordinaria colección de arte que, según la opinión de quien esto escribe, es de quitar el hipo, no sólo por la multiplicidad de los artistas representados, la mayoría de ellos de un prestigio indiscutido, sino también por la fantástica calidad de las piezas concretas, que hacen que su visita sea más que de obligado cumplimiento para quien visite Chicago, de un seguro, apasionante y casi diría eufórico regocijo para quienes disfruten y aprecien el arte contemporáneo

 

Ernesto Neto reimagina la escalera del museo con esta nueva instalación site-specific  ‘Water Falls from My Breast to the Sky‘ (2017)

 

 

En 1996, el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago inauguró su sede actual. El actual edificio de cuatro plantas fue diseñado por Josef Paul Kleihues

 

Diseñado por el estudio de arquitectos Pedro y Juana este jardín interior vertical inverso es una de las salas más emblemáticas de la remodelación del Museo realizada este año y sirve como una sala de encuentro y de descanso. Durante mi visita estaba llena de mesasy sofás y servía de Family Room

 

Las obras abarcan todo tipo de medios, desde pintura y escultura a instalaciónes, sonido, cine y video. We Are Here intenta además no ser el modelo tradicional de la exposición conmemorativa de un aniversario, como es el cincuentenario y prueba a poner el foco en la relación entre el artista y el espectador que, como se intenta poner en evidencia, no es ni estática ni inmutable ni categórica sino que se ajusta y articula a lo largo del tiempo, de acuerdo a los intereses transitorios de sus comisarios, de sus donantes o del propio público. El significado de una obra puede así variar según la perspectiva no sólo del propio autor, sino también del espectador o incluso del propio paso del tiempo.

 

Huang Yong-Ping. Pentagon. 2007

 

Para demostrar esta idea, los comisarios del museo han creado tres secciones distintas de la gran exposición del cincuentenario basandose en estas perspectivas que le dan una lectura más actual.

 

Entrada a I am you

I Am You, la primera parte ubicada en el segundo piso del museo, reúne, según la información aportada por el propio museo,

obras que subrayan cómo cada uno de nuestros paisajes naturales y sociales únicos dan forma a un entorno cultural diverso. Incluye obras de artistas reconocidos como Francis Bacon, Marisol y Shirin Neshat, así como artistas más jóvenes, como Jonathas de Andrade y Lynette Yiadom-Boakye, todos los cuales confían en las experiencias personales para iluminar la vastedad de la vida contemporánea. Presenta nuestro universo interior como parte de una gran constelación de individuos.

 

Marisol (Marisol Escobar), Six Women, 1965–66

 

Claes Oldenburg
Soft Alphabet 1978

 

Jonathas de Andrade Brazilian, b. 1982 The Fish 2016 16mm

Carol Bove Swiss, b. 1971 Untitled 2011 Peacock feathers on linen

Lee Bontecou American, b. 1931 Untitled 1966 Welded steel, canvas, epoxy, leather, and wire and light

 

René Magritte Belgian, 1898–1967 Les merveilles de la nature (The Wonders of Nature) 1953 Oil on canvas

 

Charles Simonds 1981

 

Thomas Ruff, Porträt (H. Haussman), 1988.

 

Siobhan Hapaska Robot 2001 Lamda print mounted on aluminum 48 × 60 in. (121.9 × 152.4 cm)

 

Shirin Neshat Iranian, b. 1957 On Guard 1997 Ink on gelatin silver print

 

Francis Bacon British, b. Ireland, 1909–1992 Study for a Portrait 1949 Oil on canvas

 

Matta (Roberto Matta Echaurren) French, b. Chile, 1911–2002 Untitled (Prime Ordeal) 1946

 

Marwan Kassab-Bachi, Untitled (Das Knie) (1967). Collection of the Museum of Contemporary Art, Chicago

 

Lynette Yiadom-Boakye. Bracken or Moss, 2012.

 

Louise Bourgeois American, b. French, 1911–2010 The She-Fox 1985 Black marble and steel

 

Gabriel Orozco Mexican, b. 1962 Roiseau 3 2012 Bamboo branch and bird feathers

 

George Tooker American, 1920–2011 Children and Spastics 1946 Egg tempera on gesso panel

 

I am you se termina con estas dos piezas de Arturo Herrera Behind the house de 1999 al fondo con Praying for Safety de David Hammons de 1997

 

David Hammons American, b. 1943 Praying to Safety 1997 Thai bronze statues, string.Los dos budas tailandeses del s. XIX estan enfrentados el uno al otro con un imperdible, un safety pin en inglés,precariamente suspendido en un hiloque les une. He añadido estafotoporque en el anterior se perdía el detalle.

 

Desde octubre, en el cuarto piso del museo, se inauguraron las otras dos partes de esta soberbia exposición, You Are Here y We are Everywhere.

You Are Here, de nuevo según la web del Museo,

examina cómo el rol del espectador ha cambiado con el tiempo, especialmente desde la década de 1960, desde el espectador pasivo hasta el participante activo. Artistas como Pierre Huyghe y Robert Morris forjan una nueva relación física entre el espectador y el objeto de arte. Otros artistas, incluido Huang Yong-Ping, exploran representaciones de figuras políticas y del poder político, específicamente, cómo el cuerpo puede estar sujeto al poder.

 

 

 

Para entrar a esta sala hay que dar tu nombre completo y el Name Anouncer de Pierre Huyghe te anuncia mientras atraviesas la pieza Portal de Robert Morris en forma de detector de metales y pasas pisando Zinc-lead Plain de  Carl André a una sala llena de minimalismo. En la pared de atrás una obre de Donald Judd

 

Vito Acconci American, 1940–2017 Bridge Chairs for Sex and Gender 1984

 

Liam Gillick British, b. 1964 (The What If? Scenario) Report Platform 1996

 

Jeff Koons American, b. 1955 Lifeboat 1985 Bronze

 

Richard Serra American, b. 1939 Prop 1968 Lead antimony

 

Takis Magnetic Mobile c. 1964

 

Franz West Austrian, 1947–2012 Blue 2006 Papier-mâché, espuma, alambre, resina, sistema eléctrico, pintura, y metal Aprox 222.3 × 254 × 205.7 cm

 

Rashid Johnson American, b. 1977 Glass Jaw 2011. Azulejo de espejo, jabón negro, cera, libros, manteca de karité, cubierta de álbum de vinilo, radio CB, conchas de ostras y pintura

 

Monir Shahroudy Farmanfarmaian Iranian, b. 1924 Group 4 [Convertible Series] 2010 Iranian, b. 1924 Group 4 [Convertible Series] 2010

Vista de la segunda sala de You are here

Robert Smithson American, 1938–1973 Mirror Stratum 1966

 

Gordon Matta-Clark Circus or The Caribbean Orange 1978

Ben Shahn American, b. Lithuania, 1898–1969 Democracies Fear New Peace Offensive (Spring, 1940) 1940 Tempera on paper

 

Xaviera Simmons On Sculpture #2 2011

 

Ana Mendieta 6 fotografías de la serie  Silueta 1973-77

Tania Bruguera Poetic Justice 2002-03 Hecha con bolsas de te

 

Bruce Nauman, Henry Moore Bound to Fail 1967

 

Doris Salcedo Atrabiliarios 1993. Nicho de contrachapado, calzado, vejiga de cordero e hilo quirúrgico

Doris Salcedo Atrabiliarios 1993. Nicho de contrachapado, calzado, vejiga de cordero e hilo quirúrgico

 

Yinka Shonibare, MBE Alien Obsessives, Mum, Dad and the Kids 1998 . El niño de la foto era un crack, me encantó ver cómo se relacionaba con las obras para desesperación de los guardias del museo

 

Vista de la ultima sala de You are here. En la pared de la derecha Dawoud Bey The Birmingham Project: Mathes Manafee and Cassandra Griffin 2012 y Christian Boltanski Untitled from the Monument series 1985

 

Magdalena Abakanowicz Cage 1981

Leon Golub Mercenaries I 1979

 

Y finalmente la última parte de la exposición con el titulo We are Everywhere.

We Are Everywhere, muestra a los artistas que toman prestadas de la cultura popular: latas de sopa, imágenes fijas de películas, letreros de neón o baldosas, para considerar las formas en que nuestras vidas sociales influyen en nuestras percepciones del mundo que nos rodea. Artistas como Andy Warhol, Robert Rauschenberg y Bruce Nauman, así como Karl Wirsum y Roger Brown, artistas del propio Chicago, que vuelven a presentar y revelar realidades sociales que de otra manera pasarían desapercibidas. Artistas como Stan Douglas, Cindy Sherman, Gillian Wearing y Jeff Koons se han comprometido con nuevas formas de medios para extender el alcance de sus propios puntos de vista y experiencias. Barbara Kruger y Lawrence Abu Hamdan nos alientan a pensar dos veces más sobre las estructuras de poder en las que invertimos, ya sea la noción del estado o la corporación.

 

Vista de la primera sala de We are Everywhere. De izda. a dcha.  Ellen Gallagher , b. 1965 Pomp-Bang 2003, Robert Rauschenberg Retroactive II 1963 y en el centro Jeff Koons Rabbit 1986

 

El otro lado de la primera sala con obras de Andy Warhol de la serie Jackeline Kennedy y algunas de la serie de Latas de Sopa Campbell

 

Siguiente sala dedicada al pop art con obras de Mel Ramos a los dos extremos  Zebra de 1970 a la derecha y a la izda. Tobacco Rose de 1965. En el centro Madame Butterfly de Larry Rivers y de Andy Warhol Gertrude Stein, de la serie Ten Portraits of Jews of the Twentieth Century

 

 

Otra sala con de izda. a dcha. Christina Ramberg Muscular Alternative 1979, Ed Paschke Heavy Shoes 1970, Roger Brown Autobiography in the Shape of Alabama (Mammy’s Door) 1974 y Jim Nutt Summer Salt de 1970. De nuevo el niño retando a los guardias del museo.

 

Eric Fischl American, b. 1948 The New House 1982 Oil on linen

 

Algunas de las obras del artista suizo Thomas Hirschhorn , b. 1957 tituladas  Serie B (50) 2000-01

Sala dedicada casi por completo a Cindy Sherman con obras de 1975 a 1989

 

Obras del artista mexicano Gabriel Kuri con el título Carretillas I y II 

Dos de los fascinantes autorretratos como miembros de su familia usando prótesis de latex de la artista británica Gillian Wearing, b. 1963 Autoretrato como mi madre, Jean Gregory 2003

 

Gillian Wearing Autorretrato a la edad de 3 años. 2004

 

 

 

Joana Hadjithomas and Khalil Joreige both b. 1969, Beirut, Lebanon The Lebanese Rocket Society A tribute to dreamers. PART V A carpet… Handmade carpet, and archival material

 

Chicago, Board of Trade II 1999 Andreas Gursky born 1955 Presented by the artist 2000

Chuck Close American, b. 1940 Cindy 1988

 

Bruce Nauman The Hanged man 1985

 

Bruce Nauman American, b. 1941 Life, Death, Love, Hate, Pleasure, Pain 1983 Neon

 

 

Takashi Murakami Wink Sculpture (Pink) 2001 y detrás Jellyfish Eyes 2002

Y bueno acabo aquí. Y no creáis que he puesto todo. He tratado de ser exhaustivo pero muchas obras se me escapan o porque no las recuerdo o porque no las he encontrado en la red como algunas de John Baldessari, Mike Kelley, David Salle, Michael Heizer, Candice Bretz, Chris Burden, etc. Una exposición seminal de esas que te dejan huella y abren muchas puertas. Espero que la hayáis disfrutado.

mmmmm

 

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Gilbert GARCIN o cómo hacerse artista a la jubilación http://rarasartes.com/gilbert-garcin-o-como-hacerse-artista-a-la-jubilacion/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=gilbert-garcin-o-como-hacerse-artista-a-la-jubilacion http://rarasartes.com/gilbert-garcin-o-como-hacerse-artista-a-la-jubilacion/#respond Tue, 06 Jun 2017 16:56:14 +0000 http://rarasartes.com/?p=1503 Hacía unos días que no colgaba ningún post. Disculpas a los que lo sigais. Es lo que tiene ser estudiante in aeternum. Fines de enero, marzo y agosto son épocas de mucha concentración en las que no tengo espacio mental para nada más que para intentar memorizar un poquito de lo que leo. Me jubilaré estudiante, seguro. Así lo hizo Severo Ochoa, salvando las diferencias que como poco sólo son de un premio Nobel.

Pues de jubilados va este post. De este fascinante fotógrafo francés Gilbert Garcin que dedicó toda su vida a vender lámparas en el midi francés y que, una vez jubilado, se apunto a un taller de fotografía con un tal Pascal Dolesmieux, del que no he conseguido averiguar otra cosa más allá de su magisterio sobre este epatante jubilado que desde entonces no ha dejado de crear y de exponer.

“Me sumergí en el arte de la fotografía como cuando te zambulles en el mar, de cabeza y al fondo, y enseguida descubrí que en mi etapa anterior yo había sido una esponja que había retenido un montón de cosas interesantes. Todas esas ideas e imágenes que yo había apilado a lo largo de mi vida terminaron, al final, por resurgir”

Nacido en 1929, es decir con 88 años en este momento, ha hecho de sí mismo y de su esposa los protagonistas absolutos de sus fotos. Y no, no se trata de montajes digitales, sino analógicos. Gilbert crea sus pequeños universos en miniatura en realidad y después realiza un fotomontaje con sus propias imágenes y las de su mujer. Sus montajes son a base de cortar y pegar, de tijeras y pegamento, nada de photoshop ni softwares de última generación.

Garcin ha creado un personaje, Monsieur G, que viste traje y sombrero y un viejo gabán de su abuelo en homenaje a su admirado Magritte. Su protagonismo lo acaba convirtiendo en un personaje cercano y familiar, aunque el huye de un supuesto narcisismo

“No conozco demasiado a ese señor. Podría haber contratado a un actor, pero entonces no lo tendría disponible las 24 horas del día. Yo no focalizo la atención del espectador sobre mí, sino sobre el vacío en el que vivimos”.

No puedo evitar acordarme de una maravillosa exposición sobre últimas obras de grandes maestros organizada por Jose María Parreño en el Museo Esteban Vicente. El título de aquella exposición estaba tomado de un grabado de Goya en el que se veía un anciano con las palabras «Aún aprendo». Bueno pues, aún estudiando, Gilbert Garcin.

“Me horroriza”, dice, “frecuentar a gentes de mi edad que están siempre volviendo al pasado y preguntándote si te acuerdas de esto o aquello. No, yo no me acuerdo. Para mí, lo ideal es que el presente aplaste el pasado”.

Por cierto, hay una exposición de el en el Centro Niemeyer de Avilés hasta el día 25 de junio que podeis consultar en este link

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